El mundo árabe, y en especial países como Catar, siguen viendo en el deporte un escaparate perfecto para poder darse a conocer en el exterior eligiendo la imagen que quieren dar al resto del mundo. Países criticados por sus conductas y por su falta de libertades e igualdad en su sociedad, pero que se aprovechan de su infinita riqueza para comprar todo aquello que les antoja.
Si alguien está sabiendo cómo blanquear su mala imagen es Catar, un país que ha ido acogiendo poco a poco competiciones cada vez más importantes para convertirse en una capital del deporte y no en un estado en el que no se respetan los derechos de las mujeres o de diferentes colectivos sociales que sufren la falta de libertad de pensamiento, de culto o de orientación sexual.
Nadie en su sano juicio querría ir a un país cuya sociedad vive perseguida por estos problemas de extrema gravedad en pleno siglo XXI si no fuera porque detrás de mirar para otro lado se encuentran jugosos contratos económicos que tapan multitud de escándalos.
Catar, empezó con deportes como el atletismo y el tenis para dar el gran salto al fútbol, controlando equipos como el PSG y con su Mundial de 2022, ese que trastocará el calendario de todos los equipos del planeta y que se forjará entre la muerte de unos obreros que trabajan casi en esclavitud y el conflicto de saber que ni siquiera todos los aficionados y aficionadas locales que quieran acceder a los estadios para seguir los partidos podrán hacerlo.
Catar abraza al motor
Sin embargo, el proyecto de la Copa del Mundo se encuentra en su fase final, a casi un año de que se produzca una competición que cambiará para siempre la historia del fútbol. Por lo tanto, desde Catar necesitan otros estímulos que ya han puesto en marcha de forma activa y los cuales se van a centrar a partir del año 2023 en el mundo del motor.
Es el nuevo proyecto que tienen en mente y que están llevando a cabo en el estado catarí con la intención de convertir a la ciudad de Doha, y sus alrededores, en la capital mundial del motor. Concretamente la zona elegida ha sido la de Al Wusail, en la North Relief Road, a unos 20 kilómetros al noroeste de la propia Doha. Ahí es donde se encuentra el circuito de Losail donde los coches de la Fórmula 1 y las motos de las categorías de Moto3, Moto2 y MotoGP acudirán cada año.
Eso será a partir de 2023 cuando Catar se ha propuesto convertirse en el país del motor en un proyecto que durará, al menos, una década, ya que la intención catarí es llegar y quedarse para siempre. Tanto MotoGP como la Fórmula 1 son dos universos que mueven ingentes cantidades dinero e influencias y que son claves para un país que vive del petróleo y del cambio de buena imagen por dinero.
Para ello contarán también con el impulso de Ooredoo, una empresa internacional de comunicaciones que será el patrocinador principal del evento y cuya sede está en Catar, concretamente en Doha. Su función es la de proporcionar servicios móviles, inalámbricos, alámbricos y de contenido con participación en los mercados de telecomunicaciones nacionales e internacionales, y en los mercados comerciales y residenciales.
Proyecto a largo plazo
El gran éxito conseguido por Catar es instalarse en la élite mundial del deporte durante un tiempo tan prolongado. Que el nombre del país y de la ciudad de Doha sean asociados a este tipo de eventos con el objetivo de que, de aquí a unos años, nadie se extrañe de su presencia. Así es como ha sucedido con el Mundial de MotoGP a donde llegaron en el año 2004 y donde ya son una pieza fundamental.
Nadie concibe ya un campeonato de las divisiones más importantes del motociclismo sin la presencia de Losail. Es más, han conseguido ser la sede de la mayoría de los test de pretemporada al establecerse casi siempre como la primera carrera del curso y, en época de pandemia, las dos primeras, por eso de reducir viajes y contactos. Prácticamente un mes de motos, de competiciones, de estrellas, de resultados y de atención mediática. Sin embargo, Catar no descarta que en un futuro se pueda construir un nuevo trazado exclusivo para las carreras de Fórmula 1.
Otra de sus empresas en la Fórmula 1 será conseguir un lugar en el calendario que les permite aumentar sus servicios hasta hacerse parte fundamental del 'Gran Circo'. Para ello contarán con una de las personas claves en toda esta lucha, Abdulrahman Al-Mannai, presidente de la Federación de Automovilismo y Motociclismo de Catar y quien ha conseguido que ahora sea la Fórmula 1 la que se deje seducir por sus cantos de sirena.
