Pedro Acosta se proclamó campeón del mundo de Moto3 con apenas 17 años. El de Mazarrón, segundo más joven de la historia en lograrlo, no pudo contener las lágrimas al recordar toda la temporada. El de KTM, tras escuchar el himno de España en lo más alto del podio, destacó las complicaciones sufridas a lo largo de todo un Mundial que ya nunca olvidará.
El piloto estuvo acompañado por su entorno más cercano en el circuito. Su padre incluso se sorprendía tras la carrera: "Quién me iba a decir que mi hijo iba a ser campeón del mundo". Un apoyo que ha sido clave y que Acosta destacó como uno de los secretos de su éxito. El murciano, además, también recalcó las dificultades vividas en la segunda parte del Mundial tras su cambio físico en verano.
Acosta, como cualquier otro adolescente, vivió su particular 'estirón' en el parón veraniego. Un aumento de estatura y peso que influye notablemente en el control de la moto. El de Mazarrón sufrió para la nueva adaptación, pero como él mismo ha relatado en Dazn tras proclamarse campeón, consiguieron 'domar' esta novedad.
Campeón del mundo
"Suena fuerte eh. Qué quieres que te diga. Me he pasado la última vuelta llorando entera. Hoy había muchas cosas que se juntaban. Empecé aquí. Hace menos de un año me quedé sin equipo. Solo puedo agradecerle esto a todo el equipo porque confiaron en ese niño que parecía que nunca iba a llegar".
Victoria
"No sentía nada. Siempre aprendía en las carreras. Esto, igual que me lo he merecido yo, se lo ha merecido Foggia. Por lo menos ha caído de nuestro lado".
Cambio en verano
"Había acabado un año duro. Me costaban bastante las últimas carreras por el peso y la estatura. Iba al límite. Acababa con dolores. En dos semanas empezamos otro año".
Rookie y campeón
"No es normal llegar a un Mundial y hacer esto. Ha salido así porque ha tenido que salir. Ha sido duro".
El físico
"La segunda parte de la temporada, cuando pegué el estirón en verano, costaba bastante por la estatura. Ha sido duro, pero estábamos ahí. Por una cosa u otra nunca terminábamos de rematar. Creo que esto ha sido gracias a todo el mundo que no ha parado de creer en mí".
De no tener equipo a ganar
"No me he puesto nervioso nunca. Si no ganaba, siempre aprendía. Empezar como empezamos, que se viera que me costaba mucho... A ningún piloto le gusta. Si alguien tenía que creer en mí era yo. No podía dejar que nadie me metiera cosas en la cabeza que no eran. Que mi entrenador de toda la vida venga conmigo a las carreras, tener un círculo cerrado en casa, creo que ayuda bastante. Ha habido gente que nunca ha parado de confiar en mí aunque no estuvieran en el equipo. Va para todos ellos, para KTM, que confiaron en un niño que se quedó sin equipo".
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