50 años y una pasión más allá de enseñar matemáticas. Isabelle Galmiche siempre adoró el mundo de los rallies. Después de varias experiencias amateur y alguna profesional, recibió la llamada de Sebastien Loeb en su regreso WRC. Lejos de amilanarse ante los jóvenes emergentes y el múltiple campeón Ogier, la veterana pareja hizo historia y venció en el siempre especial Rally de Montecarlo.
Con nueve títulos en su haber y 79 victorias la pareja que formaron Loeb y Daniel Elena es la más exitosa en la historia del Mundial de Rally. Por eso, cuando el monegasco decidió dejar de competir y Sebastien aceptó la oferta del M-Sport Ford para correr en el Rally de Montecarlo de 2022, muchos se preguntaron quién sería su navegante. La responsabilidad recayó en esta mujer que se convirtió en la tercera en la historia con una victoria en este campeonato.
Durante toda la carrera monegasca la pareja Loeb - Galmiche se mostró contundente sobre el Ford Puma del equipo de Malcom Wilson, aunque el pinchazo que sufrió el Toyota Yaris del binomio Sébastien Ogier - Benjamin Veillas les facilitó la tarea de llegar primeros a la meta. Primera victoria de la era híbrida para la pareja francesa que ha demostrado que la edad es sólo un número y que pueden dar todavía mucha guerra sobre la tierra, el asfalto o la nieve que fundamentalmente suelen albergar estas pruebas.
Isabelle Galmiche y Sebastien Loeb, en lo más alto del podio.
La maestra de matemáticas se suma a su compatriota Michèle Espinosi - Petit, que ganó el Rally de Montecarlo de 1973 junto al también galo Jean - Claude Andruet; y a la italiana Fabrizia Pons, que triunfó junto a su compatriota Piero Liatti en Montecarlo en 1997. 'Seb' aterrizaba en Francia el sábado 22 de enero tras subir al podio del Dakar apenas 24 horas antes para convertirse en el piloto más mayor en ganar una prueba del WRC.
Más que una profesora
Más allá de su labor como docente, Isabelle lleva años asociada al campeonato. Copiloto independiente desde hace más de veinte, Galmiche ha sido probadora del propio Loeb en Citroën y Hyundai, además de competir en Francia. Y aunque en 2007, 2013 y 2017 paso de puntillas junto a Dominique Rebout, Quentin Gilbert o Jean - Michel Raoux, la copiloto de 50 años ha hecho historia con su triunfo junto a 'Seb', ya que desde 1997 no había un triunfo de una mujer copiloto en el WRC.
"'Seb' me llamó por teléfono un día y me dijo: tengo una pregunta que hacerte, cuándo Daniel no corra más, ¿aceptarías ir conmigo? Mi respuesta afirmativa fue instantánea, aunque al principio pensé que se trataba de una broma", reconocía en una entrevista con Autohebdo previa a la cita del WRC. La victoria fue un éxtasis tan inesperado como merecido tras una trayectoria vinculada al campeonato sin haber tenido opción a competir más.
El coche de Sebastien Loeb y Isabelle Galmiche, en las calles de Montecarlo.
La felicidad inundó a Isabelle tras la consecución de la victoria: "Esto es algo loco… No sé qué decir. Ya estaba contenta de venir aquí y correr junto a Seb y ahora ganamos… Competí en muchísimos rallys y aunque no quería sentir presión la tenía de todos modos". Una carrera bastante atípica para quien también enseña matemáticas en el centro de estudios Pays de Montbéliard, en Bethoncourt. El martes estará de vuelta con sus alumnos en clase.
La francesa debutó junto a Laurent Viana en el Rallye Regional de la Haute-Saone a los mandos de un Citroen AX GTI hace unos cuantos años. Desde entonces ha corrido 230 rallies entre carreras nacionales, continentales e internacionales. También corrió recientemente con Quentin Gilbert en la clase WRC3, mientras seguía su carrera en la Copa de Francia y campeonatos nacionales de tierra del Campeonato Italiano de Rally Terreno. Isabelle llevó a su piloto a la victoria 11 veces. La última fue con Loeb, aunque ha ayudado a 'Séb' a ganar varias carreras y títulos en el WRC trabajando en sus equipos.
El 'GOAT'
Si la cabra tira al monte, a Loeb le pasa lo mismo con Montecarlo. El futuro del galo con M-Sport y el WRC es incierto y aún está por determinarse. La intención del alsaciano es seguir compitiendo de nuevo, buscar otras citas a lo largo del año para volver a ponerse al volante del Puma e intentar volver a ganar. Por ahora solo son buenas intenciones, pero ahora Séb sabe que tiene otra certeza a su lado que lleva el nombre de Isabelle.
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