Isidre Esteve en la etapa 5 del Rally Dakar.

Isidre Esteve en la etapa 5 del Rally Dakar. Imagen Cedida / Repsol Toyota Rally Team - Mediagé Comunicación

Motor

"Fiebre, vómitos y averías": el calvario de un Isidre Esteve que no pierde la sonrisa ni la velocidad en su 20º Rally Dakar

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El Rally Dakar es conocido por ser la carrera de los pilotos diferentes. En todas las pruebas del mundo, sean del tipo que sean, predomina ese gen de ser el más rápido con una obsesión enfermiza. Sin embargo, en esta competición que ahora escribe su historia en el desierto de Arabia Saudí, la velocidad a veces es incluso lo de menos.

Pero si hay un piloto que marca la diferencia por excelencia, ese es Isidre Esteve. El de Oliana no es uno más. Es un corredor que encarna a la perfección los valores de una carrera con una idiosincrasia particular. La valentía, la superación, la tenacidad y el amor por el mundo del motor y de los rally-raid casi por encima de todo. Pero sobre todo, la pasión por la vida. Ese lema que Isidre defiende a capa y espada desde el 2007. 

Fue en aquel año cuando Isidre padeció el accidente que cambió su vida y que le puso en un camino que le ha convertido, como él mismo apunta, en una mejor persona. En un hombre que sabe valorar muchas más cosas de todo lo que tiene alrededor. Entre ellas seguir participando en el Rally Dakar. 

En este 2025, Isidre se encuentra disputando su vigésima edición. Y en estos 20 años entre coches y motos, el del Repsol Toyota Rally Team no ha perdido ni la velocidad ni la sonrisa. A pesar de que esta carrera en ocasiones ha puesto su capacidad de resiliencia muy a prueba. Sin ir más lejos este mismo año, en el que Isidre ha tenido que hacer frente a una enfermedad, a varios pinchazos, a golpes y a la dureza del Dakar más exigente. 

Pero Esteve no se rinde y paso a paso ha conseguido llegar hasta el día de descanso tras cinco etapas (seis si contamos la doble de 48 horas) de extrema dificultad. Con mucho tiempo perdido en la general por culpa de una de esas averías, pero sin miedo a seguir demostrando su talento, Isidre afronta una segunda semana de Dakar con un optimismo que desborda. 

Lucha contra los elementos dakarianos

Dicen que el Rally Dakar es la carrera más dura del mundo con diferencia. Pero el Dakar de este año está siendo una auténtica prueba de supervivencia. Así lo demuestra la escabechina que se ha vivido sobre todo en la categoría de coches donde pilotos como Carlos Sainz, Laia Sanz, Sébastien Loeb, Nani Roma o Cristina Gutiérrez han tenido que abandonar o han sufrido averías irreparables.

Otro de los pilotos que ha padecido los avatares mecánicos de esta carrera es Isidre Esteve. El de Oliana sufrió el pasado lunes un problema en su Toyota que le hizo perder varias horas en la clasificación general y, en parte, revivir la pesadilla vivida en 2024, cuando una grave avería en el Empty Quarter arruinó su carrera y le hizo pasar una noche en el desierto saudí

Si no fuera por este problema, el piloto español estaría entre los 25 primeros de la tabla y con opciones de seguir escalando. Sin embargo, Isidre no sólo ha tenido contratiempos a nivel mecánico, sino que desde el principio de la prueba ha tenido que luchar contra una gripe que le ha dejado destrozado físicamente. Los primeros días los tuvo que pasar con fiebre, con vómitos y casi sin poder ver la luz al final de un túnel que iba camino de convertir su 20º Dakar en una pesadilla. 

No obstante, Esteve ha vuelto a dar una lección de vida viendo siempre el vaso medio lleno con su positivismo natural: "A pesar de la gripe y de que la mayoría de días hemos tenido muchas dificultades, estoy satisfecho. Estamos un poco atrás en la general por las tres horas que perdimos el lunes. De no ser por eso, ya estaríamos en el Top20 absoluto. Ahora viene una segunda semana de carrera superbonita. Vienen las dunas, viene más dificultad, el coche va muy bien y tengo mucha confianza".

El coche de Isidre Esteve en el Dakar con una aleta desprendida tras un golpe.

El coche de Isidre Esteve en el Dakar con una aleta desprendida tras un golpe. Imagen Cedida / Repsol Toyota Rally Team - Mediagé Comunicación

Así de motivado se muestra de cara a la segunda semana. Y es que en cuanto su maltrecho cuerpo le ha respetado, sus manos han hecho el resto: "Los médicos dieron con la solución y ya puedo centrarme en disfrutar del coche y del pilotaje. Seguro que, a partir de ahora, podremos hacer buenos resultados".

