La Fórmula 1 ha celebrado este fin de semana una de las carreras más esperadas por todos. Se trataba del Gran Premio de Miami, la nueva joya que el 'Gran Circo' tenía preparada para deslumbrar a todos con el lujo, las celebrities y el espectáculo habitual que suele poner un deporte exclusivo en el que los negocios son más importantes que en cualquier otro.
Había serio riesgo de que todo el show que se pudiera montar alrededor de la carrera pudiera llegar a eclipsar a la propia competición. Sin embargo, después de los análisis que tanto Liberty Media como los expertos del Mundial de Fórmula 1 han realizado, la conclusión ha sido prácticamente lo contrario. Ha sido precisamente toda esa parafernalia lo que ha salvado una carrera que no tuvo la emoción esperada.
El nuevo trazado urbano de Miami alrededor del Hard Rock Stadium se convirtió en un homenaje a las rectas y a la velocidad, pero no a la emoción. Solo el choque entre Lando Norris y Pierre Gasly puso algo de picante a una carrera que pecó de exceso de estabilidad y en la que Max Verstappen se llevó la victoria con relativa facilidad por delante de los dos Ferrari.
Sin embargo, todo lo que faltó en la pista se pudo ver fuera de ella. El espectáculo fue increíble con un Gran Premio al más puro estilo americano, todo a lo grande, buscando sacar del mínimo detalle la máxima repercusión. La carrera celebrada en el estado de Florida fue un éxito rotundo durante todo el fin de semana. Se esperaba un total de 400 millones de ingresos para la ciudad y a tenor de lo visto durante todo el fin de semana, parece esas cifras podrían incluso superarse.
El Gran Premio del lujo
Muchos lo han calificado como una 'americanada bien hecha'. Así es como el Gran Premio de Miami ha empezado a calar hondo dentro de la nueva Fórmula 1. El nuevo modelo de negocio impuesto por Liberty Media ha tenido su punto más álgido en la carrera llevada a cabo en Florida. Circuitos cada vez más exclusivos, en lugares por explotar como Estados Unidos, acercándose a las calles y rodeados de famosos, lujos y yates. Y todo dentro de ese plan de expansión de cada vez tener más carreras.
La Fórmula 1 ha intentado exportar el glamour de Mónaco, pero con una versión más moderna y con un innegable toque americano que siempre le dan los estadounidenses a todo lo que hacen. El país que preside Joe Biden es uno de los grandes mercados por explotar para Liberty Media tal y como ha demostrado la serie Drive to Sirve, que ha potenciado el seguimiento del Mundial y de estrellas como Hamilton o Verstappen además de figuras como Christian Horner o Toto Wolff.
Eso es lo que han intentado con este espectacular Gran Premio de Miami al que han recargado de todos los componentes de lujo posibles que han encontrado. Si el espectáculo faltaba en la pista, estaría presente en las gradas, en las zonas VIPs y en todos los rincones donde pudiera aparecer un personaje famoso o algo inesperado.
El trazado situado junto al Hard Rock Cafe ha contado con varias zonas con piscinas, un club de playa y hasta un puerto deportivo, eso sí, artificial. Lo de recrear el glamour de Mónaco fue llevado hasta el extremo e incluso falsearon la presencia de una zona de agua con yates atracados para poder seguir la carrera desde ellos. Un parche que finalmente quedó de lo más resultón.
La presencia de personajes famosos fue tan grande que la explosión del Gran Premio se multiplicó exponencialmente. Los cientos de miles de aficionados de la Fórmula 1 en Estados Unidos siguieron el espectáculo, pero también los millones de fans que acumulaban las celebrities que quisieron estar al lado de los corredores. Nombres como Michael Jordan, David Beckham, Paris Hilton, Tom Brady, Michael Douglas, Bad Bunny, Maluma, Sebastián Yatra, Dwayne Wade, LeBron James o Ashton Kutcher no quisieron perderse la carrera y, además, prestaron su imagen para hacer más grande un evento que pasó ha pasado a la historia como un auténtico pelotazo.
