Ni él mismo sabía si iba a ser capaz de aguantar toda la carrera después de nueve meses de inactividad, tres operaciones en el húmero de su brazo derecho y un calvario que le hizo dudar si volvería a ser el de antes. Marc Márquez ha superado, una vez más, todas las adversidades y ha finalizado séptimo entre lágrimas en su regreso a la competición en el Gran Premio de Portugal, donde Fabio Quartararo ha impuesto su ley y ha sumado su segunda victoria consecutiva que le permite ponerse al frente de la clasificación general de MotoGP.
El Diablo, que partía desde la pole, realizó una mala salida que le colocó en la sexta posición pero en la novena vuelta tomó el mando de la carrera y llevó a todos al límite con un ritmo endiablado que sólo Álex Rins fue capaz de aguantar hasta que, a falta de seis vueltas para el final, se fue al suelo en la curva 5 después de marcar un giro antes la vuelta rápida en carrera.
Con el panorama despejado, Quartararo sumó su segundo triunfo consecutivo del año con una celebración al estilo de Cristiano Ronaldo mientras que por detrás entraron Pecco Bagnaia y Joan Mir. El vigente campeón del mundo de MotoGP aprovechó la caída de Johann Zarco a falta de cinco vueltas para atrapar en tercer cajón del podio.
El Campeonato del Mundo de MotoGP viajará dentro de dos semanas al circuito de Jerez-Ángel Nieto, donde El Diablo sumó dos victorias consecutivas la pasada temporada y donde comenzó el calvario de Marc Márquez, que este domingo ha llegado a su fin. El español entró en su box llorando, liberándose de toda la presión sufrida en estos últimos nueve meses. De momento, ya ha sumado nueve puntos y está a 52 del liderato de Quartararo. Comienza la remontada.