La vida de Zhan Beleniuk (Kiev, Ucrania; 1991) ha sido un cúmulo de momentos de superación. De pequeño sufrió racismo, algo que le motivó para dedicarse a la lucha grecorromana de forma profesional. Su abuela tenía miedo de coger el tranvía por ser negra, una cuestión que impulsó su salto a la política siendo el primer negro en el parlamento ucraniano. Su padre, piloto de aviones, murió en la guerra civil de Ruanda y ahora él planta cara por su patria ante la invasión de Rusia.
Los episodios de guerra siguen recrudeciéndose entre estos dos territorios y el pueblo ucraniano sigue dejando historias de deportistas que dejan a un lado su vida profesional para involucrarse por su nación. Beleniuk lo lleva haciendo desde 2017. En ese momento se unió al ejército ucraniano como teniente subalterno. Su implicación no quedó en ese gesto. Poco a poco se inmiscuyó en el mundo de la política y en 2019 se unió a las listas de Volodimir Zelenski.
Así es como se convirtió en el primer diputado negro del parlamento ucraniano. El miembro del partido 'Servidor del Pueblo' ahora también se encuentra en el frente de defensa en Kiev ante la invasión rusa que estos días ocupa Ucrania organizando milicias de defensa de la ciudad. Convencido de que solo a través de la política y el entendimiento se pueden cambiar los escenarios, desafía al ejército de Vladímir Putin y empuja para que retroceda.
No le faltan fuerzas. Este verano, antes de que esta situación tensa entre Ucrania y Rusia volviera a recrudecerse, Beleniuk conseguía la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 en la modalidad de lucha grecorromana. Por fin conseguía cerrar el círculo después de ser plata en Rio 2016. Decidió enfrentar los prejuicios desde el deporte, convirtiéndose en profesional en 2010 y este último año lograba alcanzar la cima. Ahora tiene un reto por delante aún más complicado.
Racismo y guerra
La sola presencia de Zhan Beleniuk destaca la población ucraniana africana vulnerable y poco conocida de la nación. La mayoría llegó a Ucrania durante las décadas de 1920 y 1950 como parte de programas educativos y laborales junto con la descolonización de África. Sin embargo, hoy en día muchos denuncian casos de racismo, incluso cuando intentan escapar de la zona de guerra activa. El mismo campeón olímpico se ha encargado de denunciarlo en los últimos días.
Beleniuk también está listo para luchar por su nación. La semana pasada, publicó imágenes de sí mismo en Instagram limpiando una pistola de la era soviética. Aunque es un político actual y un atleta olímpico para siempre, su nuevo papel como soldado nace de la necesidad. Durante la invasión se han denunciado situaciones en las que él y otros ucranianos negros son objetivos para los ocupantes rusos simplemente por el color de su piel.
Desde pequeño sufrió algunos episodios de racismo, pero aún así creyó en Ucrania para defender sus colores y cambiar la mentalidad del país contra los negros. En 2007, Beleniuk fue al país de su padre para descubrir sus raíces africanas. "Me considero 100% ucraniano. Nací aquí, siempre he vivido en Ucrania. Tenía varias propuestas para cambiar de nacionalidad y unirme a otra selección, pero siempre creí en este país", explicó en France 24 en 2019.
Junto a Zelenski
Él ya tuvo que sobrevivir al dolor de la guerra en este continente. En Ruanda se enfrentaron los rebeldes del Frente Patriótico Ruandés con el gobierno del presidente Habyarimana, de etnia hutu. La muerte del máximo dirigente desencadenó la masacre entre los hutus y los tutsis que duró unos meses más y donde murieron 800.000 civiles. El padre de Zhan fue llamado a filas para combatir pero su avión fue derribado y murió.
Con este dolor y sufriendo ataques racistas en su país, a los 9 años se apuntó a lucha grecorromana. Diez años después se colgaba la medalla de plata en el Campeonato Mundial Junior. En 2011 se convirtió en el campeón de Europa Junior y, ese mismo año, ganó el bronce en el Campeonato Mundial. A partir de 2019, sus tareas como diputado y la expansión de la pandemia del Covid-19 le hicieron dejar a un lado el deporte. Pero en el horizonte tendría Tokio como colofón a su carrera deportiva.
El oro sirvió para tener un retiro dorado, aunque la vida le ha puesto un nuevo reto. Beleniuk se ha mostrado muy participativo en la organización de grupos armados de defensa de la ciudad desde el inicio de la invasión rusa. Mantiene la esperanza de repeler al ejército ruso y que por fin llegue la paz. Pide a los pueblos africanos que se alejen de Putin y Rusia para frenar una guerra que amenaza a todo el mundo.
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