Atletas míticos como Michael Powell o Paula Radcliffe serán casi seguro despojados de sus récords mundiales o europeos el próximo mes de julio, cuando la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) implante nuevas reglas que exigirán el cumplimiento de rigurosos controles antidopaje para aceptar una nueva marca. En la práctica, esto significa que serán invalidados los récords anteriores a 2005: una auténtica revolución en el atletismo mundial, que trata de limpiar su imagen después de un bienio negro con una nueva política encabezada por Sebastian Coe.
El cambio de normativa obligará a que cualquier deportista que rompa un récord importante haya pasado diversos tests en los meses anteriores a la proeza, además de que otra muestra tomada después del récord permanezca todavía disponible para pruebas ulteriores.
Sangre y orina, desde 2005
La IAAF sólo almacena muestras de sangre y orina desde 2005, lo que amenaza seriamente algunos récords históricos: la marca mundial de maratón de la inglesa Paula Radcliffe (2:15:25, establecido en 2003), el extraordinario 8,95 en salto de longitud de Mike Powell o los asombrosos 3:26:00 de Hicham El Guerrouj en la prueba reina del mediofondo, los 1.500 metros.
También serían borrados de los registros récords largamente sospechados, como las marcas mundiales de 100 y 200 metros de Florence Griffiths-Joyner y numerosos récords establecidos por atletas de Europa Oriental durante la Guerra Fría. Otros récords de gran peso, como los 100 y 200 metros de Usain Bolt o el de 400 metros establecido por Wayde Van Niekerk en Río 2016, permanecerán muy probablemente vigentes.
La propuesta, que fue discutida y aceptada en una reunión del Consejo Europeo de Atletismo (EAA) durante el pasado fin de semana (con el respaldo crucial del presidente de la IAAF, Sebastian Coe, precisa The Guardian), sería adoptada este mes de julio y entraría en vigor el año próximo. "Lo que proponemos es revolucionario", admitió el presidente del EAA, Svein Arne Hansen, "no sólo porque la mayoría de los registros europeos y mundiales tendrán que ser reemplazados, sino porque queremos cambiar el concepto de récord y elevar los estándares de reconocimiento hasta un punto en el que todos puedan confiar en que todo es justo y legal".
"Habrá atletas, titulares de récords actuales, que sentirán que la historia que estamos recalibrando les quita algo, pero creo que este es un paso en la dirección correcta, y que si se organiza y estructura correctamente tenemos una buena oportunidad de ganar de nuevo credibilidad en esta área", añadió Hansen.
Tres criterios nuevos
Con arreglo a las nuevas normas, los registros mundiales y europeos sólo se reconocerán si se cumplen tres criterios:
• El récord se logra en competiciones de una lista de eventos internacionales aprobados.
• El atleta ha estado sujeto a un número acordado de pruebas de control antidopaje en los meses previos al éxito.
• La muestra de control antidopaje ha de ser conservada diez años y poder ser reutilizada si es oportuno.
Paula Radcliffe se pronunció ya el año pasado contra la idea de anular récords: "Nunca estaré de acuerdo con los registros que se están borrando, porque sé 100% que al menos uno de esos registros se logró limpiamente... Y eso significa que también hay más".