A pesar de que no habrá que esperar mucho para escuchar el rugir de los Fórmula 1 por el trazado de Losail, su gran proyecto comenzará a partir de 2023, cuando darán comienzo a 10 años de carreras ininterrumpidas después del contrato que han cerrado con la FIA y Liberty Media. "Este emocionante acuerdo significa que Catar será el hogar de la Fórmula 1 y MotoGP durante la próxima década, que son los eventos cumbre del automovilismo mundial. Tenemos una orgullosa historia del automovilismo y este es el próximo capítulo para nosotros", así de feliz se mostraba el propio Al-Mannai tras la oficialización de un acuerdo hegemónico. En 2022 no habrá carreras en Catar al celebrarse ya la Copa del Mundo de fútbol.
El presente de Losail
Catar ha trabajado en este proyecto en dos vías demostrando que con capital todo o casi todo es posible en este mundo. Su idea era formar parte de la Fórmula 1 como lo hacen en MotoGP. Sin embargo, han conseguido establecerse como una opción de futuro y también de presente, ya que Doha y Losail debutarán ya, este mismo curso, formando parte del calendario de 2021 al contar con Licencia de Grado 1 de la FIA.
No lo harán en una fecha cualquiera, sino que ocuparán el fin de semana del 19 al 21 de noviembre, por lo que el actual campeonato por el que pelean Lewis Hamilton y Max Verstappen, y Mercedes y Red Bull, tendrá un final plenamente inmerso en el mundo árabe. Catar será la antepenúltima cita, Arabia Saudí la penúltima y Abu Dhabi pondrá la traca final. Un desenlace peculiar de una temporada que arrancó, curiosamente, en Bahrein.
Doble éxito el conseguido por Catar que se ha aprovechado de las dudas de la Fórmula 1 y de la necesidad por cerrar una sede ante los problemas que han planteado otros países y circuitos por motivos de las restricciones por la Covid-19. Por eso, ya es oficial que en solo unas semanas, el 'Gran Circo' aterrizará en las cercanías de Doha para disfrutar del lujo extremo catarí entre sus 16 curvas y sus más de 5 kilómetros.
El circuito de Losail está formado por una gran recta de alrededor de un kilómetro que constituirá la única zona de activación permitida del DRS, seguida de una curva a derechas que supondrá uno de los grandes puntos de adelantamientos del circuito. Además, se trata de un trazado que podría generar una importante degradación de los neumáticos por su alto número de giros y las altas temperaturas.
La carrera estará planificada para unas 57 vueltas cuyos giros estarán en torno al 01:28:50, con reducción de varios segundos para la clasificación y unas velocidades medias superiores a los 220 kilómetros por hora, tal y como han revelado las diferentes simulaciones que ha llevado a cabo la Fórmula 1 para evaluar las características del trazado.
Una de las preguntas a resolver por la propia Fórmula 1 será cuándo se celebrará la carrera, al menos de este 2021, si por el día o por la noche, cuando se producen las pruebas de MotoGP. Para ello hay que tener en cuenta que, a pesar de las altas temperaturas que hay en Catar, esta temporada se celebraría en otoño, en condiciones más frescas y húmedas. Si se celebrara una carrera nocturna, algo para lo que el circuito tiene capacidad y que siempre aporta un componente de espectacularidad, dichas temperaturas podrían ser incluso demasiado frías. Por ello, este enigma será algo a resolver próximamente.
La misión de Catar
Esta intención de hacerse un hueco sólido y permanente en el mundo del motor no es más que otra avanzadilla, muy efectiva eso sí, de un país que necesita mejorar su imagen de cara al exterior. Para ello, como gran parte del mundo árabe, se ha propuesto hacer suyo el deporte a golpe de talonario. Y lo cierto es que las cosas no les están saliendo del todo mal.
Este lavado de imagen que ahora se centra en la Fórmula 1 ya tiene en MotoGP un gran bastión desde que se adentraron en 2004. Sin embargo, fue mucho antes cuando comenzaron su vinculación con el mundo del motor al conseguir atraer hasta sus fronteras el Grand Prix Masters Championship, una prueba que contó con la victoria del mediático Nigel Mansel, ganador del título de F1 en el año 1992.
En el año 2009, otro nombre conocido en la actual parrilla como es Nico Hulkenberg, piloto probador de Aston Martin, salió vencedor del Gran Premio de Asia en el Campeonato de GP2 en una carrera que también se celebró en Catar, aunque sin la espectacularidad ni la atracción mediática que tendrá ahora el Gran Premio de Fórmula 1.
Sin embargo, la relación de Catar con el deporte va más allá del mundo del motor ya que, en los últimos años, han acogido eventos muy dispares. Desde campeonatos mundiales de atletismo hasta ciclismo de carretera pasando por gimnasia. Y todo antes de lanzarse de lleno a por el fútbol, su otro gran objetivo junto al motor. Su primer gran evento es la Copa Mundial de Clubes de la FIFA como ensayo previo a la llegada de la Copa del Mundo de selecciones a finales del año que viene. Una lista que parece no tener fin para imperio del petrodólar catarí que ahora ha aterrizado en la mismísima Fórmula 1.
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