La advertencia de la F1
La Fórmula 1 y Liberty Media han cerrado el fin de semana con unas sensaciones muy positivas. En lo deportivo, no será la carrera del año a pesar de que el resultado aviva la lucha por el Mundial. Verstappen, que partía tercero, consiguió llevarse la victoria y recorta su distancia respecto a Leclerc mientras Red Bull demuestra ahora estar un paso por delante de Ferrari. Pero en todo lo demás, el Gran Premio de Miami ha quedado marcado como el que más ha sido promovido por todos los equipos, volcados en la causa.
Ha sido un fin de semana especial en el que todas las escuderías han querido tener un gesto de promoción con la nueva carrera. Todos han incorporado en sus monoplazas algún rasgo que indicara que la Fórmula 1 llegaba a Miami. Los monoplazas llevaron algún color diferente o incorporaron elementos tan característicos como las típicas palmeras playeras de Miami. Además, los pilotos también decidieron crear diseños especiales de sus casos. Seguramente el más original fue el de Lando Norris, que convirtió su elemento protector en un balón de baloncesto.
Los motivos deportivos fueron algunos de los más vistos, apostando la mayoría por la NFL o la NHL, ya que Miami es una ciudad que cuenta con un amplio abanico de equipos y franquicias. De hecho, los pilotos que subieron al podio, Verstappen, Leclerc y Sainz, después de su espectacular ruta hasta la entrega de trofeos, se pusieron cascos de fútbol americano para seguir customizando el ambiente de más elementos típicos de su deporte.
Liberty Media ha celebrado enormemente todo este tipo de conductas que adoptaron los equipos, la propia organización del circuito y hasta la predisposición de los pilotos para formar parte del show, algo que no suele ser habitual. Parece que en Miami todos estaban por la labor de crear algo muy grande, la nueva Super Bowl como ya lo calificó Zak Brown, CEO de McLaren.
Sin embargo, Liberty Media ha mandado un mensaje a modo de correctivo tanto para equipos y pilotos como para el resto de circuitos. La empresa que lleva los derechos de la F1 recomienda al resto de Grandes Premios, especialmente a aquellos que están perdiendo tirón y repercusión, que adopten medidas parecidas a las que se han llevado a cabo en Miami para generar un espectáculo constante que provoque mayor atracción. Que no todo dependa de la competición por si esta falla.
A su vez, también ha pedido a las escuderías que, tal y como se han volcado con el nuevo Gran Premio de Miami, lo hagan con otras carreras para seguir colaborando en la potenciación de todas las pruebas. De esta forma, podrán crear un producto global potente que mejore todavía más la generación de un impacto económico.
Liberty Media apuesta por EEUU
La celebración del Gran Premio de Fórmula 1 en Miami le ha servido a Liberty Media para confirmar que de momento están acertando a la hora de guiar su producto, aun a riesgo de perder cierta autenticidad. Asumiendo que siempre van a tener en contra a los más puristas, creen haber salido con un resultado positivo de la gran apuesta que han hecho en los últimos años. Además, les da confianza para seguir con esta línea.
El objetivo es que en el futuro, la F1 se pueda extender por igual a todo el mundo. De momento, en Estados Unidos están cada vez más cerca de poder competir con sus competiciones fetiches, la NASCAR y las IndyCar Series. De hecho, las entradas para Miami se vendieron en tan solo una hora. Una demostración total de la locura generada.
La Fórmula 1 llegó por primera vez a EEUU en el año 1950 para la celebración de un Gran Premio en Indianápolis, pero primero solo con pilotos locales. Después han pasado por puntos como Sebring, Riverside, Watkins Glen, Long Beach, Caesars Palace, Detroit, Dallas o Phoenix hasta situarse en la actualidad. Ahora mismo existen dos Grandes Premios, uno en Austin, en el Circuito de Las Américas, y el recién estrenado en Miami.
Sin embargo, las ansias de expansión de la Fórmula 1 por Estados Unidos siguen activas, mostrando el modelo que quieren mostrar a todo el mundo. Tras la creación del Gran Premio de Miami ya está en marcha la joya de la corona, el nuevo circuito de Las Vegas. Recientemente, la Liberty Media ha anunciado la compra de un terreno en la zona ideada para el circuito para establecer la zona del paddock y el pit lane por valor de 227 millones de euros. El proyecto, hasta el momento de éxito de la F1, sigue adelante.
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