La pretemporada de Fórmula 1 ya ha terminado. Comienza el esperado 2022, el año del cambio. El del nuevo reglamento, monoplazas renovados y reconfigurados y donde se vuelven a repartir las cartas de la baraja con todos los equipos esperanzados con tener la mano ganadora. Después de lo visto en Barcelona, y sobre todo en Bahréin, se pueden sacar algunas conclusiones generales y particulares.
La primera y fundamental es que lo visto en Montmeló fue más una rutina de acumular kilómetros que otra cosa. Cualquier parecido con lo vivido en Bahréin ha sido prácticamente pura coincidencia. Pocos han sido los equipos que han llevado los mismos monoplazas. Escuderías como Mercedes, Red Bull, Alpine, Haas o McLaren han variado completamente sus paquetes, configuraciones y composiciones aerodinámicas.
La segunda conclusión es que nadie ha ido a tope. Max Verstappen lo confirmaba desde el trazado de Sakhir. Ni él ni Pérez habían exprimido al máximo el nuevo RB18, pero sus rivales tampoco lo habían hecho. Todos quieren esconderse cuánto más mejor, pero siempre dentro de probar sus nuevos monoplazas, ponerles al límite, calibrar diferentes set-up, adaptarse a los nuevos neumáticos de 18 pulgadas y rodar tanto en tandas largas como cortas con diferentes cargas de combustible.
En eso ha consistido la pretemporada básicamente. No será hasta los libres del primer Gran Premio del año, e incluso la clasificación, cuándo se pueda ver el nivel real de cada uno. La tercera de las conclusiones es que el debut será importante, pero lo que marcará el curso será la evolución, la adaptación y la capacidad de los equipos para adelantarse al resto y corregir fallos. Quien consiga hacerlo, tendrá todo para ganar.
Ferrari reduce la brecha
Si algo parecen haber dejado claro los test es que de momento la lucha por los puestos de arriba parece ser cosa de tres equipos y no de dos como era hasta ahora. Mercedes y Red Bull han recibido la visita de Ferrari, que llega para quedarse. Fueron la sorpresa en Barcelona y la confirmación en Bahréin. Sólidos en tandas largas con los neumáticos medios, pero también en tiempos a un solo giro con los blandos.
Tanto Carlos Sainz como Charles Leclerc han estado arriba siempre que han querido. E incluso levantando el pie para no dar más pistas del potencial que han ganado. Si el año pasado estaban unas ocho décimas por detrás de la cabeza en cada vuelta, ahora parecen haber reducido esa distancia considerablemente hasta incluso igualarse por momentos, especialmente con Red Bull.
El trabajo en la nueva unidad de potencia, en el entendimiento del nuevo biocombustible E-10 y en la revolucionaria configuración aerodinámica del F1-75 parece dar sus frutos. Su diseño fue el más rompedor en un inicio, con una estética 'fuerte y musculada' de sus laterales y pontones, con líneas bien marcadas y un cuerpo ancho y potente con branquias en su zona superior. Nada que ver con los recortes que han llevado a cabo equipos como Mercedes o Red Bull o con las líneas más básicas y rectas de Alpine. Ha sido su elección y de momento parece dar resultados. Además, también han optado por un alerón más recto y elevado, otro elemento muy particular.
El Ferrari se comporta mejor con altas cargas de combustible y no ha dado ningún problema de fiabilidad. Por ello, Hamilton y Mercedes les sitúan como los favoritos para el inicio de curso. No obstante, desde Maranello no se fían de los alemanes y les siguen situando en cabeza con Red Bull. Eso sí, las sensaciones han sido muy buenas y ya sueñan con estar arriba. Ser parte de la batalla.
Por último, tal y como ha confirmado Carlos Sainz, son uno de los equipos que más y mejor ha trabajado con el porpoising, el nuevo balanceo constante que sufren los monoplazas al rodar con los nuevos fondo plano y el renovado efecto suelo. Esa será otra pelea que está por ganar y en la que parecen haber tomado ventaja.
Guerra de los pontones
Esta pretemporada se ha caracterizado por muchas cosas. Pero una de las más importantes ha sido el término pontón. Han llegado a nuestras vidas para quedarse. Estos ya famosos pontones se sitúan en los dos flancos delanteros del coche, justo por debajo de los retrovisores y su función principal es la refrigeración del motor.
Albergan los radiadores en su interior y redirigen el flujo de aire desde el eje delantero hasta el eje trasero. Los pontones suelen presentar una superficie curva muy suave, permitiendo que la corriente de aire se mantenga adherida al coche. Sin embargo, el 2022 ha demostrado que han sido uno de los puntos en los que las escuderías han innovado más.
El primer equipo fue Ferrari, con unos pontones imponentes y llamativos, nada disimulados. Sin embargo, todo dio un giro de 180 grados cuando Mercedes presentó en Bahréin el diseño más revolucionario. Un W13 casi sin pontones y con unos aletines superiores sobre los que se situaban además los retrovisores. Un concepto totalmente innovador y rompedor que, según algunas fuentes, podría darles hasta un segundo de ganancia aerodinámica tal y como habían comprobado en el túnel del viento.
