La NASCAR Cup Series, la categoría de automovilismo más popular de los Estados Unidos, tiene un nuevo campeón: Kyle Larson. Pero no está exento de polémica racista. Después de dar 312 vueltas al Phoenix Raceway en Avondale, Arizona, el estadounidense de origen asiático que conduce el Chevrolet No. 5 para Hendrick Motorsports se alzaba por fin con el campeonato que mueve a miles de seguidores del automovilismo en norteamérica.
De la mano de la única persona que confió en él, la polémica en la que se había visto envuelto Larson en 2020 quedó en el pasado gracias a los muy buenos resultados que ha conseguido en su regreso, que coronó con el cetro y diez victorias. Eso sí, lo suyo no es una historia de superación. No era un perdedor, no estaba fuera por una lesión y no estaba compitiendo para un equipo con problemas económicos. Usó un insulto racista, una palabra repugnante y despectiva.
Larson, de 29 años, fue suspendido indefinidamente de la NASCAR y despedido de Chip Ganassi Racing en marzo de 2020 por usar un insulto racista cuando se dejó el micrófono abierto durante un evento público de iRacing. Como talento generacional, era casi seguro que Kyle tendría una segunda oportunidad en la competición. Se tiró todo ese año sin competir en la categoría y tuvo que acudir a las carreras menos populares para ganarse su perdón.
"No puedo... no puedo creerlo. Ni siquiera pensé que estaría corriendo un coche de la Copa hace un año y medio", explicaba Larson tras su triunfo. Fue especialmente llamativo su caso al ser un piloto salido del programa 'Drive for Diversity' de la NASCAR: una academia para dar oportunidades a las minorías y a las mujeres. Pero lo hizo y su triunfo en la temporada 2021 no es suficiente para olvidar definitivamente lo que hizo.
La suspensión
Larson era uno de los 62 pilotos que competían en la plataforma de eNASCAR mientras la prueba se retransmitía en Twitch y él tenía su micrófono activado. Estaba probándolo con un compañero y fue ahí cuando se escuchó la palabra clave. "Kyle, estás hablando con todos, amigo", respondió uno de los pilotos. "No puede haber pasado esto", decía inmediatamente otro. En primer lugar fue suspendido durante unos días por su equipo, pero el revuelo que se formó terminó haciendo que se tomasen medidas de mayor calado.
Durante el evento, Larson dijo "hey nigger", el cual es uno de los insultos racistas peor considerados por la sociedad norteamericana de habla inglesa. La traducción literal sería "negrata" y tiene trascendencia peyorativa con el origen de su uso dirigido hacia los esclavos. De nada servirían las disculpas que colgaba en su cuenta de Twitter al día siguiente.
Tanto Chevrolet, como patrocinadores de su equipo como McDonalds y Credit One Bank, así como la plataforma de iRacing y sobre todo la escudería Chip Ganassi vetaron indefinidamente a Larson tras lo sucedido. No volvió a competir en toda la temporada y quedaría marcado para siempre como un racista. La NASCAR en ese momento pasaba por un momento reformista después de que ocurriera el suceso con Bubba Wallace y finalmente se prohibiera la bandera confederada.
Reformado
Kyle no se rindió. Volvió a los 'Midget', categoría en la que se han formado buena parte de los pilotos NASCAR. Disputó nada menos que 97 carreras, acumulando 47 victorias, en un dominio nunca visto, entre carreras del 'World of Outlaw' y otros campeonatos. La popularidad del piloto crecía como la espuma y bastó una enésima petición de perdón para regresar.
Además, Larson trabajó para educarse a sí mismo y ayudar a combatir las desigualdades para generar cambios. Se ofreció como voluntario y recaudó fondos para organizaciones que brindan oportunidades educativas para niños de color y comunidades desatendidas, incluida la Urban Youth Racing School en Philadelphia.
La licencia le fue devuelta el 1 de enero y Charles Hendrick, uno de los managers más exitosos de la categoría, no dudó en ficharlo de inmediato. No encontró patrocinios externos así que uno de los negocios de venta de automóviles del propio propietario de la escudería asumió la financiación de la temporada. Con estas circunstancias compitió contra los mejores para ganar el título que tanto deseaba.
A principios de este año, también lanzó la Fundación Kyle Larson, que tiene como objetivo ayudar a las comunidades necesitadas. Dentro de las diferentes iniciativas que comenzó destaca la 'Drive for 5': el objetivo era recaudar 500.000 dólares prometiendo donaciones personales de cinco dólares por cada vuelta completada y 5.000 por cada vez que quedase entre los cinco primeros. El piloto explicó que había conseguido en este 2021 más de 200.000 dólares.
Larson entra así en la leyenda NASCAR. A sus 29 años puede aspirar a una carrera tan exitosa y longeva como las de Jeff Gordon o Jimmie Johnson. Y quién sabe si cercarse al récord de 200 victorias del mítico Richard 'King' Petty.
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