España, como cada cuatro años, llegó a los Juegos Olímpicos de París con un reto claro: superar las 22 medallas conseguidas en Barcelona en el año 1992. La cita celebrada en casa no solo supuso el récord de la delegación nacional, sino también el listón a superar desde Atlanta 1996

Sin embargo, desde entonces, han ido pasando Sídney, Atenas, Pekín, Londres, Río de Janeiro y Tokio sin el fruto esperado para tanto trabajo. Las inversiones por parte del CSD y del COE han ido subiendo edición tras edición con alguna salvedad, pero el resultado nunca ha sido el esperado. Las ocasiones en las que España ha estado más cerca de superar su plusmarca fueron Atenas y Londres, alcanzando en ambas las dos decenas de metales. 

Ahora, el propósito y el proyecto estaban enfocados a romper esa maldición en París. El inicio a fuego lento de la llama olímpica nacional invitaba a pensar que el reto era imposible, ya que en el medallero patrio solo brillaban preseas como el bronce conseguido por Fran Garrigós en judo consumidas las primeras jornadas de competición.

Sin embargo, las buenas actuaciones colectivas en deportes como fútbol, waterpolo o baloncesto, tanto en categorías masculinas como femeninas, han conseguido que el fuego español se avive con fuerza en la recta final de estos Juegos Olímpicos. Los éxitos de estrellas como Carlos Alcaraz, María Pérez o Enmanuel Reyes Pla han supuesto también el impulso necesario para atacar los últimos días de competición con la ambición intacta de culminar un trabajo que cuenta con el sello de los deportistas nacionales y con el apoyo de las instituciones. 

España cuenta en estos momentos con 12 medallas en su haber, diez que ya figuran en el medallero y dos cuyo color está por definir. Deportes como el tenis, el judo o el baloncesto han dado grandes frutos a España mientras que otros como el fútbol, la vela o el piragüismo tienen todavía muchas alegrías que dar a la delegación nacional. 

La base del camino

Si España aún puede soñar con el reto de igualar, o incluso superar, las 22 medallas conseguidas en Barcelona 92, los mejores Juegos Olímpicos de nuestra historia, es porque ya se ha andado la mitad del camino. Hasta el momento, la delegación nacional acumula 13 medallas. 

De once de ellas ya conocemos su color y de las otras dos habrá que esperar a las contiendas decisivas. Esta complicada travesía se abrió el 27 de julio cuando Fran Garrigós consiguió la medalla de bronce en la categoría de -60 kilos de judo. En aquel momento, nos las prometíamos muy felices, ya que habíamos cumplido el objetivo de sumar en el primer día de competición. 

Fran Garrigós, celebra su medalla de bronce en los JJOO de París 2024 Reuters

Sin embargo, la racha se agotó y el grifo se cerró hasta la histórica mañana del 1 de agosto. Aquel día, la marcha le dio a España los dos siguientes metales. El bronce de Álvaro Martín y la plata de María Pérez, ambas en las pruebas de 20 kilómetros. Y solo unas horas después llegó un nuevo bronce, seguramente el más inesperado de todos los que han llegado hasta ahora. El joven prodigio del piragüismo español Pau Echaniz se subía al podio en el K1 de piragüismo eslalon. 

España tuvo que esperar hasta el 2 de agosto para pegar su primer gran salto en el medallero gracias al primer y único oro hasta el momento. Diego Botín y Florian Trittel se llevaron el primer puesto tras una polémica y accidentada 'Medal Race' en la categoría 49er de vela. 

Dos días más tarde, la delegación nacional certificó tres éxitos más: la plata de Alcaraz y el bronce de Sorribes y Bucsa en tenis, y el bronce de 'El Profeta' Enmanuel Reyes Pla en boxeo. El hispano cubano perdió la pelea por entrar en la final con polémica y vio así cómo se rompía su sueño de darle un oro a su país de acogida. 

