F1 vs MotoGP: ¿Cuál es más rápido? El análisis de dos máquinas perfectas

Este fin de semana el mundial de motociclismo de MotoGP celebra su segundo Gran Premio, disputado en Portugal. A miles de kilómetros, en Australia, el mundial de Fórmula 1 celebra su tercera prueba de la temporada.

Los dos grandes campeonatos de motociclismo y automovilismo conviven en el panorama del motor desde hace años aunque su popularidad ha ido variado, en buena media por el espectáculo que dan pilotos y equipos cada año. Una temporada con mayor competencia y espectáculo siempre es más seguida por los espectadores.

Los amantes de las dos ruedas valoran la cantidad de adelantamientos que se producen en las pruebas de MotoGP y la variedad de ganadores que hay al final del año, algo que en la Fórmula 1, al menos en los últimos años, no ha sucedido. Por el contrario, los amantes de las cuatro ruedas hablan de tecnología, estrategia, carreras más largas y exigentes para los pilotos...

Sea como fuere, lo que sí que es comparable son los aspectos técnicos de las máquinas protagonistas: una MotoGP o un Fórmula 1. ¿Qué es más rápido, más potente, más ruidoso o más avanzado aerodinámicamente?

Potencia

Los motores son los corazones de ambas máquinas y, pese a que la potencia que son capaces de generar es muy superior en favor de un Fórmula 1, hay más aspectos a tener en cuenta para intentar entender qué vehículo es más potente.

El reparto de potencia de una MotoGP actualmente ronda los 300 caballos. Cada fabricante ofrece unas prestaciones y el aporte máximo de potencia es algo poco común. Los propulsores deben asegurar una vida mínima y para eso los equipos deben cuidarlos controlando los esfuerzos a los que se les somete. Por esta razón fijamos en 280cv la potencia media de una MotoGP.

En el caso de un Fórmula 1, el dato de potencia es uno de los grandes secretos de cada fabricante, aunque la congelación de la evolución de los propulsores y las limitaciones en algunos aspectos técnicos hacen que se pueda calcular que rondan los 1.000cv. La potencia máxima de un motor de F1 está repartida entre el propulsor térmico y el eléctrico (MGU-K) que rinde cerca de 160 cv. Los equipos tienen limitaciones al uso de propulsores durante la temporada (cuatro unidades del motor de combustión y otras cuatro del eléctrico). No son las únicas limitaciones en cuanto al uso de piezas: dos baterías, dos unidades de control electrónico (CE) y ocho de cada uno de los cuatro componentes del sistema de escape, si superan el uso de alguno de esos componentes el piloto será sancionado por posiciones en la parrilla de salida del Gran Premio.

Pero si hay tanta diferencia en la potencia que rinde el motor, ¿por qué no se ve tanta diferencia cuando corren? La respuesta está en el peso. Una MotoGP pesa 157 kilogramos de peso mínimo y un Fórmula 1 749kg. Es decir, En un Fórmula 1 la relación cv por kg es de 1,4 mientras que en una MotoGP es de 1,8.

El vehículo de dos ruedas tiene más potencia en relación con el peso que hay que mover con lo que se le considera más potente estos términos.

Velocidad máxima

Existen muchas formas de analizar este aspecto. Si comparamos el récord absoluto de velocidad máxima: ganan los Fórmula 1. En 2016 en el Gran Premio de Baku, Valtteri Bottas logró alcanzar los 378 km/h en la interminable recta del circuito de Azerbaiyán gracias a un rebuzo. Por su parte, Brad Binder a lomos de su KTM alcanzó los 366,1 km/h en Mugello este 2023, rompiendo el anterior récord de Johann Zarco con Ducati en Qatar cuando rodó a 362,4 km/h.

El problema al comparar estas velocidades máximas es que los récords se llevaron a cabo en circuitos distintos y en condiciones y años diferentes. Además, en los últimos años la reglamentación de la F1 ha podido penalizar en algunos aspectos a la velocidad de los monoplazas aunque la creatividad de sus ingenieros sigue restando décimas al crono y creando cada vez coches más rápidos.

A lo largo de ambos mundiales, MotoGP y Fórmula 1 coinciden en cinco trazados durante la temporada. A excepción de Austria, en donde MotoGP incluye una chicane que la F1 hace como recta, el resto de circuitos son iguales en trazado. Esto nos lleva a preguntarnos, ¿cómo de rápidos fueron los F1 y las MotoGP la pasada temporada en esos trazados?

