Marc Márquez está de vuelta. El campeón del mundo. El mago de Cervera que lideró el motociclismo español en los últimos años. El mismo joven, pues todavía tiene 28 años, que ha pasado prácticamente nueve meses alejado de los circuitos por una lesión tortuosa en el húmero. El de Repsol Honda se subirá a la moto después de mucho tiempo y con todos los focos apuntándole. Cómo está, si ha cambiado, y qué futuro tiene después de tantos meses sin poder competir al máximo nivel. Son solo algunas de las incógnitas que tendrá que resolver estos días.
Márquez competirá en Portimao y este sábado, con las rondas de clasificación, llegará el primer examen. Las sensaciones son buenas, pero ni él mismo ha querido confiarse. "Primer día completado después de nueve meses", ha subrayado en redes sociales, donde ha recalcado que "la única pregunta es cómo asimilará el brazo muscularmente todo el esfuerzo del fin de semana". El piloto no quiere mentir: casi un año sin correr no es baladí en niveles como el de MotoGP.
Por el momento cuenta con el aprobado tras las primeras sesiones. Incluso ha generado cierta ilusión entre los aficionados, pues su buena puesta en escena da para pensar que el talento no desaparece tan fácilmente. Sin embargo, a la hora de la verdad todo es muy distinto, y más teniendo en cuenta que el agotamiento físico puede pasar factura en el momento del Gran Premio.
Más allá de todas esas dudas a resolver, el hecho es que Marc Márquez está de vuelta. El piloto ya ha puesto fin a meses difíciles, donde puso su carrera en duda, y en los que la competición le acabó echando en falta. Su temporada ha comenzado, con muchas opciones de pelear por el podio del final del Mundial y perdiéndose solo dos carreras de lo que va de campaña. Tiempo suficiente para 'engancharse' a la cabeza.
Los médicos, señalados
19 de julio de 2020. Marc Márquez inicia el Mundial 2020 como gran favorito. Jerez, circuito español, primera carrera del año. Todos los focos sobre él. Un primer percance, una remontada posterior y un tercer puesto. Ovación para Márquez, que había subsanado su mal inicio. Sin embargo, se pasó de frenada en una curva, fue al suelo y tuvo que abandonar la carrera. El primer parte médico era evidentemente negativo: fractura de húmero y operación necesaria. La duda estaba en cuándo volvería.
Márquez se quedaba sin sumar en el primer Gran Premio. Pasó por quirófano en Barcelona y, sorpresa, se atrevió a postularse como posible participante en la segunda carrera. Solo unos días después de ser intervenido, Márquez se veía con opciones de subirse a la moto. Sería el gran error, aunque con el tiempo se supo que recibió el visto bueno de los médicos. El de Cervera, días después de operarse, acudía al circuito para probarse. Se subió a la moto y comprobó que no estaba en condiciones, pero el error ya se había cometido.
El catalán no tenía buenas sensaciones y en agosto se veía obligado a volver a operarse. Una segunda operación donde se tenía como objetivo reemplazar la placa de titanio que tenía el piloto. Se explicó que por causas de estrés esta había sufrido daños. Se llegó a explicar que al realizar un movimiento en su domicilio, abriendo un ventanal, se produjo la molestia. Versión que tiempo después corregiría el propio Marc. En diciembre, sin él en el circuito, se produjo la tercera y última operación. Cerca de 10 horas en quirófano y una baja de varios meses que ponía en duda su presencia en el actual Mundial. Dos años sin competir era el peor de los escenarios.
Las dudas sobre quién era el culpable de la situación comenzaron a plantearse. ¿Había sido Márquez quien arriesgó? ¿Fueron los médicos? La explicación la dio el propio piloto en Dazn. "Fui a Jerez con la tranquilidad de que la placa aguantaba, que todo estaba bien porque así me lo dijeron -los médicos-". Como se pudo comprobar, la placa no aguantaba y las consecuencias fueron terribles. La segunda operación "no fue por abrir esa ventana, sino de todo el estrés acumulado". En conclusión, "fue un error".
La revolución en MotoGP
La ausencia de Marc Márquez en el Mundial de MotoGP disparaba las cábalas sobre quién se haría con el campeonato. Valentino Rossi era el más veterano, Quartararo quien estaba marcando el compás en sus duelos con el de Cervera. No eran pocos los pilotos que quitaban valor al propio título por el simple hecho de que Márquez no estaba compitiendo. Stoner aseguró que el Mundial estaba "devaluado" sin el de Honda. Rossi, cuando no se conocía el alcance de la lesión, seguía dando como favorito al de Cervera. Y Quartararo dijo que no le hubiese gustado ganar el Mundial si su principal rival.
Con todo ese escenario, bien derivado de la sinceridad o del miedo a no cumplir con las expectativas, el título se lo llevó otro español. Joan Mir daba la sorpresa en una de las temporadas más extrañas de la historia reciente de MotoGP. Sin dominar todo el Mundial, pero haciendo gala de una importante regularidad, se proclamó campeón del mundo el 15 de noviembre. El cuarto español en lograrlo. El piloto nacional que sucedía a Marc Márquez. El nombre que pocos daban como ganador y que acabó confirmando la revolucionaria temporada que se había vivido.
Márquez dudó de su carrera
Los nueve meses de Márquez no han sido sencillos. Mientras en los circuitos se hablaba de su vuelta y su forma física, mientras en los medios se insistía en preguntar a Honda cuándo podría regresar. Cuando incluso se dudaba de si la compañía firmaría a un sustituto de nivel para poder afrontar la nueva temporada, Márquez trabajaba contra viento y marea para regresar.
A finales de año, hacia octubre y noviembre, vivió su momento más complicado. Él mismo lo ha reconocido en los últimos días. Las pruebas y revisiones médicas decían que todo estaba en orden, pero Márquez, consciente del funcionamiento de su cuerpo, detectaba que algo no iba bien. Le costaba coger una botella de agua, se enfadaba, tenía dudas. El piloto decidió operarse y vivió diez días muy complicados tras pasar por quirófano.
Márquez incluso se planteó si tendría que retirarse o si viviría con un brazo prácticamente inservible. "Han sido 9 meses muy difíciles con las dudas, no solo de si volvería a montar, sino las dudas de si tendría un brazo normal. Siempre he mantenido el optimismo, ha sido clave, sobre todo las personas de mi entorno que me han ayudado", ha subrayado recientemente. Como cualquier deportista de élite que se enfrenta a una lesión, las dudas sobre si su figura sufriría cambios eran drásticas. Sin embargo, ese optimismo que tiró de la moto de Márquez está presente para su regreso. Márquez convence... y habrá que ver si vence.
[Más información - Marc Márquez, feliz en su regreso a MotoGP: "Difícil encontrar una palabra para describirlo"]