La Fórmula 1 deja espectáculo hasta el final. Aunque el título esté decidido y pese a que todo indicaba a que el final de este Gran Premio de Brasil sería plácido, Interlagos tenía sorpresas preparadas y se vivieron unas últimas vueltas de locura. Russell aguantó para llevarse la victoria por delante de Hamilton, segundo, y de Sainz, que se subió al podio. Pero la remontada milagrosa fue obra, una vez más, de Fernando Alonso. [Narración del Gran Premio de Brasil]
El asturiano partía desde la posición 17 y, como mucho, antes de la carrera soñaba con entrar a duras penas en los puntos. Pero sus habilidades y también un poco de la fortuna con la entrada en la pista del coche de seguridad, le hicieron alcanzar la quinta plaza de una manera formidable.
Russell estrenó, por lo tanto, su palmarés de victorias. El británico mostró nervios de acero en una carrera que tuvo que pelear hasta el último instante y sumó su primer triunfo en la Fórmula 1. Un día, que a buen seguro jamás va a olvidar en toda su vida.
Salida accidentada
El Gran Premio de Brasil estuvo marcado por los accidentes. Con Russell defendiendo la primera plaza y otros como Hamilton, Verstappen o Sainz al ataque, la salida fue limpia en las primeras curvas pese a la batalla. Sin embargo, cuando parecía que todo comenzaba a despejarse por detrás llegó el toque entre Ricciardo y Magnussen que obligó al coche de seguridad a hacer acto de presencia por primera vez.
Seis vueltas tuvo que estar frenando la carrera mientras limpiaban la pista. Lo que no sabía era que en cuanto se fuera, los pilotos iban a tardar apenas unos segundos en volver a hacer de las suyas. En esta ocasión, iban a ser los primeros espadas. Verstappen y Hamilton se tocaron, esparcieron restos de sus respectivos coches por el asfalto pero, afortunadamente, ambos pudieron seguir.
Eran momentos de tensión máxima porque en esa misma vuelta, apenas unos segundos más tarde Norris entró pasado y se llevó por delante a Leclerc. Milagroso que el de Ferrari pudiera seguir en carrera y milagroso también que terminara donde acabó después de haber ido último.
Mala suerte para Sainz
Russell tenía controlada la carrera y su primera plaza parecía no correr demasiados problemas como así se reflejó en las vueltas siguientes. Por detrás, Sainz seguía peleando para escalar puestos pero la mala suerte se cebó con él. No tenía ni mucho menos previsto entrar tan pronto a boxes, pero un problema mecánico le lastró.
Uno de los plásticos que se desprenden de los cascos de los pilotos para su correcta visibilidad durante cada Gran Premio, se incrustó en los frenos de su monoplaza y eso provocó un sobrecalentamiento. Se vio cómo su coche, en la parte trasera, echaba humo en repetidas ocasiones así que no le quedó más remedio que entrar. Más adelante, la parada de Alpine para Alonso fue nefasta y eso también le restó opciones en su remontada.
El Gran Premio de Interlagos se fue encaminando poco a poco hacia un final relativamente tranquilo. Russell mandando, Hamilton remontando y peleando, y más o menos todo estabilizado. Pero quedaba la traca final, esa que dio paso a unas últimas vueltas de infarto donde los mejores como Fernando Alonso siempre sacan a relucir su calidad.
Norris se quedó parado en la pista y en un primer momento los comisarios decretaron el virtual safety car. Sin embargo, había que retirar el monoplaza y entró de nuevo en acción el coche de seguridad sobre la pista. Diferencias reducidas a cero, y vuelta a empezar.
En este nuevo escenario, Russell aguantó por delante de Hamilton, pero el gran protagonista fue Fernando Alonso. El asturiano primero superó a su compañero Ocon y después a Bottas para subir a la sexta plaza, pero estaba completamente desatado. No se conformó y su siguiente víctima fue Checo Pérez. El mexicano opuso resistencia pero finalmente el español alcanzó la quinta plaza.
Un final prodigioso de carrera, y una quinta plaza para un Fernando Alonso que salía desde el puesto 17. Russell celebró su primera victoria en la Fórmula 1 y se afianza en la cuarta plaza del Mundial.