Mercedes y Red Bull viven enzarzados en una guerra continua llena de reproches y piques tanto en la pista como fuera de ella. Estos días sin competición han servido para que ambos equipos pongan en práctica su acoso y derribo contra sus competidores y ambas escuderías se han lanzdo una crítica tras otra, siempre con el motivo de los famosos alerones flexibles de por medio.
Mientras Lewis Hamilton pelea con Max Verstappen en la pista bajo la atenta mirada de Valtteri Bottas, en el paddock es Toto Wolff quien tiene que hacer frente a dos integrantes de la escudería de las bebidas energéticas. Primero fue Helmut Marko quien pasó al ataque contra el jefe de Mercedes, pero ahora sido Christian Horner quien ha respondido a las protestas de este.
Sin embargo, esta guerra está afectando cada vez a más gente y cada vez a más equipos. El reglamento parece dar la razón a Mercedes y Red Bull tendrá que cambiar su famoso alerón que a grandes velocidades se flexibiliza y se retuerce dando una ganancia a los de Milton Keynes, mientras que en estático, se mantiene rígido e inmóvil, pasando hasta ahora todas las revisiones de la FIA.
En esta misma línea de actuación trazada por Red Bull han trabajado también Ferrari y Alpine, por lo que a Mercedes hace tiempo que dejaron de salirle las cuentas. La FIA ya se ha pronunciado y ha dado un mes a todos estos equipos para que retoquen su parte trasera y la conviertan en un elemento con menor movilidad. Sin embargo, esto también ha generado mucha polémica.
Mientras los infractores están de acuerdo con el plazo establecido, a Mercedes le parece una eternidad, ya que esperaban que estos alerones estuvieran prohibidos antes del Gran Premio de Bakú donde se alcanzan velocidades altísimas y, por tanto, mayores ganancias ofrece este nuevo alerón trasero.
La nueva guerra
"Es incompresible. Nos hemos quedado en el limbo desde hace mucho tiempo. Hemos señalado la situación flexible del alerón trasero el verano pasado, sin haber recibido ningún comentario y comprendo parte de la frustración de los equipos cuando, al hacer el concepto del coche de este año, esta era un área que debería haberse abordado mucho antes". Así de contundente se muestra un Toto Wolff que no descarta acudir al Tribunal Internacional de Apelación (ICA) para solucionar este tema.
Sin embargo, este tiempo que para Mercedes es una eternidad, en Red Bull lo ven justo dada la importancia de los cambios que tienen que introducir en el monoplaza y que, además, tendrán un coste económico muy grande. Por ello, Christian Horner no ha dudado en responder a su homólogo de Mercedes.
"Las nuevas reglas de medición nos obligan a cambios en el producto y eso es costoso y, por supuesto, requiere mucho tiempo, hemos estimado que medio millón para cambiar el alerón, que insisto, está en acuerdo al reglamento en el que se desarrolló".
"Lo que no podemos hacer es magia y crear una pieza de la noche a la mañana y que funcione, se necesita tiempo para desarrollarlo y entregarlo, pero me sorprende que se diga que daba seis décimas de ganancia, hasta incluso una, siempre en conjunción con otros elementos del coche y dependiendo del circuito".
Cambio de objetivo
Red Bull no solo se va a limitar a aguantar todo lo que pueda con su alerón trasero y buscar la forma de modificarlo que menos les perjudique, sino que ya ha tomado la decisión de iniciar una nueva guerra de cara a las próxima revisiones que tenga que hacer la FIA de los monoplazas de sus rivales.
"En este momento se presta mucha atención a la parte trasera del coche y estoy seguro de que eso también se trasladará a otras áreas del coche en las que otros equipos que estarán bajo escrutinio. Solo hay que mirar algunasimágenes de Imola en la parte delantera del automóvil de nuestro competidor que muestran una aerodinámica muy claramente flexible y como sabemos, el alerón delantero es un una parte del coche mucho más sensible que la parte trasera del automóvil. Pensar que la superficie aerodinámica de todos era completamente rígida sería una falacia".
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