Hacía tanto frío (10 grados a las 15.00 horas) y había tantísima agua en la trazado que, pese a las labores de limpieza y drenaje que llevaron a cabo los comisarios de pista, Dirección de Carrera se vio obligada a cancelar el resto de la jornada del Gran Premio de Australia después de que sólo seis pilotos se atrevieran a rodar en la segunda sesión libre de MotoGP antes de que apareciera la bandera roja en el circuito de Phillip Island.
Valentino Rossi, que fue uno de esos seis valientes que se enfrentaron a las inclemencias meteorológicas mientras el resto de la parrilla de la clase reina permanecía resguardada en los boxes, había marcado previamente el segundo mejor tiempo en la primera sesión pero vio como descendía hasta la última posición de la tabla de tiempos después de ser sancionado. La penalización llegó después de que el piloto italiano de Yamaha diera 11 vueltas con el neumático de lluvia delantero extra blando cuando Michelin había impuesto una limitación máxima de 10 giros por motivos de seguridad.
“Pensé que había dado nueve vueltas, pero han contado la vuelta de instalación y la de entrada a boxes. Esperaba que me quitaran una vuelta, pero me han quitado todas las que he hecho con ese neumático. Me han jodido toda mi salida y si no mejoro mi tiempo en el tercer entrenamiento libre tendré que pasar por la Q1. Esta regla es un poco extraña porque podía haber dado otras 10 vueltas con ese neumático porque estaba como nuevo”, se lamentó Il Dottore después de que la organización del campeonato del mundo haya decidido añadir 15 minutos más a la tercera sesión libre de las categorías de MotoGP y Moto2 para compensar la pérdida de tiempo tras la cancelación del segundo entrenamiento. Tampoco es que las previsiones meteorológicas para la jornada del sábado sean más halagüeñas porque las temperaturas serán incluso más bajas y la lluvia también hará apto de presencia.