Lewis Hamilton ha vuelto salirse del plano deportivo para mojarse sobre conflictos sociales. El piloto británico ya fue uno de los principales rostros que promovieron el movimiento Black Lives Matter en el mundo del motor. Y ahora, a unas horas de que se dispute el Gran Premio de Hungría, el campeón del mundo ha pedido a la población que acuda a votar en el próximo referéndum en defensa de los derechos LTGB.
El piloto de Mercedes, por medio de sus redes sociales, ha enviado un mensaje muy claro a todos sus fans húngaros. Y no es otro que el de oponerse a la popular y polémica ley anti-LTGB en la que se quiere prohibir la "promoción" de la homosexualidad. Concretamente, la ley habla de prohibir "representación y la promoción de una identidad de género distinta del sexo al nacer, del cambio de sexo y de la homosexualidad. Una medida que ha provocado incluso la reacción de la Unión Europea.
"A todos en este hermoso país, Hungría. Antes del Gran Premio de este fin de semana, quiero compartir mi apoyo a los afectados por la ley anti-LGBTQ+ del gobierno", posteó en una historia en su cuenta de Instagram, donde cuenta con más de 23 millones de seguidores acostumbrados a las campañas sociales y políticas del británico, siempre activo en estos asuntos.
"Es inaceptable, cobarde y erróneo que los gobernantes sugieran una ley así. Todo el mundo merece tener la libertad de ser él mismo, sin importar a quién ame o cómo se identifique. Insto al pueblo húngaro a votar en el próximo referéndum para proteger los derechos de la comunidad LGBTQ+, necesitan nuestro apoyo más que nunca", concluyó en el mensaje.
Hamilton vivirá un Gran Premio de Hungría muy especial. Y no por este mensaje enviado, que también provocará una reacción entre los aficionados. Hamilton recordará su primera victoria con Mercedes hace ocho años. Cosa que ya ha hecho en redes sociales y que podrá hacer presencialmente el fin de semana.
El deporte, contra dicha ley
El mundo del fútbol ha sido uno de los más beligerantes contra la propuesta húngara. Así se pudo comprobar en una Eurocopa repleta de polémicas y donde la UEFA no quedó en buen lugar al intentar tomar una posición neutral. Todo comenzó cuando Múnich pidió iluminar con la bandera arcoíris el estadio antes del duelo contra Hungría. Un gesto con el objetivo de responder políticamente a Hungría y que fue rechazado por la UEFA.
Poco después, hubo patrocinadores que denunciaron públicamente que la organización les había prohibido mostrar banderas arcoíris en estadios de Rusia y Azerbaiyán. Incluso se vio retirar una de estas banderas de la grada. La UEFA, después de numerosas críticas, acabó sancionando a Hungría por comentarios racistas y homófobos en la grada del Puskas Arena. Semanas después, Hamilton recupera la polémica de cara al próximo referéndum.
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