La temporada de la Fórmula 1 se aproxima a su final. Este fin de semana se celebra el Gran Premio de Brasil y eso quiere decir que el Mundial entra en la fase de las tres últimas carreras del año. En dos semanas tocará en Las Vegas, que se estrena en el Gran Circo, y en tres se echará el cierre en Abu Dabi.
La emoción está en todo lo que suceda tras la primera plaza de Max Verstappen, que en Qatar ató su tercer Mundial, el segundo de manera incontestable. El piloto neerlandés suma 16 victorias esta temporada -el récord histórico en la Fórmula 1- y trata de ampliar la cuenta ante la resignación del resto.
El poder de la unión entre Verstappen y Red Bull volvió a dejar sin emoción otro año más la batalla por el Mundial. A Aston Martin no le bastó su sobresaliente arranque de Mundial y tanto Mercedes como Ferrari se presentaron tarde, todavía sin darles para competir de verdad con 'Mad Max'. Todos ellos quieren que eso no se repita en 2024.
Desde verano, las cabezas de los equipos están puestas, sobre todo, en la temporada que viene. Constará de 24 carreras y comenzará en Baréin durante el fin de semana del 2 de marzo. Quedan 120 días para que el contador vuelva a partir de cero, pero la tensión crece a un ritmo disparatado según se acerca el final del presente curso.
El mejor ejemplo se ha visto en los últimos días, con Aston Martin y Mercedes de protagonistas y Red Bull de fondo. Rumores de todo tipo han surgido en torno a Fernando Alonso, mientras que en las 'flechas plateadas' ha habido un despido de lo más llamativo.
Fernando Alonso apuesta al verde
En cuanto a Alonso, la bomba mediática volvió a estar con él. Esta vez por esa poderosa ola que le colocaba con opciones de ser el compañero de Verstappen en Red Bull el año que viene. Eso significaba el despido de 'Checo' Pérez, con contrato con la escudería austriaca por otro año más, pero la rumorología le dio una vuelta de tuerca más y apunto a un cambio de cromos entre el español y el mexicano.
Paralelamente, surgieron dos corrientes más de rumores sobre Aston Martin. Una que volvía a afectar directamente a Alonso, intuyendo que se podía retirar a final de este año, y otra, ya sí con más fundamento, que hablaba de la posible venta de la escudería por parte de Lawrence Stroll, padre de Lance Stroll, a los árabes.
En lo que a él respecta, Alonso tardó poco en hacer desaparecer el humo. En una entrevista en Fox Sports, el asturiano explicó que, aunque tal vez esté "un poco más débil ahora que cuando tenía 20 años", no tiene una fecha en la que quiera poner fin a su carrera.
Sobre lo de Red Bull, con el enfado que mostró este jueves fue suficiente: "No es gracioso cuando juegan con algo. Habrá consecuencias", dijo Fernando Alonso. Horas después, Helmut Marko, asesor de la marca austriaca, lo incendió todo: "En cuanto a los rumores, me imagino que Alonso los difundió él mismo porque sus resultados con Aston Martin han sido muy decepcionantes últimamente después del brillante comienzo de temporada".
El latigazo en Mercedes
Entre este toma y daca de Alonso y Red Bull, llegó el notición en Mercedes. Este no era otro que el despido de Mike Elliott, hasta ahora director técnico de la escudería germana. Él fue uno de los hombres fuertes de Toto Wolff durante la exitosa era híbrida, pero también la cabeza pensante de aquel W13 sin pontones con el que buscaba sorprender ante la llegada de las nuevas reglas técnicas.
La apuesta de Elliott fue equivocada y lo peor de todo es que convenció dentro de Mercedes para que el W14 de este año fuera, en cierta manera, continuista en el modelo. La consecuencia es que el equipo solo ha ganado una carrera en dos años, precisamente la de Brasil 2022 con el triunfo de George Russell. Lewis Hamilton no logra una victoria desde Abu Dabi 2021.
El despido de Elliott no puede significar otra cosa que no sea un cambio de rumbo de cara a 2024. Poco se sabe por ahora, pero Russell dejó claro este jueves qué es lo que buscan: "Nuestro único objetivo es poder volver a tener un coche capaz de ganar carreras y en un futuro breve lo volveremos a tener", dijo. Él y Hamilton quieren "volver a lo más alto del campeonato". El siete veces campeón del mundo -a 20 puntos de Pérez- todavía pelea por el subcampeonato de este año.
Cambio radical en Ferrari
Y llegamos a Ferrari, de la que nunca nadie sabe qué esperar. Para 2024 será un concepto nuevo: "El coche de 2024 será muy distinto porque mientras desarrollábamos el coche de este año nos dimos cuenta de que tomamos algunas decisiones con su arquitectura que no eran las correctas", dijo ya en agosto el responsable del chasis del Cavallino Rampante Enrico Cardile. "Chasis distinto, diseño distinto y una parte trasera distinta", era todo lo que podía decir.
En la misma línea se mostró hace unas semanas Charles Leclerc, que anticipó también un Ferrari para 2024 "muy diferente al actual". La pole del piloto monegasco en Mónaco ya fue una sorpresa, aunque luego en carrera se volvió a la realidad, y la escudería todavía pelea con Mercedes por la segunda plaza de constructores, pero la meta de verdad se pone en el año que viene. El pasado 21 de octubre se cumplieron 16 años del último Mundial de pilotos de la firma italiana, el de Kimi Räikkönen en 2007. Demasiado tiempo de espera para el siguiente.