Sin embargo, con esa idea de no mostrar nada de lo ganado, el rendimiento del nuevo Mercedes ha pasado sin pena ni gloria. De hecho, Hamilton se ha descartado para las primeras carreras y ha puesto en duda incluso que puedan pelear por victorias ya que el coche es difícil de controlar y carece de velocidad punta.
Otro de sus principales problemas podía estar en la refrigeración del motor, hándicap que han decidido atajar con un sistema de ventilación más propio de la aeronáutica situado en la zona superior del chasis del monoplaza. Carlos Sainz, quien afirmó que estaban controlando los parámetros de los alemanes por GPS, no compra esta versión de equipo pequeño y espera una explosión de los de Brackley que les sitúe al frente.
Si Mercedes había desarrollado su particular revolución, Red Bull primero la criticó y después presentó la suya. Tras brillar con un diseño más parecido al Ferrari o al Alpine con pontones más marcados, aunque con sus propias especificaciones, en la recta final de los test de Bahréin han lucido otra nueva configuración con los pontones mucho más recortados. Sin llegar al extremo de Mercedes, pero con una parte central del coche más delgada y con una caída más agresiva en la parte más cercana al morro.
Es la nueva creación de la pareja formada por Chris Horner y Adrian Newey, quienes quieren volver a mojar la oreja a Toto Wolff, aunque esta vez también con el título de constructores. De momento, todos esperan que Red Bull y Mercedes vuelvan a dominar, pero todo hace indicar que Ferrari podría estar en la pelea. Mercedes ha mostrado algún problema más de fiabilidad y cuenta con la inexperiencia de George Russell, todavía haciéndose a su nueva casa. A Red Bull, por su parte, casi todo les ha ido como la seda y el mexicano 'Checo' Pérez confía en poder estar más cerca de Max Verstappen para pelearle el título incluso por delante de Hamilton.
Fernando Alonso rescata el 'Plan'
Con Carlos Sainz y Ferrari en la cresta de la ola y con las peleas a escondidas entre Mercedes y Red Bull, queda por saber dónde está el resto, especialmente Alpine. Por debajo, todo hace indicar que Haas y Alfa Romeo se pelearán por el farolillo rojo. Los italianos, con toda una estrella como Valtteri Bottas entre sus filas, han decepcionado. Por su parte, los estadounidenses bastante han tenido con sus líos políticos. Eso sí, en las últimas jornadas han dejado unos espectaculares cronos en Bahréin entrenando en solitario que todavía no han sido interpretados por el resto.
Otra incógnita es saber dónde se sitúa Williams, un equipo que ha sido por momentos la revelación, situándose más arriba de lo que muchos esperaban. Poco se ha sabido de Alpha Tauri, aunque el motor Honda ha vuelto a funcionar igual de bien o más de lo que ya lo hizo en 2021. Y lo mismo pasa con Aston Martin y McLaren, dos equipos a los que ahora mismo es complicado situar, aunque deberían pelear por la cuarta plaza. De los de Woking se esperan importantes mejoras para el debut y además están pendientes de si su piloto Daniel Ricciardo podrá llegar a la primera carrera tras haber dado positivo por Covid-19 y haberse perdido los test de Bahréin. Esto llevó a Lando Norris a ser el piloto que más vueltas completó en total.
Y por último está Alpine. Lo de los franceses ha sido una auténtica montaña rusa. Barcelona no dejó buenas vibraciones. Alternaron tandas largas y kilometrajes con averías en el coche que les hicieron perder horas claves. Llegaron con muchas dudas a Bahréin y más problemas tanto para Alonso como para Ocon hicieron saltar todas las alarmas.
Sin embargo, desde el box francés vendieron calma con el A522 y la última jornada confirmó estas sensaciones. Fernando Alonso cuajó una sesión final para enmarcar. Desarrolló un ritmo de carrera impresionante con los C3, los compuestos medios, e hizo simulaciones de carrera que invitan al optimismo. Estaba rescatando el 'Plan'.
Por si esto fuera poco, se desquitó y borró todas las penas con una última vuelta estratosférica con los neumáticos blandos C4 que le puso muy cerca de Ferrari y Red Bull. Fue ese resultado increíble lo que a muchos les ha hecho ver que quizás, los del rombo han dado con la clave y de que el Grupo Renault podría meter a Alonso también en la pelea. Al menos ser ese cuarto equipo que pueda obtener ganancias con el fallo de los de arriba. El asturiano ha confesado que se marchan con mucho optimismo y con las expectativas muy altas, mucho más preparados de lo que imaginaban unos días antes.
Y por si fuera poco, confían mucho en su capacidad de trabajo y de implementación del monoplaza, algo que ya demostraron en 2021. De Bahréin salieron con un abandono y un coche al fondo de la parrilla y en pocas carreras consiguieron incluso una victoria con Ocon en Hungría y un podio real de Alonso en Qatar. Por ello, aunque auguran un gran inicio, no pierden la cabeza y saben que la clave está en el proceso. Por ahí pasa el 'Plan'.
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