Ducati ha vivido una jornada agridulce en el Twin Ring Motegi, después de que Jack Miller ganase la carrera y Pecco Bagnaia se fuera al suelo en la última vuelta cuando trataba de superar a Fabio Quartararo. Pese a su octava posición, el francés toma oxígeno en la pelea por el título porque ahora cuenta con 18 puntos de ventaja sobre el italiano y 25 sobre Aleix Espargaró. Las opciones del español se frustraron antes de arrancar la carrera porque se vio obligado a cambiar de moto y salir desde el pit lane tras un problema electrónico de su Aprilia, terminando decimosexto.
Un error humano de Aprilia en la electrónica de su moto condenó las opciones de Aleix Espargaró. El español no pudo acabar la vuelta de calentamiento previa a la salida y tuvo que entrar a boxes para cambiar de moto, saliendo desde el pit lane, después de que a los ingenieros se les olvidara desactivar un mapa denominado eco lap, que evita el consumo de gasolina antes de la carrera.
Jack Miller, que partía séptimo, tomó la cabeza a las primeras de cambio y completó un auténtico recital, imponiéndose por delante de Brad Binder y Jorge Martín. De esta forma, el australiano regresó a lo más alto del podio algo más de un año después de su victoria en Le Mans la pasada temporada. Marc Márquez concluyó cuarto tras partir desde la pole y mostrar claros signos de mejoría en su regreso a la competición, sabiendo dosificarse en el inicio para darlo todo al final de la carrera.
La carrera de Motegi evidenció que las órdenes de equipo todavía no han llegado a Ducati después de que Pecco Bagnaia y Enea Bastianini protagonizaran una lucha impresionante para desesperación de los directivos de la fábrica de Borgo Panigale, que al final vieron como su piloto con más opciones al título se caía al intentar superar al líder de MotoGP en la última vuelta.