En pleno siglo XXI queda aún mucho por avanzar en temas como el racismo, el machismo o la religión. E incluso también en la identidad sexual. Son muchas las personas que entienden la transexualidad como algo antinatural y otras como algo normal.
Para poner en contexto, la RAE define así este concepto: "Perteneciente o relativo al cambio de sexo. Dicho de una persona que se siente del sexo contrario y adopta sus atuendos y comportamientos. Dicho de una persona que mediante tratamiento hormonal e intervención quirúrjica adquiere los caracteres sexuales del sexo contrario".
Muchas personas defienden que un transexual, es decir, una mujer que antes era un hombre, no puede competir en categoría femenina debido a las ventajas competitivas derivadas de un físico básicamente masculino.
En el lado opuesto a esta opinión hay otras personas que opinan que los transexuales deben tener los mismos derechos que el resto y ser vistas como iguales, por ejemplo, dentro del mundo del deporte.
El conflicto ha aumentado en los últimos tiempos por la cercanía de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Allí se darán cita, si el coronavirus lo permite, los mejores deportistas del planeta, pero hay dos nombres que acaparan parte de los focos por ser transexuales: Tiffany Abreu y Laurel Hubbard.
Como suele ser habitual, las competiciones están normalmente divididas en categoría masculina y femenina a causa precisamente de las diferencias físicas entre uno y otro sexo. ¿Puede una mujer que fue antes un hombre competir en categoría femenina? Por poder, hoy en día, es posible. La pregunta es, ¿va a tener más ventaja? El debate está presente en la actualidad y puede que acabe convirtiéndose en una gran polémica.
Pese a que el reglamento prescribe un tratamiento hormonal para los casos de reasignación de género y unos niveles máximos, no son pocas las deportistas que afirman que las diferencias estructurales de un organismo que ha experimentado durante años un nivel de testosterona superior al femenino son en muchos casos permanentes.
Tifanny Abreu, jugadora de voleibol que compitió como Rodrigo Abreu hasta 2012, podría formar parte del equipo de Brasil en los JJOO, aunque aún no es segura su presencia a pesar de que el seleccionador brasileño, José Roberto Guimaraes, ha afirmado no tener ningún problema en convocarla. Lo que sí es más probable es la presencia de Hubbard, halterófila neozelandesa.
Ambas están ayudadas por las reglas olímpicas que actualmente permiten a cualquier mujer transexual competir contra mujeres biológicas, siempre que sus niveles de testosterona estén por debajo de cierto nivel durante al menos 12 meses antes de su primera competencia.
Caso Laurel Hubbard
La deportista neozelandesa se sometió a un cambio de sexo en 2012 y fue cinco años después cuando su nombre empezó a sonar en el panorama mundial del deporte tras cosechar sus primeros grandes resultados internacionales.
Hubbard fue campeona de Oceanía en 2017 (+90 kilos) con 273 kilos y 2019 (+87 kilos), con 268 y subcampeona del mundo en 2017, ganando la medalla de plata, en el Mundial de Anaheim en 90 kilos. El año pasado, en Pattaya, compitió en 87 kilos y fue sexta.
Todos estos registros le han colocado como una de las aspirantes a entrar en la final de Tokio 2020 y en la actualidad ocupa el puesto 12 en el ranking olímpico de la categoría, por lo que tiene muchas posibilidades de acudir a la cita olímpica, lo que acabaría siendo una victoria para ella para poder dar también voz a los deportistas transexuales en una cita tan importante como los JJOO.
Hubbard es elegible para competir en eventos femeninos, de acuerdo con las pautas de la Federación Internacional de Halterofilia para la inclusión de atletas transgénero. También es elegible para levantar en Tokio si califica. Eso sí, en deportes como el levantamiento de pesas, que otorgan mayor importancia a la fuerza, están si cabe más aún en el centro del debate.
Caso Tifanny Abreu
Tifanny Abreu, jugadora brasileña de voleibol, quien también comenzó su transición en 2012, año hasta el que desarrolló una larga trayectoria internacional -que incluye los oros olímpicos de Pekín 2008 y Londres 2012- bajo el nombre de Rodrigo Abreu. Jugó en ligas masculinas de Brasil, Portugal, Francia, Indonesia, España, Francia, Holanda y Bélgica, hasta que en el 2012 decidió dejar de jugar porque quería ser mujer.
Además, Tifanny se convirtió en la primera deportista transgénero en competir en la Superliga Brasileña. "Fui dos veces el jugador más valioso en ligas de hombres. Pero esto es algo especial para mí", declaró a The Associated Press.
"Como cualquier jugadora, quiero ir a los Juegos pero sé que no sucederá solo porque esté llamando tanto la atención. Tengo que superarme como jugadora", afirmó en una entrevista para el New York Times.
Apoyo del COI
El Comité Olímpico Internacional abrió la puerta a los deportistas transexuales en Atenas 2004 aunque ninguno se ha inscrito o clasificado desde entonces. La jugadora de voleibol brasileña Tiffany Abreu y la haltera neozelandesa Laurel Hubbard aspiran a ser las primeras. En el camino se han encontrado las leyes locales, las olímpicas, las fases de clasificación y los juicios de los aficionados. ¿Superarán el último obstáculo?
Fue en enero de 2016 cuando el COI permitió competir a los hombres y las mujeres transgénero aunque no se hayan sometido a una cirugía de reasignación sexual. "Es necesario garantizar dentro de lo posible que a los deportistas no se les niega la oportunidad de participar en competencias deportivas", afirma el organismo.
Las pautas del Comité Olímpico Internacional permiten que cualquier atleta transgénero compita como mujer siempre que sus niveles de testosterona estén por debajo de 10 nanomoles por litro durante al menos 12 meses antes de su primera competencia.
Críticas hacía su participación con mujeres
La atleta australiana, Tamsyn Lewis, ha señalado que "ese aporte de testosterona hace que su estructura ósea sea diferente. Tiene más fuerza en la parte superior de su cuerpo, más capacidad pulmonar y un corazón más grande".
La ex medallista olímpica Ana Paula opina que no debería jugar con las mujeres. "No es por prejuicios, es por la fisiología. La mayoría de las jugadoras creen que no es justo que los transexuales juegue contra mujeres. Sus cuerpos se nutren de testosterona toda su vida", afirmó.
[Más información: La amenaza de cancelación de los JJOO de Tokio 2020: tres casos en la historia y un cambio de sede]