Carlos Sainz lo volvió a hacer. De nuevo, al igual que sucedió en el GP de Italia hace dos semanas, fue el más rápido en la clasificación y se llevó la pole position. El español voló sobre el asfalto de Singapur y se impuso por menos de una décima a George Russell.
El piloto de Ferrari firmó una 'qualy' espectacular y no dio opción a sus rivales. Su compañero, Charles Leclerc, volvió a sucumbir ante el madrileño y finalizó en tercera posición. También fue una gran sesión para Fernando Alonso que acabó séptimo.
Fue una clasificación caótica que estuvo marcada por el batacazo de Red Bull. El equipo austriaco, imbatible durante todo el campeonato, vio como sus dos pilotos se quedaron fuera de la Q3, algo que no sucedía desde el GP de Rusia de 2018.
Otra de las imágenes de la sesión fue el brutal accidente de Lance Stroll al término de la Q1. El canadiense pisó demasiado el piano en la última curva y perdió el control del coche. Su monoplaza chocó contra el muro y giró dos veces sobre sí mismo sin la rueda delantera izquierda. Un accidente que provocó la bandera roja.
Una 'Qualy' caótica
Sin duda, la clasificación del Gran Premio de Singapur fue una de las mejores de la temporada. La eliminación de los dos Red Bull y la máxima igualdad en la Q3 brindaron un gran espectáculo al aficionado.
La Q1 se desarrolló sin sobresaltos, a excepción del accidente de Stroll que provocó que la segunda ronda se retrasara durante más de hora. Pero la espera mereció la pena y la Q2 dejó sorpresas mayúsculas.
Sin duda la mayor de todas fue la eliminación de Max Verstappen y Sergio Pérez en la antesala de la Q3. Por primera vez desde Rusia 2018 los dos Red Bull se quedaron sin la opción de luchar por la pole position. Ambos tuvieron que hacer su último intento al límite y los dos cometieron errores. El mexicano trompeó y Verstappen se fue largo en una curva. El holandés logró cerrar su vuelta en décima posición, pero el debutante Lawson le acabó dejando fuera.
Se llegó a la Q3 sin los pilotos del coche más fuerte y Carlos Sainz fue quien tomó el testigo. El español dominó con puño de hierro la ronda y desde el primer intento se colocó primero. Lo hizo con holgura, aventajando en casi tres décimas a su compañero.
Sin embargo, todavía quedaba un intento y varios pilotos sacaron neumáticos nuevos. Sainz no se aminaló. Es más, se creció y consiguió rebajar su propio crono en más de una décima. Un tiempo que le bastó para llevarse la pole, pero no por mucho. Rusell y Leclerc cerraron su vuelta a menos de una décima.