Uno de los grandes nombres de este 2021 es el de Marta Fernández (Burgos, 1994). La vida se pone cuesta arriba cuando te diagnostican nada más nacer una parálisis cerebral que, con el tiempo, te va a ir limitando tu día a día. La familia y el entorno de esta joven de 27 años se negó a rendirse y ella puso el resto para convertirse en triunfadora en unos Juegos Paralímpicos; lo hizo en Tokio 2020 con tres medallas. Una razón más que suficiente para ser elegida Premio León del Deporte de EL ESPAÑOL en el año 2021.
La nadadora fue una de las estrellas del Centro Acuático de Tokio durante la edición que se pospuso a este año por la pandemia. Un momento que fue de mucha incertidumbre para Marta porque, aunque tenía la mínima para acudir a la cita, no estaba confirmado que se fueran a celebrar los Juegos y tampoco que pudiera tener uno de los billetes que garantizaba su presencia. La historia tuvo final feliz con ese oro, esa plata y ese bronce con los que se volvió de Japón.
La historia comenzó con la segunda posición en los 50 mariposa en la clase S4. Era la primera vez que se tiraba al agua en unos Juegos Paralímpicos y se subió al cajón. Todo mejoró cuando ganó su final en los 50 metros braza en la clase SB3. Como ella misma asume, es el sueño de todo deportista y ya lo había cumplido. Pero el más complicado fue el bronce en los 50 metros libres en clase SM4. A esta cita llegó con mucha fatiga, pero sacó fuerzas de su flaqueza para acabar tercera.
El 2021 ha sido su año también porque ha tomado posesión de su plaza como administrativa del Estado en la Delegación de Gobierno en Valladolid. Compagina las dos vidas, la deportiva y la profesional, y lo hace con maestría para rendir al más alto nivel. Su ejemplo va más allá de los reconocimientos que está recogiendo en los últimos meses. El hecho de que la paren por la calle, la reconozcan y haya jóvenes para los que es una referencia es un motivo de orgullo para esta sirena de oro.
2021 es el año en el que España y el mundo han conocido a Marta Fernández pero, ¿quién es Marta Fernández más allá del deporte?
Nací en Burgos, tengo 27 años y vengo de una familia de cuatro hermanos. Además de dedicarme desde hace unos cuantos años a nadar, también he sacado la oposición de administrativo del Estado y este año he tomado la posesión de mi plaza en la Delegación del Gobierno en Castilla y León. Compagino mi vida de funcionaria con los entrenamientos.
¿Y cómo se compaginan esas dos vidas?
Al principio, cuando aprobé, me daba muchísimo miedo. Decía: ya verás tú, va a ser difícil. Pero en mi trabajo son todo facilidades, estoy rodeada de gente extraordinaria y todo es más sencillo.
Nació con parálisis cerebral, ¿ante qué dificultades se encuentra en su día a día?
Como tengo una enfermedad degenerativa, voy empeorando con el tiempo. Entonces me encuentro con más barreras. La filosofía con la que mis padres me educaron fue de intentar pensar más en la solución que en el problema. Ahora mismo te podría contar mil cosas que no puedo hacer, pero me quedo con las mil soluciones que hemos encontrado.
Empezó a nadar como parte de la rehabilitación, ¿cómo fueron sus primeros largos en la piscina?
No me gustaba nadar de pequeña. Me daba mucho miedo el agua. Mi madre siempre me lo recuerda. Tenía fobia, iba obligada a nadar de pequeña. Ya de adolescente perdí el miedo y me picó el gusanillo de competir. Ahora no me imagino un día sin meterme en la piscina.
¿Cómo fue ese proceso de lanzarse a la piscina y convertirse en una deportista profesional?
Cuando tenía 17 empecé en este mundo de la competición. Desde la Federación de Deporte Adaptado de la Junta de Castilla y León me ofrecieron ir a Valladolid a estudiar mi carrera y a entrenar en el centro de tecnificación. Ahí es donde he crecido como persona y como deportista porque llevo 10 años. Me acuerdo de ese año, fue un cambio muy grande. Pasé de nadar a entrenar. Compaginaba la universidad con nadar y desde entonces no he parado.
El deporte te da valores más allá de las medallas
¿Cuál fue ese gran paso que le hizo crecer como persona?
No cambió mi forma de ser, pero el deporte te da valores que son muy importantes más allá de las medallas. La organización, saber que te vas a caer y te vas a levantar como si no pasara nada... Me ha dado también una familia extraordinaria en el deporte.
¿Cómo es un día en su vida? ¿Cuántas veces entrena por semana?
Entreno de lunes a sábado. Trabajo por la mañana y por la tarde entreno.
¿Cuáles son los sacrificios que supone llevar una vida de preparación para alcanzar unos Juegos Paralímpicos?