Y es que el catalán afirma desde Arabia Saudí encontrarse mucho mejor estos días. Sin embargo, los peligros acechan en cada rincón. Su mejoría física ha contrastado con los problemas sufridos con los reventones durante las dos etapas maratón: "En la primera parte de la maratón pinchamos una rueda hacia el final de la especial. Y en la segunda, nada más salir, en el kilómetro 16, hemos pinchado la segunda. Ya no teníamos ruedas de recambio, pero hemos decidido arriesgar un poco, con un ritmo muy alto durante toda la etapa, y nos ha salido bien".

A pesar de las trabas del camino de este Dakar, Isidre sigue saboreando cada kilómetro como si fuera el último. Disfrutando más del trayecto que de la meta. Y dándole gracias a la vida y a su propio espíritu de supervivencia por seguir peleando por grandes retos tanto deportivos como personales. 

20 años, una vida

Isidre Esteve llegó a este Rally Dakar 2025, su vigésima participación en la prueba más dura del mundo, con grandes ambiciones deportivas. La mala fortuna le ha hecho replantearse esos retos, pero no ha cambiado su objetivo general: seguir sintiéndose piloto y seguir pasándoselo bien con el deporte que ama. 

Por ello, desde Arabia Saudí hace balance de lo que ha sido ese camino que empezó en el año 1998. "Estamos muy contentos de estar aquí. En la etapa maratón, hemos disfrutado muchísimo. Echaba de menos poder correr e ir al máximo, y estos dos últimos días lo he podido hacer. Estoy supercontento, sobre todo porque nos queda una segunda semana de carrera muy intensa".

La prueba de que Isidre nunca se rinde es que su positivismo se contagia en aquellos que siguen respaldando sus mil y una aventuras como el caso de Repsol, MGS Seguros o TOYOTA GAZOO Racing Spain, sus apoyos principales en este Dakar: "Podemos continuar haciendo lo que nos gusta, que al final es lo que nos ha llevado hasta aquí y ha sido y es nuestra vida".

Esa vida, la de Isidre Esteve, cambió de manera drástica en el año 2007. Pasó de ser un piloto presente en todas las quinielas de los posibles ganadores de la carrera en la categoría de motos a que un grave accidente le dibujara un futuro totalmente diferente. Aquella caída en el mes de marzo en una prueba del Campeonato de España de Rallys Todo Terreno le provocó una paraplejia irreversible que en un principio pintó su vida de negro, pero a la que con el tiempo Isidre ha ido sabiendo ponerle color gracias al apoyo de pilares como su mujer Lidia o su copiloto Txema Villalobos.

Isidre Esteve durante su etapa en motos.

Isidre Esteve durante su etapa en motos. Imagen Cedida / Repsol Toyota Rally Team - Mediagé Comunicación

"Para mí, el Dakar ha sido un aprendizaje a nivel personal. Cuando volví a casa de mi primera participación, me dije que no me volvería a quejar en la vida, porque era una persona afortunada por las oportunidades que había tenido y las que seguro que iba a tener. Desde que fui por primera vez al Dakar, soy mejor persona. Viajar, conocer distintas culturas, encontrarte en situaciones muy límite en lugares donde te sientes frágil… te hace ver la vida de forma diferente".

"Hay una primera parte de mi vida, cuando empiezo en moto y tengo todas esas experiencias en el Dakar. Durante cuatro o cinco años, estuve en ese pequeño grupo de pilotos que tiene opciones de ganar carreras y de ganar el Dakar. La segunda parte es a partir de 2007 y el accidente. Mi forma de ver y de vivir lo que realmente es importante en la vida es diferente desde entonces. Ahora, simplemente agradezco la oportunidad de estar hoy aquí, con la suerte de estar trabajando en lo que nos gusta".

Asimilar ese cambio no fue fácil ni para Isidre ni para su entorno, ya que pasó de lo más alto a lo más bajo en un segundo. Un segundo que se hizo eterno: "Me lesiono en el mejor momento de mi carrera deportiva, cuando tenía todo lo que había soñado y, de repente, no hay plan. Todo el mundo tiene un plan de vida. Para mí, no había plan, no podía hacer nada. Toqué fondo y suerte que tenía a Lidia al lado. Un día, con Lidia, dijimos: ¿Sabes cuál será nuestro objetivo a partir de ahora? Vivir. Nada más. A partir de ahí, construimos nuestro propio camino. Hasta aquí".

Isidre, como siempre hace, se repuso del golpe. Y jamás volvió a necesitar dar un paso porque gracias a su fuerza de voluntad emprendió el vuelo rumbo a la leyenda. Esa que sigue construyendo día a día, también en este Dakar donde promete seguir dando mucha guerra.

"El objetivo es ser cada vez más competitivos, ser mejores. Hacer mejores etapas y estar más cerca de los pilotos de delante. Estar ahí, para superarnos, hacerlo mejor, llegar al final y estar satisfechos de lo que hemos hecho".