La nueva Fórmula 1 pasa factura a los más veteranos. Lewis Hamilton terminó la carrera cojeando después de bajarse de su Mercedes al final del Gran Premio de Azerbaiyán. El porpoising le ha producido unos dolores de espalda insoportables que surgieron durante la carrera, aunque los arrastraba todo el fin de semana. La imagen del siete veces campeón del mundo saliendo de su coche evidenciaban su grave problema y Toto Wolff no ha asegurado su presencia la próxima semana en Canadá.
La entrada en vigor de la nueva normativa en el Mundial de Fórmula 1 prometió grandes cambios que igualarían las fuerzas de todos los equipos de la parrilla. El citado cambio de reglamento hizo que regresara el efecto suelo que ha llevado a la mayoría de los equipos a sufrir ese rebote constante del suelo del monoplaza contra el trazado. Cuando parecía que habían solventado el problema, Bakú lo ha traído de vuelta con unas consecuencias bastante difíciles para Hamilton.
El jefe de la escudería Mercedes respondió cuando se le preguntó si existía alguna preocupación de que el dolor de Hamilton pudiera incluso dejarle fuera de la carrera del próximo fin de semana en Canadá dijo que "sí". "No lo he visto y no he hablado con él después de la carrera, pero puedes ver que esto ya no es un problema de los músculos", explicó. Además, cargó contra Fernando Alonso por ser el único que no está "de acuerdo en que esto es un problema".
El siete veces campeón dijo que no podía explicar cuánto dolor tuvo que soportar durante la carrera: "Solo estaba aguantando y apretando los dientes por el dolor, la adrenalina ayudó". Mercedes siempre cuenta con uno de sus pilotos reserva en las carreras, que normalmente es uno de sus pilotos de Fórmula E, Stoffel Vandoorne o Nyck de Vries. Este próximo fin de semana podría salir a pista alguno de los dos si el británico no se recupera bien.
Hamilton quiso mandar un mensaje a la FIA quejándose del porpoising durante la carrera en Azerbaiyán. "Me está matando la espalda", sentenció por la radio dirigiéndose a su equipo. Su protesta no quedó ahí y al bajar del monoplaza tras la carrera se le vio visiblemente afectado de la espalda, intentando realizar ejercicios de estiramientos, aquejado de un gran dolor. Además, se marchó cojeando hacia el garaje de Mercedes.
Al término de la carrera el piloto de Mercedes no tuvo dudas a la hora de calificar la carrera como "la más dolorosa" de su vida. "Ha sido un año muy duro. Hemos tenido este rebote desde el principio y no ha mejorado. No sé qué esperar en estas próximas carreras, pero tenemos que empezar a mejorar", recalcaba en los medios oficiales. Wolff cree que "no es solo un problema de Lewis". "Él es el que probablemente esté más afectado. Pero, en general, también afecta a George y a muchos otros", sentenció.
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