A simple vista se ve como los puntos rojos (que representan a pilotos de MotoGP) están más arriba que los azules (pilotos de F1) aunque hay dos excepciones: Spielberg (Austria) y Silverstone (Inglaterra). 

En el caso de trazado austríaco el motivo sería los excasos 622 metros de su recta que impiden a las motos ofrecer todo su rendimiento, más aún cuando para los F1 las últimas curvas del trazado son de alta velocidad y lograr entrar en la recta de meta con una velocidad mayor. 

En el caso de Silverstone, en donde el dominio de uno u otro está más reñido quizás se debe a también las curvas previa y posterior a la recta que también pueden condicionar la entrada y la salida de la recta para las motos en favor de los coches que logran más rendimiento en los aproximadamente 1.200 metros de recta del trazado inglés.

Aerodinámica

El aspecto aerodinámico ha sido uno de los que más ha separado a ambos mundos en los últimos años. Mientras que en los monoplazas la aerodinámica es clave en el rendimiento de un coche, más aún con el regreso del efecto suelo desde 2022, en las MotoGP hasta hace relativamente poco era un concepto poco explotado.

En el caso de las dos ruedas, las MotoGP, o sus antecesoras de 500cc, eras maquinas en donde se daba prioridad a la mecánica y a que el piloto pudiera encontrar una posición cómoda dentro del encadenado en recta y en curva. Esta filosofía convertía al piloto casi en el elemento aerodinámico más importante. Con el paso de los años, los ingenieros han ido introduciendo conceptos traídos de la F1 y otras categorías del mundo del motor que han añadido alerones y endplates a lo largo de la carrocería con el fin de lograr más eficiencia aerodinámica que se transforme en velocidad para bajar los cronos.

Comparativa entre la Honda NSR500 de Mick Doohan en 1999 y la Ducati Desmosedici GP23 de Pecco Bagnaia en 2023

La Fórmula 1 lleva muchos más años innovando en este sentido. Los monoplazas han cambiado de aspecto radicalmente en las últimas décadas ya sea por cambios en el reglamento o por innovaciones técnicas que han acabado siendo implantadas por todos. Comprando el MP4/14 que hizo campeón a Mika Hakkinen en 1999 con el RB19 que hizo campeón a Max Verstappen en 2023 las diferencias son obvias. Los monoplazas han crecido en tamaño, tienen formas mucho más trabajadas e incluyen cantidad de endplates repartidos por el chasis con el objetivo de redirigir los flujos de aire que pasan por encima y por debajo del mismo.

Comparativa entre el MP4/14 de McLaren campeón en 1999 y el Red Bull RB19 campeón en 2023

El trabajo en la aerodinámica no es por estilo ni por moda. La superioridad de la Fórmula 1 sobre una MotoGP se ve en la velocidad de paso por curva. A lo largo de la temporada hay curvas que para un F1 son rectas porque apenas tiene que reducir la velocidad que para una MotoGP son verdaderos retos en su trazada (teniendo que reducir y volver a acelerar perdiendo mucho tiempo).

Por ejemplo, en la curva Rindt del Red Bull Ring los monoplazas la trazan a 190 km/h y las MotoGP a 120 km/h. En la moto hay que frenar unos 200 metros antes que en el auto. Eso supone una diferencia en el Red Bull Ring de más de 20 segundos por vuelta.

Aceleración

Pero pese a ser más potente y lograr una velocidad máxima superior en los circuitos con grandes rectas ¿son las MotoGP las que más rápido aceleran? A medida que aumenta la velocidad, los F1 son más rápidos, es decir, logran antes alcanzar esa velocidad.

De 0 a 100 km/h: Se trata de una capacidad de agarre. En un Fórmula 1, los neumáticos tienden a deslizarse, mientras que en una MotoGP, la rueda delantera lucha por mantenerse en contacto con el suelo. A pesar de estas diferencias, ambas máquinas logran un rendimiento similar en este tramo, con un tiempo promedio de 2,6 segundos.

