Una historia de película. De hecho, lo sucedido durante el Mundial de rugby del año 1995 fue llevado a la gran pantalla en el 2009 por uno de los grandes genios del séptimo arte: Clint Eastwood. Pero todo esto comenzó mucho antes, en el 2002, y ha acabado -por el momento- en este 2019 con la conquista de la selección de Sudáfrica del entorchado mundial.
Corría el año 1992 cuando Nelson Mandela acudió a los Juegos Olímpicos de Barcelona. El espíritu que reinaba por aquel entonces en la Ciudad Condal gracias al deporte hizo mella en el líder africano. Sudáfrica es un país que históricamente ha vivido una brecha (casi) insalvable entre blancos y negros. Una diferencia, en muchas ocasiones de odio, entre unos y otros que llevó a Mandela a tomar una firme decisión.
'Madiba' fue el primer el primer mandatario de raza negra que encabezó el Poder Ejecutivo en su país y también el primero en resultar elegido por sufragio universal. Una figura que iba más allá que únicamente el color de la piel. Una figura que hizo reflexionar a Sudáfrica y al resto del mundo. Una inspiración para todos más allá de su fallecimiento el 5 de diciembre del 2013.
Tres años más tarde se celebraba en Sudáfrica el Mundial de rugby, una cita única que Mandela vio como el escenario perfecto para intentar la conciliación en el país. Fue así como el propio dirigente mentalizó a la selección de lo vital que era para el futuro de la nación realizar un buen papel en la cita mundialista. ¿Por qué? En aquel entonces, destacaba el apertheid. Cualquier situación era perfecta para que blancos y negros traspasen los límites de la convivencia.
El rugby no iba a ser menos. Mientras los blancos eran los 'amos y señores' de la selección de Sudáfrica, los negros animaban a cualquiera que fuera el rival del combinado nacional con tal de no ver a los Springboks ganando. El equipo estaba formado completamente por jugadores de raza blanca, a excepción de uno de los integrantes de la plantilla.
Invictus
El periodista John Carlin escribió el libro El factor humano. En él, relata en primera persona cómo vivió el camino seguido por Nelson Mandela para hacer del rugby un puente entre blancos y negros en Sudáfrica. El inicio del plan del dirigente se orquestó con una reunión con François Pienaar. El jugador blanco era también el capitán del combinado nacional y a su vez muy criticado por la sociedad del país.
Mandela pidió a Pienaar que recorriese todo el territorio, pero en especial las regiones más desfavorecidas donde debería dar clases de rugby a los niños negros. Una estrategia de acercamiento del gran capitán blanco a las otras esferas del país sudafricano. Un movimiento genial por parte de 'Madiba'. Durante ese año previo al Mundial, François Pienaar fue yendo de un lugar a otro de Sudáfrica acercándose al pueblo, al igual que el resto de jugadores blancos de la selección.
Todo esto no fue un camino de rosas para Nelson Mandela. Las críticas se cebaron contra el líder por haberse convertido, según sus detractores, en un defensor de "un equipo de blancos". Pero esto no provocó que 'Madiba' desistiese. Anfitriones de la gran cita del rugby, pero fuera de los favoritos a hacerse con la copa al final del campeonato.
Partido a partido. Victoria a victoria. Una por entonces 'cenicienta' como era Sudáfrica se colocó en la fase final del Mundial. Y así fue como llegó al gran partido que tuvo lugar aquel memorable 24 de junio de 1995 en el estadio de Ellis Park de Johannesburgo. El escenario era muy complicado, ya que no solo los Springboks tenían una cita contra la historia, sino que además lo hacían contra los All Blacks de Nueva Zelanda.
Final de infarto, con prórroga incluida, para que Sudáfrica se impusiese a la selección de Nueva Zelanda por 15-12 y se convirtiese, por primera vez, en la campeona del mundo. Mandela se enfundó la camiseta del combinado sudafricano y entregó la copa a su mano derecha en todo este plan, el capitán Pienaar. Este dejó nada más conseguir el triunfo un mensaje que aún resuena: "No hemos ganado para los 60.000 aficionados que hay en el estadio, hemos ganado para los 43 millones de sudafricanos".
Del 1995 al 2019
Después de aquella histórica victoria en el Mundial de 1995, todo sudafricano se lanzó las calles para celebrar la gesta de su selección de rugby. Blancos y negros olvidaron sus diferencias por lo que muchos dicen que es solo un deporte. Pero tanto el rugby, como el fútbol o el baloncesto es mucho más que eso. Una forma de vida, de pasión, de ilusión que provoca que los malos momentos, los duros, los tristes... se olviden al menos por unos instantes, unas horas o unos días.
El apartheid les privó de disputar las Copas del Mundo de 1987 y 1991. Después de esto y con Nelson Mandela a la cabeza, no solo Sudáfrica volvió a participar en un Mundial sino que lo ganó ante el máximo favorito para alzarse con el título. Pero hubo que esperar doce años para ver a los Springboks ganar este torneo. En el 2007, derrotaron a Fiyi en los cuartos, a Argentina en semifinales y a Inglaterra en la gran final (15-6).
Del segundo entorchado mundial al tercero tuvieron que pasar nuevamente doce años. Parece casi poético que Sudáfrica gane el título repitiendo este ciclo. Y nuevamente tampoco era favorita para ser la finalmente campeona. Los Springboks volvían a medirse a la selección de Inglaterra... y mismo desenlace. Victoria del conjunto sudafricano por 12-32 para igualar a Nueva Zelanda como equipo con más mundiales en su haber.
Discurso contra el racismo
La situación en Sudáfrica continúa siendo convulsa. El cisma que existe entre blancos y negros aún late en parte de la sociedad. Pero en lo que respecta al rugby, la unión ha hecho la fuerza. Siya Kolisi es el primer capitán negro en la historia del rugby sudafricano y fue suyo un emocionante discurso tras ganar el Mundial de 2019 que recordó al mítico 'Madiba'.
"La gente de Sudáfrica ha estado siempre detrás de nosotros, tenemos muchos problemas en nuestro país pero hemos demostrado que juntos podemos con todo. Vinimos de diferentes situaciones, diferentes razas pero cuando empujamos todos en la misma dirección podemos conseguir lo que queramos", afirmó Siya Kolisi después de que la selección de Sudáfrica hiciese historia 24 años después de que Nelson Mandela consiguiese unir a todo un país.
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