Uno de los casos más polémicos que han dejado los Juegos Olímpicos de París son los de las boxeadoras Imane Khelif y Lin Yu-Ting. Ambas son dos púgiles aceptadas por las reglas del Comité Olímpico Internacional, pero no por la Asociación Internacional de Boxeo. Esta negativa llegó después de que ninguna de las dos pudieran superar unas pruebas de género que les acarrearon suspensiones durante la disputa del Mundial del año 2023.
A raíz de esta situación, la IBA les impuso una especie de sanción que no les ha impedido competir en París. Y ha sido precisamente esta cuestión la que ha generado una gran controversia, ya que durante las últimas semanas han contado con defensores y con detractores. Desde quienes afirman que son hombres compitiendo contra mujeres hasta quienes defienden que ellas no han incumplido ninguna norma.
Hasta ahora, quien más ruido mediático había generado había sido la argelina Imane Khelif. Por su parte, la otra protagonista de esta historia, Lin Yu-Ting, ha decidido realizar su camino en silencio hasta plantarse en la final. Y ha sido llegado este momento cuando ha roto su silencio para atacar a todos sus críticos.
La persecución a Lin Yu-Ting
Durante los presentes Juegos Olímpicos se ha hablado mucho de los grandes resultados que han obtenido tanto Imane Khelif como Lin Yu-Ting en las categorías de -66 y -57 kilos respectivamente. Sin embargo, el motivo del seguimiento a su camino ha sido todo el revuelo mediático generado a su alrededor por la situación de su género.
En el caso de Lin Yu-Ting, quien se encuentra ya en la final de su categoría, se juega algo más que la medalla de oro. Y es que el Gobierno de Taiwán, de donde es originaria, premia con 550.000 euros a quien gane una medalla de oro. Además, les otorga un sueldo vitalicio de 3.700 euros por ser campeones olímpicos.
La situación que se ha generado alrededor de Lin Yu-Ting, al igual que en torno a Imane Khelif, ha generado una repercusión mundial, especialmente por el enfrentamiento entre el COI y la IBA. István Kovács, vicepresidente europeo de la Asociación Mundial de Boxeo, llegó a advertir al Comité de que estas dos deportistas tenían "ventajas competitivas" respecto a sus rivales.
Todas estas aportaciones a un tema peliagudo y delicado han provocado que, tras muchos días en silencio, Lin Yu-Ting rompa su silencio para mostrar su descontento: "Por supuesto que es molesto leer algunas de las declaraciones. Pero no puedo controlar lo que dicen los demás".
La boxeadora de 28 años ha declarado además que no siente ningún tipo de miedo ni preocupación por su situación ya que no tiene nada que esconder: "¡Tengo la conciencia tranquila sobre este asunto!". Ahora, su mente está enfocada en la final de su categoría, la cual disputará este sábado 10 de agosto contra la polaca Julia Szeremeta, su último escollo antes de colgarse el oro.
Sea cual sea el resultado, Yu-Ting considera su caso y el de Imane muy importantes para visibilizar la situación de otras deportistas que se encuentran como ellas. E incluso vas más allá, ya que desliza que han ido a intentar acabar con su carrera, denunciando una especie de persecución.
"Al final demostramos que (la prueba IBA) era incorrecta y que el procedimiento no cumplía con ningún estándar. Pero todavía hubo problemas. Me pregunto si vinieron a por mí a propósito. Estaba confundida. Fue un poco ridículo".
Con estas últimas palabras, Yu-Ting se refiere al momento más duro que ha tenido que vivir durante todo este proceso. Fue la retirada de una medalla de bronce tras realizársele una prueba de género junto a Khelif en la que se descubrió que tienen un cromosoma X y un cromosoma Y, algo muy poco común en las mujeres: "Lo que más me preocupó fue que me quitaron una medalla a pesar de que había trabajado duro. Así que desapareció una fuente de ingresos".