Pau Echaniz se ha hecho con la medalla de bronce en K1 de piragüismo. El slalom del vasco ha sido extraordinario en la fase final. A pesar de clasificarse como último en semifinales, el joven atleta español salió primero para sorprender a todos sus rivales.
El hijo de Xabi Echaniz, entrenador y marido de Maialen Chourraut, besó la gloria olímpica en su primera participación. Y de la manera más complicada. Con el 12º mejor tiempo en semifinales, inauguró la final y su descenso sirvió de referencia para el resto de piragüistas.
Su descenso fue impecable pese a la penalización que tuvo por tocar una puerta. Paró el crono ocho segundos antes de lo que había hecho en la antesala a la final. Trabajo hecho. Su equipo saltaba, se abrazaba y festajaba una bajada majestuosa. Restaban el resto de piragüistas, pero el tiempo establecido por el español rezumaba a medalla.
Le tocaba esperar. Y así hizo desde el muro. Relajado, con una botella de agua como compañera de estancia. Desde ahí vio cómo descendían el resto de piragüistas con un denominador común: llegaban más tarde que Pau. El italiano De Gennaro y el francés Castryck lograron batieron su tiempo. Ningún rival más podía hacerlo, de lo contrario Pau perderia el bronce.
Todavía restaban cuatro piragüistas por descender entre los que se encontraba el británico Clarke, último rival por el bronce. Su descenso inició impecable, con un tiempo al paso por el primer parcial que le hacía soñar con el oro olímpico. Se le complicó una puerta a su paso por el segundo tramo y su ventaja se desvaneció.
Se jugaría el bronce con Pau en los últimos metros. El británico empujaba el agua con la pala, mientras que Pau cruzaba los dedos con el objetivo de frenarle. Clarke atacó el último intervalo, pero no le fue suficiente. El bronce se lo quedaba el español que acabó manteado por la delegación española.
Cuarta presea olímpica para España en París, 21ª del piragüismo olímpico nacional, que iguala con la vela como el deporte más laureado en la historia olímpica española. La sonrisa ocupaba por completo el rosto de Pau en el podio. Un bronce con sabor oro para el joven deportistas y estudiante de moda que cuenta con una propia marca de ropa. El piragüismo en general y Pau Echaniz en particular tocan el cielo.