De 0 a 200 km/h: En este punto, la tecnología y la electrónica toman el protagonismo. A partir de los 180 km/h, la electrónica en un coche de F1 asume el control total, mientras que el piloto de MotoGP puede seguir acelerando a fondo. El Fórmula 1 logra esta aceleración en 4,6 segundos, mientras que la moto lo hace en 4,8 segundos.

De 0 a 300 km/h: En este tramo, la MotoGP requiere 11,8 segundos para alcanzar los 300 km/h, mientras que el monoplaza de F1 lo logra en 10,6 segundos. Es importante destacar que el coche necesita largas rectas para alcanzar su velocidad máxima, mientras que la moto puede mantener su velocidad máxima constantemente.

Sonido

Con dos motores tan distintos y dos vehículos tan diferentes es evidente que el sonido en pista es muy significativo. La llegada de los motores híbridos a la Fórmula 1 ha transformado el ruido de sus propulsores y muchos hinchas echan de menos ese ruido atronador que tenían los viejos motores V10 y V8.

En el pasado, los más expertos eran capaces de escuchar un motor de F1 y ser capaz de identificar de qué equipo se trataba. Hoy en día, entre que cada vez más equipos comparten un mismo fabricante y que la congelación de los motores ha llevado a una equiparación es algo muy complicado, casi imposible.

En la comparativa entre MotoGP y un Fórmula 1, el vehículo más ruidoso es la motocicleta. De media, una moto genera unos 128 decibelios mientras que el coche se eleva hasta los 118 decibelios.

Ambos están rozando el ruido 'insoportable' para los humanos según los expertos aunque algo como el desapegue de un avión de reacción o una nave espacial puede llegar a generar entre 120 y 180 decibelios de ruido.

Pese a que los aficionados a la F1 se han acostumbrado con el paso del tiempo al sonido de los nuevos propulsores, eventos como el de Fernando Alonso en Abu Dabi en 2020 recuperan viejas sensaciones. El piloto asturiano acaba de fichar por Renault en su regreso al Gran Circo y el equipo y la FIA le permitieron rodar con el viejo Renault R25 con el que logró ganar su primer mundial en los tiempos muertos del último gran premio de aquella temporada. La expectación fue increíble y el estruendo de aquel motor Renault sorprendió a muchos.

Cambio de papeles

Tanto los pilotos de MotoGP como los de Fórmula 1 adoran la adrenalina y la velocidad es por eso no que son pocos los casos de pilotos que han probado en la otra disciplina. En la era moderna, los tránsfugas se limitan a exhibiciones y pruebas privadas aunque si nos vamos años más atrás encontramos la historia de John Surtees.

El piloto británico era una leyenda de las dos ruedas tras ganar varios títulos mundiales de 350cc y 500cc pero quiso ir a más y en sus últimos años de motociclismo comenzó a probar suerte en el automovilismo. Su trayectoria sobre cuatro ruedas también fue de leyenda: ganó el título mundial de pilotos en 1964 al volante de un Ferrari. En total, logró 6 victorias, 24 podios y 11 poles en las trece temporadas que participó en Fórmula 1.

John Surtees al volante de un Ferrari 330P2 en 1965

Entre los pilotos actuales de uno y otro lado ha sido muy habitual en los últimos tiempos verles cambiarse de montura. Marc Márquez probó un Toro Rosso en el circuito de Red Bull en Austria en donde pudo comparar sus vueltas al volante de un F1 con las que rodó a bordo de su MotoGP, una muestra de la superioridad de las cuatro ruedas ya que un novato en F1 fue muy superior a su gran vuelta a lomos de la Honda.

Otro caso destacable fue Valentino Rossi. El piloto italiano, leyenda del motociclismo, tuvo un importante idilio con Ferrari con quienes probó en varias ocasiones, con resultados más que aceptables. Además, también se le ha visto al volante de un Mercedes F1 de Lewis Hamilton con el que se cambió de montura dejando al británico a los mandos de una de las Yamaha que pilotaba el nueve veces campeón del mundo.

No son los únicos que han cambiado de asiento, Honda le dio la oportunidad durante su segunda época en McLaren a Fernando Alonso de subirse a una de sus MotoGP durante una de las exhibiciones de la firma nipona en Japón. Además, es cada vez más habitual, si el calendario se lo permite, ver a pilotos de una disciplina en pruebas de la otra como auténticos forofos de la velocidad que son.