Apenas faltan unas semanas para que se de el pistoletazo de salida al Mundial de Fórmula 1. El Gran Premio de Baréin será la primera prueba del Campeonato y allí estarán los 20 pilotos confirmados, entre ellos Carlos Sainz. El de Ferrari ha sido uno de los últimos en levantar la voz sobre uno de los temas más candentes en el Gran Circo.
Carlos Sainz, a través de unas declaraciones a Sky Sports, ha vuelto a poner sobre la mesa el código ético de la Federación Internacional del Automovilismo ha impuesto a partir de 2023. Con él, se prohibirá cualquier expresión política, religiosa o de cualquier índole que se realice durante los Grandes Premios.
El español ha sido uno de los últimos en sumarse a las críticas. "Personalmente, no creo que me afecte mucho porque nunca he sido un piloto que tome posturas muy fuertes", expresa el piloto de Ferrari durante la entrevista. Asegurando que él no es de los que más se moja en esos aspectos.
"Siempre utilizo mis redes sociales para expresar mis preocupaciones o mis valores, como hacen todos los atletas hoy en día, pero sinceramente creo que es una decisión muy delicada por parte de la FIA al intentar prohibir de repente la libertad de expresión o la libertad de expresar tus preocupaciones sobre el mundo moderno", agrega, sobre los problemas para coartar a los pilotos tras su entrada en vigor.
"Creo que podría resultar contraproducente en algún momento", resalta tras su puesta en acción. Muchos pilotos, destacando entre ellos a Lewis Hamilton o Sebastian Vettel, han hecho gala de su poderío y de su libertad de expresión para comunicarse en las distintas carreras acerca de varios temas sociales.
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De hecho, el británico llegó a asegurar hace unas semanas que estaba dispuesto a no pilotar más si no se cambiaba ese veto. "Si no puedo defender los derechos humanos y no puedo continuar con lo que he estado haciendo estos años, prefiero no correr más", recalcó en una entrevista para The New York Times.
Defensa de Domenicali
Las tensas relaciones entre la Fórmula 1 y la FIA se ha puesto de manifiesto en las últimas semanas tras los encontronazos entre Mohammed Ben Sulayem, presidente del organismo, y Stefano Domenicali, su homologo en el Gran Circo. El ex de Ferrari, entre otros, rompió una lanza a favor de los suyos y aseguró que no iban a imponer dicha "mordaza".
"Todos quieren hablar, así que tener una plataforma para decir lo que quieran de manera correcta es lo mejor. Tenemos una gran oportunidad debido a la posición de nuestro deporte, que es cada vez más global y multicultural", relató a The Guardian.
"Estamos hablando de 20 pilotos, diez equipos y muchos patrocinadores. Tienen ideas diferentes, puntos de vista diferentes. No puedo decir que uno está en lo correcto y otro está equivocado, pero es necesario darles una plataforma para discutir sus opiniones de manera abierta", argumentó sobre los problemas de imponer el nuevo código ético en la Fórmula 1.