Los momentos previos a una carrera son todo un cúmulo de nervios. Una situación llena de tensión y más si es la última prueba de la temporada, ya que las ganas por despedirse con buen sabor de boca y cumplir los objetivos mandan. EL ESPAÑOL ha podido vivir in situ este momento junto al equipo DS en el E-Prix de Londres, la última parada de la Fórmula E esta temporada. Una cita culmen en la capital británica marcada por una incesante lluvia.
Las ganas por poner el broche al campeonato para el equipo DS Penske hacían que sus dos pilotos, Stoffel Vandoorne y Jean-Éric Vergne, se pusiesen sus mejores galas para exprimir al máximo sus monoplazas en un E-Prix épico, cargado de emoción y que vio coronarse a Jake Dennis como el mejor de la Fórmula E.
Desde el propio box se podía palmar la emoción y las ganas que en el equipo DS Penske por cerrar de la mejor manera la novena temporada de la mayor competición eléctrica del planeta. EL ESPAÑOL pudo ser testigo en primera persona de esa ambición que rezumaba la escudería, sabedora que había realizar la mejor puesta en escena posible para despedirse hasta el año que viene. Ni siquiera la impertinente lluvia les podía parar.
La preparación para los entrenamientos libres y la clasificación hizo que los mecánicos e ingenieros del equipo se pusiesen el mono de trabajo desde bien pronto, a primera hora de la mañana. Un trabajo necesario para pulir los últimos detalles y así exprimir al máximo el monoplaza, dejándolo a punto para que Vandoorne y Vergne solo tuviesen que sacar su calidad al volante.
Una lucha a contrarreloj para lucirse en la última prueba del año, una ambiciosa batalla para terminar de la mejor manera. El equipo DS Penske quiso sacar el máximo brillo a una carrera cargada de emoción y que sirvió al campeón Jake Dennis para llevarse un baño de masas ante su afición. Además, en ella, Cassidy pudo poner el broche al subcampeonato con un triunfo.
[Jake Dennis, el nuevo campeón de la Fórmula E: profeta en su tierra con un título heroico y caótico]
La tensión del box
Los momentos previos a una carrera siempre son tensos, especialmente si hay contratiempos. Las expectativas por realizar una buena puesta eran altísimas, especialmente en un sitio como Londres. La urbe británica era el colofón a un año cargado de emociones, por lo que despedirse de la mejor manera era obligatorio. Aunque la lluvia no puso las cosas fáciles.
Mientras todo el equipo trabajaba a destajo para solucionar los últimos contratiempos, se ponían en común las tácticas a llevar. Cuando activar el modo ataque o cómo gestionar al máximo la batería en un trazado tan complicado como el londinense eran los temas más candentes y los protagonistas previos a la salida.
La lluvia hizo acto de presencia minutos antes de la carrera y eso obligó a la improvisación dentro del box. La casi hora y media de retraso hizo que se tuviese que trabajar aún más dentro de los garajes. Los ingenieros sacaron todo su potencial para adaptar los dos monoplazas para una última cita más complicada de lo esperado. Los inclemencias meteorológicas suponían todo un reto para ellos.
El trabajo a destajo para evitar cualquier contratiempo sobre el mojado asfalto fue crucial, aunque eso no hizo que se viniesen abajo. La exigencia dentro del DS Penske se notó y eso plasmó en el revirado trazado londinense, aunque todo hacía presagiar que no iba a ser nada fácil.
Sin embargo, la situación acabó terminando de manera más que notable. El equipo DS Penske fue capaz de mantener la quinta plaza del Mundial de Constructores de Fórmula E gracias a una excepcional puesta en escena de Stoffel Vandoorne. El belga, que también finalizó quinto en la segunda y última carrera de Londres, puso el broche de oro a la jornada y evitó el 'sorpasso' de Maserati en la caótica cita.
Vandoorne y el trabajo de DS
Nick Cassidy pudo desquitarse del tropiezo vivido el sábado en la primera carrera disputada en Londres. El neozelandés se redimió del abandono y su adiós al título con un soberbio triunfo marcado por la lluvia en la capital británica. Una puesta en escena magnífica.
Sin embargo, no fue el único triunfador de la jornada, ya que el equipo DS Penske consiguió reponerse tras unas últimas carreras y certificó su buen campeonato con un último puesto. Vandoorne demostró su buen hacer en un circuito que no se adaptaba a las características de su monoplaza.
El belga supo adaptarse a la perfección para competir bajo el diluvio londinense y bajo el techado de London Excel. Una ejecución notable, tanto en la clasificación y en la carrera, que estuvo acompañada por el enorme trabajo de la escuadra francesa. Toda ella al completo se esforzó al máximo para que consiguiese terminar entre los mejores y peleando por el podio.
Una puesta en escena que se consolidó con esa quinta plaza en el Mundial de Constructores y que hace que la temporada se cierre con una merecida quinta posición. Además, acaban con una hoja estadística más que reseñable gracias a los tres podios y la victoria en India de Jean-Éric Vergne.
Pese a que el francés no tuvo el mejor fin de semana de su carrera deportiva debido a distintos problemas mecánicos en las dos carreras, él ha sido junto a su compañero uno de los grandes artífices sobre el asfalto de esa quinta posición en el Mundial de Constructores.