Una de las últimas medallas tangibles para España llegó este domingo 5 de agosto cuando las chicas de baloncesto 3x3 hicieron historia al colgarse una plata que sin duda supo a oro en un deporte desconocido para muchos hasta ahora. Aunque para saborear un nuevo metal bañado en oro hubo que esperar hasta la exhibición de María Pérez y Álvaro Martín en el relevo mixto de marcha. Los dos atletas españoles cerraron su brillante participación en París con su segunda medalla, pero esta vez, la que les coronaba como campeones olímpicos en la primera edición de esta prueba. Después de que España firmara tres cuatro puestos en Tokio, la delegación nacional se quitó todas sus espinas una a una sumando una triple corona histórica.

Unas horas más tarde, fue el equipo de natación artística el que firmó una actuación sobresaliente y logró subirse al podio para conseguir una nueva medalla de bronce. Después, Ayoub Ghadfa logró superar la semifinal en boxeo y podrá pelear el próximo sábado por el primer oro olímpico de la historia para España en este deporte.

A esta medalla pendiente, habrá que añadirle todavía la que firmará el equipo masculino de fútbol después de meterse en la gran final del torneo olímpico. 

A romper la historia

España acumula ya doce metales en su haber en estos Juegos Olímpicos. Esto quiere decir que la mitad del reto de alcanzar el hito de Barcelona 92 ya está conseguido. Sin embargo, el tiempo apremia, ya que el ecuador de los Juegos de París ya es historia. A pesar de esta circunstancia, lo cierto es que la delegación nacional ha hecho muy bien las cosas para intentar cimentar varios éxitos por equipos. 

Si España cumple con su objetivo, evidentemente, habrá roto su propia historia. Sin embargo, tiene la oportunidad de hacerlo a lo grande, deshaciendo uno de sus mayores maleficios. Desde que el equipo de waterpolo masculino consiguiera el oro olímpico en Atlanta 96, ningún combinado nacional ha conseguido salir campeón de su categoría. 

La Selección masculina de waterpolo celebra el oro conseguido en Atlanta 96. EFE

Desde aquel 28 de julio de 1996, España acumula diez derrotas consecutivas en finales por equipos, ya fueran en categoría masculina o femenina. Una racha que podría romper, por ejemplo, el equipo de fútbol, que se enfrentará a Francia en la gran final. Y es que el fútbol es uno de los deportes que puede darle aún metales a España. 

Al éxito ya contabilizado de los chicos de Santi Denia podría sumarse el de las jugadoras de Montse Tomé, quienes lucharán por el bronce frente a Alemania tras caer en semifinales con Brasil (4-2). Otro equipo que está en la misma situación es la Selección masculina de hockey. Los de Max Caldas se enfrentarán en la lucha por el podio a India tras caer en semifinales contra Países Bajos (4-0).

Estas son, sin duda alguna, dos de las medallas que más en la mano están. Otra medalla que está al caer para España es la de la categoría del 470 mixto de vela. Ahí, los Campeones del Mundo y de Europa Jordi Xammar y Nora Brugman buscan cerrar la triple corona con el oro olímpico. De momento, son segundos de la general a falta de que se celebre la 'Medal Race' en la que, salvo descalabro, la presencia en el podio debería estar asegurada. 

A partir de aquí, las opciones se reducen y hay que confiar en las estrellas de la delegación nacional. Dos de las más brillantes son dos jóvenes talentos como Jordan Díaz y María de Valdés.

El primero es uno de los grandes favoritos al oro en triple salto masculino, mientras que la segunda es la vigente subcampeona del Mundo en natación en aguas abiertas y sueña ya con rescatar el oro de las turbias aguas del río Sena en la prueba de 10 kilómetros. 

Siguiendo con las constelaciones nacionales, no hay que pasar por alto el espectacular rendimiento de la natación artística. Tras el bronce de las chicas de Mayuoko Fujiki y Judit Requena, habrá una segunda posibilidad con la prueba por dúos en la que competirán Iris Tio y Alisa Ozhogina.

El equipo nacional de natación artística.

