Terminan los Juegos Olímpicos de París 2024 y España lo hace con un bagaje de 18 medallas: cinco oros, cuatro platas y nueve bronces. Un resultado que mejora en número los últimos dos precedentes, aunque en Río 2016 se sumaron siete oros. Pero se esperaba más de la delegación española, que se veía muy capaz de superar de una vez el récord de las 22 preseas de Barcelona 92.
Entre los 383 deportistas ha habido actuaciones buenas y otras malas. No se ha logrado el récord, que pudo haber estado más cerca de haberse hecho mejor papel en competiciones que se presuponían que nos darían un metal. Son las decepciones españolas en París 2024. Esas que dejan un mal sabor de boca por lo que se esperaba o lo cerca que se estuvo de conseguir la gloria.
Al margen está el doloroso caso de Carolina Marín, a la que un puñado de puntos le separaban de su segunda final olímpica (y, por tanto, asegurar medalla) cuando se rompió el cruzado en pleno partido. Sus lágrimas fueron compartidas por muchos aficionados desde sus casas y dejaron la imagen más amarga para el deporte español de estos Juegos.
El análisis deja a la selección femenina de fútbol como el gran batacazo español de estos Juegos. De clara favorita a ganar el oro a quedarse sin la medalla de la peor manera: quedando cuarta y fallando un penalti que lo hubiera podido cambiar todo en el último minuto. Montse Tomé y sus jugadoras fracasaron y se vinieron abajo a la hora de verdad, en las semis ante Brasil y el partido por el bronce frente a Alemania.
Se sentía muy superior al equipo español respecto al resto, aunque desde el principio de la competición el rendimento estuvo por debajo de lo esperado. Parecía haber tiempo para reaccionar, pero esto nunca llegó. Ni Alexia Putellas ni Aitana Bonmatí ni el resto de estrellas estuvieron a la altura, seguramente castigadas por un exigente calendario que las hizo llegar cansadas. No hubo talento y sí demasiados errores groseros, con la portera Cata Coll en varias de las fotos. Lo que se suponía que sería el remate de las campeonas del mundo, en su primera vez olímpica, acabó en desastre.
Como desastrosas fueron dos finales en las que España llegó a tener atadas dos metales más: en la última jornada del golf masculino y en la Medal Race del 470 mixto de vela. Jon Rahm y la dupla de Jordi Xammar y Nora Brugman naufragaron en el peor momento, pasando del todo a la nada en cuestión de minutos.
Rahm llegó a tener una ventaja de cuatro golpes en el liderato pasado el ecuador del día, pero colapsó entre los hoyos 11 y 14 y se dejó adelantar por Scheffler, Fleetwood y Matsuyama. La autodestrucción de Rahm fue parecida a la del 470 mixto. La embarcación no se bajó del podio general tras la disputada de cada regata y llegó a la Medal Race dependiendo de sí misma para ser plata. Xammar y Brugman se fueron a los primeros en el inicio de la final, la jugada les salió mal y quedaron relegados al final, lo cual aprovecharon Japón y Suecia para echarlos del podio dramáticamente.
Estos Juegos también ha habido deportes en concreto en los que se ha rendido muy por debajo de lo esperado a nivel global. Como en el taekwondo, donde se venía del ilusionante papel de Adriana Cerezo en Tokio (fue plata). La alcalaína iba a por el oro, pero cayó eliminada en cuartos de final y acabó sin opcion de pelear por medalla. Sí lucharon por el bronce Adrian Vicente, del que se esperaba más, y Javier Pérez Polo, pero perdieron y se quedaron sin premio.
En judo, Fran Garrigós pudo salvar en parte la papeleta dando la primera medalla de estos Juegos a España (un bronce). Hasta cuatro de sus compañeros tuvieron la ocasión, algunos por partida de doble, de colgarse un metal y fracasaron. Fueron Niko Shera, Laura Martínez, Tristani Mosakhlishvili y Ai Tsunoda. El resumen: ocho peleas por ganar/asegurar medalla y sólo una victoria.
El tiro español también vivió su naufragio olímpico particular. Las expectativas eran altas tras el oro en pareja conseguido por Fátima Gálvez y Alberto Fernández en Tokio. Su modalidad desapareció, viéndose obligados a participar individualmente. A priori, ella aspiraba a más que él y así ocurrido, que Alberto no logró entrar en la final. Sí lo hizo Fátima, con la segunda mejor puntuación, sólo superada por otra tiradora: la también española Mar Molné. Finalmente, en una final a seis, ninguna rascó metal. Tampoco estuvo a la altura de las expectativas el equipo de gimnasia rítmica, fuera de las finales.
En las quinielas a las preseas también aparecían otros nombres propios que se han quedado sin sumar al medallero. Desde una veterana como Maialen Chourraut, triple medallista olímpica con oro en Río 2016, que quedó última en 'su' final en eslalon y tampoco pudo resarcirse en el kayak cross. Hasta dos figuras mediáticas como Ana Peleteiro, bronce en Tokio 2020, y Hugo González, campeón del mundo, que pasaron sin pena ni gloria por París quedando sextos en sus finales.