La Fórmula 1 ha elegido que la temporada se decida en tres carreras diferentes en países árabes. Primero fue Catar, que dejó para la afición española el podio de Fernando Alonso, y para todo el mundo un nuevo recorte de puntos de Lewis Hamilton a Max Verstappen en la clasificación.
Ahora será el turno de Arabia Saudí y el inédito circuito de Jeddah, el cual ha estado en obras hasta última hora, y que dará al corredor de Red Bull la primera opción de proclamarse campeón si se dan una serie de circunstancias que, aunque son difíciles, son posibles. No solo el título de pilotos está en juego, sino que también lo está el de constructores entre Mercedes y Red Bull.
Si el nuevo trazado urbano que supone una gran prueba para los pilotos por sus riesgos y su velocidad no termina de decidir la pelea, será Abu Dhabi quien elija al vencedor de una temporada apasionante en la que Verstappen ha terminado siendo superior a un Hamilton que viene enfadado y en plena remontada heroica.
Sin embargo, este fin de semana, durante unas horas al menos, toda la pelea que existe alrededor de la Fórmula 1 pasará a un segundo plano para dar protagonismo a la lucha por los derechos humanos y por los derechos de las mujeres en Arabia Saudí gracias a la figura de Reema Juffali, la embajadora del Gran Premio y cara visible de un pequeño cambio en un estado dictatorial, misógino y opresor como pocos en el mundo.
Reema Juffali, una pionera
Reema Juffali se ha convertido en un rostro muy reconocible en un estado en el que las mujeres son gravemente perseguidas. Esta deportista saudí ha conseguido convertirse en la primera mujer que alcanza el rango de piloto profesional en la historia del país, un reconocimiento que le ha convertido en una de las personas más influyentes e importantes de todos los tiempos para un estado que, directamente, no respeta a las mujeres.
Arabia Saudí es un estado en el que solo por nacer mujer se dispone de menos derechos. De hecho, desde su llegada al mundo, la mujer vive bajo lo que se conoce como tutela masculina, y es que pertenece siempre a un hombre sin poder hacer muchas cosas a excepción de tener una autorización firmada por parte de un varón.
Primero de los padres, luego de los maridos y hasta de hermanos o hijos, pero las mujeres siempre necesitan el visto bueno de esa tutela masculina para tomar algunas decisiones como iniciar determinados estudios, vivir solas, casarse, acceder a ciertos tratamientos médicos o incluso salir de la cárcel. De hacerlo sin un consentimiento expreso y demostrable, se enfrentan a duras penas y sanciones.
Las mujeres en Arabia Saudí tienen vetado su entrada a muchos espacios públicos y en aquellos a los que sí pueden entrar, tienen entradas diferentes a los hombres. Esto sucede en recintos como bancos, universidades, gimnasios o parques. Tampoco tienen libertad para elegir la mayoría de su ropa, su pareja para iniciar un matrimonio, liderar la defensa de algunos de sus derechos o incluso buscar protecciones si sufren abusos o malos tratos.
A pesar de todas estas prohibiciones, y aunque resulte vergonzoso que sea casi un motivo de celebración, las mujeres han conseguido grandes victorias gracias a heroínas como Reema Juffali. Algunos de esos triunfos son votar desde el año 2015, montar su propia empresa, pedir un pasaporte para viajar al extranjero, acceder a recintos deportivos aunque sea en tribunas específicas y separadas o incluso conducir.
Es precisamente este uno de los hitos que más llama la atención en el caso de Reema Juffali, ya que hace tan solo tres años, una mujer no podía tener su propio permiso de conducción y ahora, ella ha conseguido convertirse en la primera piloto profesional de la historia de Arabia Saudí e imagen de su Gran Premio de Fórmula 1.
Imagen de la F1
Reema Juffali tiene ante sí la oportunidad de convertirse en un ejemplo no solo para las personas de Arabia Saudí, sino para todo el mundo. El suyo es un caso de superación en un estado que históricamente ha perseguido a las mujeres por el simple hecho de serlo, considerándoles, no solo inferiores, sino a veces menos que personas incluso en comparación con los hombres.
Pero ahora, Reema será la imagen de un evento que tendrá como testigo al mundo, ya que la Fórmula 1 ha permitido que su caso se conozca y dé la vuelta al planeta en los días previos a una carrera que puede ser histórica, ya que puede decidir uno de los campeonatos más apasionantes de las últimas décadas.
Quizás la figura de Reema Juffali, que será por unas horas el centro de atención y un motivo para seguir luchando por los derechos humanos de las mujeres en todo el mundo y en especial en Arabia, sea lo último que se vea antes de coronar por primera vez a Max Verstappen como campeón de Fórmula 1 en su carrera, aguando la fiesta de los ocho entorchados que persigue Lewis Hamilton.
Trayectoria para la historia
Los organizadores del Gran Premio de Jeddah, que se celebrará desde este viernes 3 de diciembre hasta el domingo 5 en la ciudad costera y en un circuito de lo más espectacular y peligroso, comunicaron el pasado lunes que Juffali sería la embajadora de su Gran Premio.
Reema tiene 29 años y es natural de la ciudad que albergará el primer Gran Premio de la historia de la Fórmula 1 en el país. Además, en calidad de embajadora y especialista, tendrá el privilegio de ser una de las primeras personas en dar una vuelta al nuevo circuito creado a orillas del mar Rojo, el cual no será el definitivo en el que se asiente el Gran Premio de Arabia Saudí durante su vinculación con la Fórmula 1.
El hecho de que Arabia levantara su veto que impedía a las mujeres conducir en el año 2018 permitió que Reema cumpliera su sueño e hiciera historia. Ahora milita en la Fórmula 3 Británica, donde poco a poco está labrándose un futuro después de haber culminado decenas y decenas de protestas de otras mujeres que decidieron saltarse la opresión y conducir por las calles del país aún sabiendo que recibirían importantes sanciones y condenas.
La piloto saudí se ha mostrado muy orgullosa de lo conseguido y agradecida por esta oportunidad que espera que sirva también de inspiración, no solo para las mujeres, sino para que cada vez más personas se interesen por el mundo del motor y por la Fórmula 1 en particular.
"Es un honor increíble haber sido nombrada embajadora oficial de la primera carrera de F1 en Arabia Saudí. Ojalá inspire a más personas de la siguiente generación para perseguir una carrera deportiva y continuar con la evolución del automovilismo en el país".
Reema sueña con seguir cumpliendo su sueño y con seguir siendo una fuente de inspiración: "Tengo muchas ganas de participar en las actividades que habrá durante el fin de semana de la carrera y espero que mi historia y mi trayectoria puedan servir de inspiración a cualquiera que esté pensando en seguir su sueño".
Juffali siempre se ha caracterizado por ser una adelantada a su tiempo. Pidió su licencia de conducción en septiembre del año 2017, incluso antes de que la ley que permitía conducir a las mujeres entrara en vigor tras ser derogada la prohibición anterior. Gracias a eso consiguió su paso al mundo profesional y en el año 2019 hizo su primera gran aparición en la Fórmula 4 Británica.
En su primer año terminó el campeonato en el puesto número 13. También ha participado en otras pruebas como el MFR Challenge o la Jaguar I-Pace eTrophy, un campeonato adjunto a la Fórmula E propiedad de la marca Jaguar en la que se convirtió en la primera mujer en disputar una carrera en territorio saudí. Ahora hace su primer acercamiento a la Fórmula 1 para seguir haciendo historia.
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