Otra disciplina de reciente debut en estos Juegos Olímpicos de París y que ha dejado muy buenas sensaciones es el piragüismo sprint. España ha conseguido meter a todos sus barcos que han competido hasta el momento en sus respectivas rondas de semifinales y es imposible no soñar con un buen puñado de medallas. 

Sin duda alguna, con especial fuerza brillan dos equipos. El K4-500 masculino formado por los míticos Saúl Craviotto, Carlos Arévalo, Marcus Cooper Walz y Rodrigo Germade, y el C2-500 femenino que forman Antía Jacome y María Corbera. Mientras los chicos se jugarán el oro presumiblemente con Alemania, nuestras palistas tendrán una dura competencia por las medallas con rivales como China, Ucrania, Hungría o Canadá. 

En waterpolo, España mantiene las opciones intactas con las chicas, que ya sueñan con clasificarse para la gran final si consiguen vencer este jueves a Países Bajos. Eso sí, la lucha por el oro sería contra el 'coco' resultante del enfrentamiento entre Estados Unidos y Australia. 

Otra disciplina, en este caso masculina, que vislumbra en el horizonte los metales es el balonmano. Los 'Guerreros', tras doblegar a Egipto (29-28) en una batalla heroica que se fue hasta la prórroga, busca lo máximo desde su plaza en las semifinales.

María Conde celebra un punto durante el partido contra Serbia en los Juegos. REUTERS

Los sueños necesarios

Si se cumplieran todas estas predicciones, España podría superar con creces ese registro conseguido en los Juegos Olímpicos de casa. Sumados a los éxitos que ya no se escaparán del medallero, la delegación nacional podría abandonar París con entre 25 y 26 medallas. Esto supondría, lógicamente, un éxito sin precedentes y un motivo de fiesta nacional. 

No obstante, como es mucho más sencillo de lo que parece fallar en alguna de estas cábalas. España tiene otra serie de balas en la recámara para poder seguir soñando con ese objetivo de superar la mítica barrera de 22 preseas. Y ahí, tres deportes reciben todos los focos. 

En primer lugar, como no podía ser de otra forma, el piragüismo sprint. El K1-1000 masculino, con un Paco Cubelos que llega en el mejor momento de su carrera, ofrece motivos suficientes para soñar con un gran éxito. Igual que sucede con la formación del K4-500 femenino y es que Sara Ouzande, Estefanía Fernández, Carolina García Otero y Teresa Portela se han clasificado directamente para la final. 

Terminando con los barcos españoles que más confianza despiertan a la hora de entrar en la lucha por las medallas se sitúan las dos parejas del K2-500 masculino. Por un lado, Marcus Cooper Walz y Adrián del Río, y por el otro, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade. De todas estas embarcaciones, España espera rascar algún metal de los llamados 'sorpresa'. 

El rey Felipe VI con los integrantes de las embarcaciones del K4-500 Casa Real

Otro deporte que está ilusionando mucho es el voley playa. Tanto la pareja femenina que forman Tania Moreno y Daniela Álvarez como la masculina, integrada por Adrián Gavira y Pablo Herrera, están cuajando una actuación sobresaliente a la par que sorprendente. Los cuatro se encuentran en cuartos de final y a un solo paso de luchar por las medallas. Las chicas deberán doblegar a la pareja canadiense mientras que los chicos tendrán que hacer lo propio con la dupla noruega. 

Y por último, cerrando este camino hacia el éxito histórico de dejar atrás la marca de Barcelona 92, España no le cierra la puerta a sacar algún triunfo, o incluso dos, en escalada. En los chicos, Alberto Ginés necesita remontar para colarse en la lucha por los metales. Sin embargo, el campeón olímpico en Tokio hará todo lo posible por defender su oro. Por su parte, Leslie Romero, la nueva ilusión de la velocidad sobre paredes en España, intentará hacer la machada de eliminar a la gran favorita, Aleksandra Miroslaw, para meterse en semifinales. 

Así está el camino de España en estos Juegos Olímpicos de París y el destino del medallero nacional, el cuál podría sufrir una crecida exponencial en los últimos días que acerque el sueño de dejar atrás la marca de 22 metales de Barcelona 92.