El deporte femenino sigue viviendo una realidad de la que no puede escapar y está intrínsecamente relacionada los problemas económicos. Necesita generar un potencial económico considerable por sus propios medios para poder sobrevivir y consolidarse como un producto atractivo para los aficionados y para las marcas. Ese objetivo es algo que no han conseguido las famosas W Series.
La conocida como la Fórmula 1 del sector femenino atraviesa una potente crisis económica. Esta competición surgió hace tres años con el objetivo de impulsar el deporte femenino y para facilitar la llegada de mujeres a la élite del motor. Así se podría abrir una puerta al sueño de que hubiera por primera vez una fémina entre los mejores pilotos de la parrilla del 'Gran Circo'. Algo que por otra parte se mantiene aún lejano.
Sin embargo, después de poco más de dos años, las W Series están ya al borde de su extinción. De hecho, no hay confianza de que puedan terminar ni siquiera la presente temporada. A principios de septiembre presentaron el balance de cuentas del último curso. A 31 de diciembre de 2021, las pérdidas ascendían hasta los 8,3 millones de euros.
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Además, todo hacía indicar que esa deuda crecerá todavía más en el 2022. El diario The Telegraph ha informado de que la presente temporada está en serio riesgo de suspenderse antes de que llegue a su final. Una noticia que ha sido confirmada también por el portal especializado Soymotor.com. La dirección del campeonato asegura que debe "sumas significativas" de dinero. Y esto ya ha tenido sus primeras consecuencias.
El próximo Gran Premio es el de Singapur, al igual que la Fórmula 1, y el personal desplazado hasta allí ha sido drásticamente reducido para intentar abaratar costes. Hay multitud de empresas que siguen esperando que se les paguen facturas que rondan los cientos de miles de euros. Un agujero que promete crecer desde aquí hasta que se termine, o se pare, el campeonato.
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Los acreedores ya no dan más margen y su fundadora Catherine Bond Muir asegura que ya el pasado año tuvieron serios problemas para poder llegar hasta el final de la temporada. La crisis económica global, acentuada por la guerra entre Rusia y Ucrania, y la depreciación de la libra han complicado todavía más la situación. La esperanza se empieza a agotar en el entorno de las W Series.
Las W Series, sin esperanzas
Catherine Bond Muir ha hablado con The Telegraph para explicar la realidad de la situación y para mandar un mensaje de esperanza en su pelea por encontrar nuevos inversores: "Estamos teniendo muchas conversaciones ahora mismo y me siento muy optimista. Hemos tenido que luchar desde el primer día. Ha sido una batalla desde siempre, pero somos luchadores".
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Por el camino hacia el desastre, las W Series han perdido a uno de sus mayores socios, una empresa americana que decidió romper su contrato justo después de firmarlo. El Mundial se compone de ocho carreras, de las cuales se han disputado ya un total de cinco. La sexta llega este fin de semana en Singapur. Una cita en la que Jamie Chadwick podría proclamarse campeona.
Tal y como explica Catherine Bond Muir, esto supondría una muy mala noticia para el campeonato, ya que sin nada en juego sería más difícil disputar las dos citas que faltan, Austin y México. Ahora mismo, su fundadora no se ve capacitada para asegurar que se podrán correr las ocho pruebas al completo.
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Es más, tampoco se atreve a confirmar que las pilotos podrán cobrar los premios económicos que restan por repartirse. Esta situación de crisis económica está haciendo mucho daño a una competición que fue creada para aumentar las posibilidades de crecimiento de las mujeres en el mundo del automovilismo, con la esperanza de poder tener a la primera mujer piloto de Fórmula 1 de la historia.