La bandera de Francia apareció en las pantallas, la megafonía pronunció el nombre que todos esperaban. "Léon Marchand", resonó en el Centro Acuático de París. Los decibelios subieron hasta dimensiones insospechadas, y eso que tan sólo era mediodía y una fase previa. Lo que sucedió en la final de los 400 metros estilos ya es historia de los Juegos Olímpicos.
Léon Marchand no falló y cumplió con todos los pronósiticos. Se hizo con el oro para Francia y firmó un crono de 4:02.95, o lo que es lo mismo, destrozó la anterior marca olímpica que todavía tenía en su poder Michael Phelps desde Pekín 2008 (4:03.84).
Otro signo más que advierte de que este joven de Toulouse es el sucesor del 'Tiburón de Baltimore'. Las comparaciones son inevitables, y aunque parece imposible igualar al norteamericano en medallas de oro olímpicas, lo cierto es que los Juegos, sobre todo París 2024, tienen un nuevo héroe y además es local.
La primera medalla de oro ya es una realidad para Marchand, la primera de las cinco a las que, como máximo, opta según sus propias palabras pocos días antes de la competición.
La piscina parece haber encontrado un nuevo dominador, otro jeque intratable como en su día lo fue Phelps. Con 22 años, tiene un presente y un futuro impresionante por delante, y su entrenador, Bob Bowman, es el mismo que entró a Phelps en su día. El camino hacia la historia acaba de comenzar en París.
Ascendencia olímpica
"Lo que hace Léon es de otro nivel". Esas fueron las palabras del mismísimo Michael Phelps cuando el pasado verano, en los Mundiales de Fukuoka, Marchand consiguió destrozar el mejor registro histórico que por última vez mejoró el estadounidense en 2008 en los 400 metros estilos.
La relación con la piscina de este joven de Toulouse que ahora emociona al mundo en esta y otras modalidades no siempre ha sido idílica. Es de lo más llamativa, porque ha tenido sus idas y venidas pese a que eso de ir como pez en el agua lo lleva en la sangre.
Su ascendencia hacía pensar que, de una u otra forma, lo más lógico era que Léon terminara en una piscina, y pese a que se resistió en varias ocasiones la cabra terminó por tirar al monte. Su padre Xavier Marchand y su madre Celine Bonnet saben bien de qué va eso de disputar unos Juegos Olímpicos. Xabier nadó en Atenas '96 y Sidney 2000, mientras que Celine hizo lo propio en Barcelona '92.
Por si esto fuera poco, su tío Christophe Marchand también llegó a lanzarse a la piscina en Seúl '88 y Barcelona '92, así que asesoramiento familiar es algo que no le falta a Léon desde bien pequeño. Precisamente por esta experiencia, su círculo más cercano trató de disuadirle de aquello de dedicarse a la alta competición por el gran sacrificio que hay que hacer, pero el resultado fue el opuesto. La criatura es uno de los reyes de París 2024.
Tímido y reservado, a Léon nunca le gustaron los focos. No llevaba demasiado bien eso de ser el centro de atención, y probó suerte durante su juventud en otros deportes como el judo. Sin embargo, cerca de los 15 años se lanzó a probar en serio cómo era aquello de nadar los 400 estilos.
Dicen que aquello le metió el gusanillo en el cuerpo y que se pasó gran parte de su adolescencia viendo vídeos de un tal Michael Phelps que por entonces arrasaba allá por donde iba. Cosas del destino, en 2021 Bob Bowman, el entrenador del 'Tiburón de Baltimore', descubrió a Léon y vio en él una dotes especiales para la natación. Si alguien sabía de eso era el preparador norteamericano.
Aquella conexión hizo que Marchand dejara Toulouse y se marchara a Arizona a estudiar informática, pero sobre todo a perfeccionar sus artes sobre el agua. Aunque sus padres le instaron a pesárselo con calma, la decisión ya estaba tomada.
El reflejo de Phelps
No tan temprano como él, pero Marchand debutó en unos Juegos Olímpicos a una temprana edad como Phelps. También sin medalla, pero con final. El de Baltimore lo hizo en Sidney 2000 y el de Toulouse en Tokio 2020.
El crecimiento del francés en los últimos años ha sido descomunal. En el Mundial de 2022 consiguió tres medallas, dos de ellas de oro, y sirvió como un gran acto de presentación en sociedad. El año pasado, en los Mundiales de 2023, confirmó que su talento no es flor de un día porque de nuevo arrasó con otras tres medallas más, pero esta vez fueron todas de oro.
Más allá de las preseas y de la calidad del metal de las mismas, el golpe sobre la mesa fue su récord del mundo de los 400 metros estilos. La marca estaba en poder de Michael Phelps desde 2003, y la última vez que el norteamericano había logrado batirla era en 2008.
El relevo, más allá de las marcas y los números, fue simbólico. Phelps estaba aquel día presente en la piscina y vio en directo cómo su registro saltaba por los aires. Se puso en pie, aplaudió y, puños en alto, celebró que Marchand había conseguido ser más rápido que él. Hasta le entregó la medalla en uno de los momentos más emocionantes de la natación.
La locura en Francia
Inevitablemente Marchand se mira en su reflejo y el mundo compara a Léon Marchand con Michael Phelps. La natación siempre ha sido uno de los grandes atractivos, junto al atletismo, de los Juegos Olímpicos, pero hacía tiempo que una figura no levantaba tanta expectación individualmente.
El primer día que Marchand se dejó ver en el Centro Acuático de París la gente enloqueció. Desde primera hora de la mañana la gente se agolpó a las puertas del recinto esperando ver las eliminatorias de los 400 metros estilos, cualquier cosa por ver al ídolo local en directo.
Porque la conexión es mágica en estos Juegos. Un nuevo héroe de la natación compitiendo en casa. Algo que, sin embargo, nunca pudo hacer Phelps en los Juegos Olímpicos. Si el ambiente en las eliminatorias ya fue ensordecedor y Léon tuvo que salir del agua poco menos que a dar una vuelta al centro para saludar a toda la hinchada, lo de la final fue escandaloso.
El de Toulouse ya tiene la primera medalla olímpica en el bolsillo gracias a los 400 metros estilos, pero parece bastante claro que no será la última. París 2024 adecuó el programa de natación para que pudiera competir en las máximas disciplinas posibles, y eso indica que estará también en los 200 metros estilos, los 200 metros mariposa y los 200 metros braza.
Falta la confirmación definitiva, pero parece que los Juegos Olímpicos ya tienen un nuevo rey.