La Fundación Mutua Madrileña, junto al Consejo Superior de Deportes, presentó este jueves en Madrid el libro Deporte y valores, escrito por los entrenadores de baloncesto Guillermo Calvo y David García. Al acto, en el que los invitados mantuvieron un coloquio sobre la actitud de los padres en el deporte, acudieron Emilio Butragueño, Rafael Rullán, Horacio Gaggioli, Eli Pinedo y Alberto Berasategui.
Respeto al contrario
El exdelantero del Real Madrid y actual director de Relaciones Institucionales del Club, Emilio Butragueño, advirtió a los padres de los niños que practican deportes que hay que educarles para "dar siempre el 100%" cuando compiten, pero, eso sí, a partir del "respeto al contrario, al árbitro y al público".
"Para mí es fundamental: uno compite para ganar, pero con un comportamiento
ejemplar", subrayó el exfutbolista durante la presentación del libro. "El hecho de que los padres den indicaciones a sus hijos durante el partido es incómodo para el niño, para sus compañeros y para su entrenador, pero que insulten al árbitro o a otros jugadores o que inciten a que el niño dé patadas o cualquier otra cosa, ahí ya no".
Butragueño recordó que él mismo, antes de llegar al Real Madrid, compitió
hasta los 18 años en un equipo escolar e hizo hincapié en la responsabilidad
de los padres de educar a sus hijos no solamente para que sean competitivos, sino
para que, además, adquieran todos los valores necesarios para el deporte y para
la vida. "Si tuviésemos que elegir un deportista ideal sería Rafa Nadal, porque lo da todo pero con un comportamiento exquisito. Ese es el ideal que hay que buscar", señaló.
"Embajadores del club"
De hecho, advirtió a los padres de que en los clubes como el Real Madrid, con categorías en todos los niveles de competición, exigen a padres y jugadores que tengan "un comportamiento acorde a lo que se espera de ellos" como "embajadores" del equipo allá donde juegan. De lo contrario, "se actúa en consecuencia" y se aplican "sanciones internas" a los jugadores.
La presentación del manual, impulsado por la Fundación Mutua Madrileña con el
apoyo del Consejo Superior de Deportes, contó con la participación del
director general de la fundación, Lorenzo Cooklin; el representante de jugadores
de fútbol Horacio Gagglioli; el director de las escuelas deportivas de baloncesto
del Real Madrid, Rafael Rullán; la exjugadora de balonmano Eli Pinedo; el
extenista Alberto Berasategui; y los autores del libro, Guillermo Calvo y David
García.
Violencia fomentada por los padres
Durante el evento se expusieron varios casos de comportamientos inadecuados
por parte de los jugadores de equipos que participan en ligas de menores e
incluso de sus padres, que gritan a los niños durante los partidos y hasta les
incitan a jugar sucio, o atacan al árbitro insultándole o llegando, en algún
caso, a golpearle. En este sentido, los autores del manual han hecho hincapié en la importancia de institucionalizar la exigencia ética en los clubes deportivos, de forma que los padres de los menores tengan claro cuáles serán las consecuencias si se producen comportamientos antideportivos contra el otro equipo, el árbitro o el entrenador.
"Una de las claves debe ser la comunicación previa: establecer unas normas de
actuación y que todo el mundo sepa cómo se va a actuar cuando se den esos casos.
Cuando un entrenador o un club tiene varios equipos y surgen problemas, hay
varios pasos que dar hasta la medida drástica que es echar al crío. Cada club
los determina según su experiencia, y los padres tienen que conocerlo antes de
apuntarse: qué valores defiende el club y si están de acuerdo con esos valores y
si intuyen que va a ir bien o si van a tener algún problema", señalaron.
En este sentido, tanto Butragueño como Gagglioli (que fue el responsable del
fichaje de Messi por el Barça cuando tenía 13 años) condenaron las críticas y
ataques de padres a entrenadores y destacaron que "la obligación de
los padres es criar a una buena persona" (mientras que los aspectos deportivos
deben dejarse al entrenador).
Presión familiar
"He vivido situaciones escalofriantes de chicos que han tenido que abandonar
porque no podían soportar la presión de sus padres", afirmó el
representante de futbolistas. "Si en un campo de fútbol yo siento que el padre
grita en contra del entrenador o en contra del árbitro o de su hijo o de otro
chico, le llamo la atención y si no me hace caso me retiro del proyecto. No
quiero trabajar con él."
En este sentido, Berasategui recordó que él presenció el caso de una joven
tenista que llegó a ser campeona de España en su categoría, pero que tuvo que
retirarse porque "no soportaba la presión de sus padres". "Muchas veces hay un problema de base, porque los padre ya desde pequeños vivían el deporte de esa forma, aunque no pudieran practicarlo, y se creen que son entrenadores. Hoy en día el deporte se ha profesionalizado tanto que muchos niños de 15 años cuentan ya con managers y patrocinadores, y muchos padres enseguida se creen que su hijo va a ser un ídolo y ejercen una presión sobre esos chicos que muchas veces es inviable", lamentó.
En el caso opuesto se encuentra la exjugadora de Balonmano Eli Pinedo, quien
aseguró que en su caso tuvo "total libertad" por parte de sus padres para elegir
el deporte que quería realizar y subrayó que en el caso del balonmano femenino
no ha visto situaciones parecidas a las que se reportan en competiciones de
otras disciplinas.
"También mis entrenadores me han enseñado mucho más que balonmano. He sido muy afortunada", dijo. "Quizás ahora que me he retirado es cuando me estoy
dando cuenta de los valores intrínsecos que llevamos los deportistas. Es algo
maravilloso. Vamos adquiriendo valores a lo largo de toda nuestra carrera sin
darnos cuenta que van desde el respeto, el compromiso, la ilusión, el
compañerismo, y que luego te sirven para cualquier cosa, desde el trabajo hasta
los amigos o la familia".
De hecho, todos los participantes en el coloquio incidieron en el valor
educativo del deporte y en la capacidad que tiene la participación en
competiciones para ayudar a los niños a adquirir capacidades y responsabilidades
que luego utilizan en todos los demás ámbitos de su vida, desde el estudio hasta
su ocio. "Incluso cuando salen por las noches se autorregulan y no beben tanto o
no vuelven tan tarde porque al día siguiente quieren jugar. Eso es
responsabilidad y hay que inculcarla desde pequeño", concluyó Butragueño.