Yo la verdad es que no lo veo como sacrificios, pero sí que es verdad que una de las cosas que te pierdes son los momentos familiares en los que no puedes estar. Yo siempre digo que merece la pena, yo sé que ellos me apoyan.
En sus primeros JJOO logra tres medallas, ¿ha asimilado aún todo lo que lo ha logrado?
No (risas). Yo sigo en una nube, aunque soy más consciente que cuando aterricé. Cuando me clasifiqué para los Juegos decía: hasta que no llegue a Tokio... con esto de la Covid-19... Pero cuando estaba allí y llegaban los grandes resultados, las marcas... Fue todo como: ¡madre mía lo que he hecho!. No me lo creía.
La pandemia de la Covid-19 ha hecho que estos éxitos en los Juegos sean aún más especiales.
Han sido mis primeros Juegos, he disfrutado de cada momento y deportivamente mucho más. Ojalá llegue a París y vea unos Juegos con público donde mi familia pueda ir.
La incertidumbre de la Covid-19 hizo muy difícil todo. Tenía la mínima, pero tenía que pasar la Clasificación Internacional Médica Funcional, que es que te validen la clase en la que compites. Al final era muy difícil pasasrlo porque con la pandemia todo se aplazaba. Eso hizo que hubieran pocas plazas.
Siempre digo que estoy eternamente agradecida al Comité Paralímpico y a la Federación Española de Parálisis Cerebral por apostar por mí porque sin eso, no hubiera podido ir. Eso fue duro también.
Mis resultados son de todo el equipo
Oro, plata y bronce en unos mismos Juegos, ¿cuál fue el más complicado de los tres?
Si te digo la verdad, el oro es lo que soñamos todos los deportistas, pero no me puedo quedar con ninguna de las tres. La plata fue la primera medalla y fue especial porque competía con gente con otras discapacidades. El oro fue el sueño cumplido. El bronce fue el que más me costó porque por mi lesión. Llegué al último día con problemas musculares y esa fue la más luchada.
¿Cuál es su secreto para conseguir todo lo que ha logrado en estos últimos Juegos?
Yo creo que estos resultados no son míos, son de un gran equipo que hay detrás. Sin mi entrenador, sin toda la gente que hay en mi día a día, sin los médicos del Comité, sin los fisios... nada habría salido así. Hay que rodearse de un gran equipo.
¿Quiénes son las personas que más culpa tienen de que Marta Fernández sea ahora una estrella del deporte y un ejemplo para toda la sociedad?
Estoy eternamente agradecida empezando por 'Carras', mi entrenador, que ha estado desde el minuto 1 en lo bueno y en lo malo. También le debo mucho a María Folgado. Es la seleccionadora española de natación de parálisis cerebral y fue la persona que estuvo durante todos los Juegos conmigo. A los que me acompañan día a día les tengo que dar las gracias porque sin tener su apoyo y las facilidades que me dan sería todo más difícil. Estos resultados son de ellos. Sin mis padres, mi entrenador, mi entorno más cercano... hasta mis compañeros de trabajo, sería todo más difícil.
Ha conseguido las tres medallas, ha aprobado su oposición... ¿Qué objetivos se marca para su carrera y su vida a partir de ahora?
Seguir disfrutando del deporte. Seguir nadando. Este año tenemos Mundial, pensamos en París 2024... Ojalá Tokio sea el principio de algo grande. Seguir cumpliendo sueños.
¿Cuáles son esos sueños?
Llegar a París, seguir promocionando a nivel profesional... pero, sobre todo, seguir disfrutando del deporte.
El premio es para todo el movimiento paralímpico
¿Cómo está viviendo todos estos reconocimientos que está recibiendo después de los Juegos?
Me sigue sorprendiendo. Me parece una locura que me paren por la calle o que me conozcan. Sigo siendo la misma persona que hace siete meses o un año. Pero, la ilusión que te hace que niños pequeños te tomen como referente me parece una pasada. Los reconocimientos son muestras de mucho cariño.
¿Qué significa para usted este premio León del Deporte de EL ESPAÑOL y suceder a deportistas como Rafa Nadal o Sergio Ramos?
Es un orgullo y un honor. A Rafa Nadal, a Sergio Ramos... son deportistas a los que yo siempre he admirado. Además, este premio me lo dan a mí, pero es a todo el movimiento paralímpico. Tengo ganas de compartirlo con mi entorno, porque también es suyo.
¿De quién se acuerda al recibir un premio como el León del Deporte de El Español?
Hay muchas personas. Mis padres son el pilar fundamental. Luego está Raúl Carrasco, mi entrenador. Mis compañeros de entreno, mis amigos, mis compañeros de trabajo, todo el equipo con el que trabajo de médicos, fisios... Un cacho es de cada uno de ellos.