David Valero (Baza, Granada, 1988) ha dado la segunda sorpresa para España en estos Juegos Olímpicos. El ciclista de mountain bike ha hecho una remontada antológica después de que en la salida le pillase uno de los cortes y ha conseguido la medalla de bronce. En una prueba que dominó Thomas Pidcock y que estuvo marcada por la caída en los primeros instantes del gran favorito que no pudo terminar aquejado por los dolores en su cadera, Mathieu Van der Poel, el granadino consiguió recortar la diferencia con los ciclistas que peleaban por el tercer puesto y sumar una presea para nada esperada.
Como hiciera Carlos Coloma en Rio 2016, la modalidad de XCO de BTT vuelve a dar una medalla en los JJOO. El medallista olímpico empezó a trabajar con Valero y con Rocío del Alba para hacer una escuela de esta especialidad que dominan los suizos y los neerlandeses, además de la nueva promesa Pidcock. Su trabajo ha dado la segunda medalla para el equipo español después de la conseguida en Taekwondo por Adriana Cerezo.
Eran los segundos Juegos para el bastetano después de hacer un noveno en Rio. A sus 33 años, venía de un año con buenas sensaciones, pero no estaba entre los favoritos para ser medalla. Inesperadamente, como ocurría en Brasil, aparecía de la nada Valero desde atrás para vencer a uno de los candidatos de medalla como el suizo Schurter. No iba a tener nada que hacer contra él en un presumible esprint, pero consiguió dejarlo antes de llegar a la meta y entró en solitario para este bronce.
Tuvo muchos problemas de salida. Después de una arrancada muy rápida, se había quedado en uno de los grupos de cola. Valero, lejos de resignarse, siguió trabajando durante toda la prueba. En un exigente recorrido de poco más de cuatro kilómetros, el granadino fue vuelta a vuelta mejorando. En un esfuerzo extraordinario, llegó al grupo que estaba peleando por el diploma. Ese fue la primera piedra para conseguir este bronce.
La remontada
De esa séptima, cuando las cámaras se fijaban en la proeza que estaba completando el joven Pidcock, apareció subiendo una de las colinas junto al grupo que luchaba por el tercer puesto. Como una auténtica locomotora, se metió por el camino alternativo para ir adelantando y plantarse en la rueda de Schurter. El bastetano lo adelantaría rápidamente e incluso se marcharía en solitario.
Un error estuvo a punto de arruinar su medalla. En una curva en subida, se le salió uno de sus pies del pedal. Schurter le adelantó. Una vez se colocó bien la zapata y avivado por los mensajes que le llegaron desde su box, donde le pedían que lo hiciera por su hijo, dejó en la estacada de nuevo al suizo. No quedaban muchos metros de prueba y el temor a un esprint donde era el menos rápido existía. Pero estaba avivado por la remontada y volvería a dejar atrás a sus rivales.
Una vez que Pidcock ya estaba celebrando su triunfo, las cámaras de línea de meta se centraron en David Valero. El granadino levantaba el brazo derecho con el puño cerrado, en una conjunción de rabia y de alegría, y conseguía una medalla de ensueño. Nadie le esperaba, menos aún por cómo fue su salida. La remontada ha sido de leyenda y el español lo demostraba con sus lágrimas cuando celebraba el triunfo con su equipo. Un nuevo éxito para el equipo olímpico nacional en el tercer día de competición.
Van der Poel
Una de las imágenes de los JJOO es la del nieto de 'Pou Pou' reviviendo la mala suerte de su abuelo. Van der Poel, en uno de los saltos peligrosos que tenía el recorrido, se iba al suelo. Quizá en un exceso de confianza, el neerlandés que venía de ser protagonista en el Tour de Francia, se llevaba un buen golpe. Aún así, quiso continuar en la prueba sin opciones de medalla en todo momento. Cuando no pudo aguantar más el dolor, se bajó de la bici. Sin esta caída, seguramente Valero no habría podido llegar al podio.
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