“Hay que aprovechar las oportunidades cuando se presentan. Tienes que creer en ti mismo y tener confianza. Tienes que creer que eres el mejor del mundo ese día, sino, no ganas”. La frase fue pronunciada por Cal Crutchlow hace dos semanas, cuando consiguió su primera victoria en MotoGP bajo la lluvia de Brno. El piloto británico llegó a Silverstone repleto de seguridad en sí mismo.

Una cita especial porque, al estar en casa, le acompañan su mujer Lucy y su hija Willow, que el viernes cumplió su primer mes de vida. Crutchlow debió de frotarse las manos cuando, una hora antes de la sesión de clasificación de la clase reina, se puso a llover de forma intensa y un fuerte viento (18 km/h) comenzó a sacudir la pista. Sabía que tenía la oportunidad de hacer historia delante de su afición y no la desaprovechó porque consiguió su tercera pole en MotoGP, tras las conseguidas en 2013 en Assen y Brno, y 39 años después de la lograda por Barry Sheene en Silverstone en 1977.

En el trazado más largo (5.900 metros) del calendario mundialista, Crutchlow sólo necesitó tres giros para marcar el mejor crono (2:19.265) y asegurarse una pole que era prácticamente imbatible. Valentino Rossi, a 0.998, y Maverick Viñales (1.249) terminaron por completar una primera línea de la parrilla de salida de la que Marc Márquez se vio apeado en el último instante al sufrir una caída en la curva 1, donde cayó la pasada temporada en la carrera. Una caída que se produjo cuando sólo restaba un minuto para la conclusión de la sesión de clasificación y que le relegó a la quinta posición y por detrás de Dani Pedrosa, su compañero de equipo en el Repsol Honda.

Una fila por detrás partirá Jorge Lorenzo (noveno), que fue el primer piloto en salir a pista aunque no consiguió mejorar sus sensaciones en agua.

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