Joel González (Figueres, 1989) dice adiós a una carrera repleta de éxitos. A sus 31 años inicia una nueva vida. Algo que gran parte de los deportistas profesionales tienen que hacer cuando llegan a cierta edad, pero que en su caso supone un antes y un después en el taekwondo nacional. González ha representado la élite durante años y, ahora, deja paso a las nuevas generaciones.
El catalán dijo adiós en un acto apoyado por los suyos, y acompañado del COE y la Federación. "Es un día de sentimientos encontrados. Siento mucha alegría y a la vez tristeza por abandonar esta etapa de mi vida que significó tanto para mí", explicó el pasado lunes cuando se celebró el acto de despedida. Días después, Joel atiende a EL ESPAÑOL para repasar las claves de una carrera repleta de triunfos.
Oro en Londres 2012, bronce en Rio, campeón del mundo y de Europa y, sobre todo, ídolo para los más jóvenes que se inician en una disciplina como el taekwondo. Joel relata la dificultad de mantenerse en lo más alto durante muchos años, la necesidad de un apoyo económico para poder competir y la importancia de formarse para no tener problemas laborales una vez concluida su carrera deportiva. Él tiene un Grado, dos Másteres y aspira a un Doctorado. Cuenta que ya tiene "ofertitas". Pero, calmado, estudiará cada propuesta para ser feliz.
¿Cómo vivió el lunes su acto de retirada?
Muchas emociones encontradas. Ya lo estaba pensando hacía tiempo, pero dejar algo que ha sido parte de tu vida siempre es complicado. Saber que no voy a volver a pisar un tapiz, o que no voy a luchar por una medalla mundial, se hace complicado. Pero muy contento porque estuve rodeado de los míos, fue una decisión que tomé concienzudamente y se ha acabado de la mejor manera que podía esperar.
¿Cuánto dura el proceso de hacerse la idea de que es hora de retirarse?
Es el momento más complicado decidir cuándo quieres retirarse. Es una cosa que el cuerpo te da, los resultados de lo dan. Muchas veces quieres negarlo, quieres pensar que aún puedes un poquito más, pero yo era consciente de que había llegado a mi máximo nivel y de que era muy complicado de que lo volviera a lograr y por eso fue un poco. Después de no ir a los Juegos Olímpicos, quizás era el momento de dar un paso al lado.
¿Cómo se lo comunica a tu entorno? Porque imagino que es duro decirlo.
Ya tenía muchas lesiones, y no clasificar, ver que no estaba al mismo nivel, que no estaba convencido… Mis padres, mi familia, al revés. Siempre me dijeron: ‘Vas a llegar hasta donde quieras y cuando digas basta aquí estaremos’. Entonces, tenía la tranquilidad.
Yendo a los inicios de su carrera, ¿cómo lo recuerda ahora que ha pasado tanto tiempo?
Al principio no era consciente de todo lo que había conseguido. No era consciente de lo que era estar año tras año sin perder un combate, ir a cualquier competición de relevancia grande o pequeña y ganarlo. Te das cuenta de que he hecho historia en todo el deporte español, que estoy para siempre y que con 31 años estoy muy orgulloso de la juventud que he tenido, de lo que he podido sacrificar y de donde el deporte me ha llevado.
En España, al final el aficionado sabe cómo se mueve el fútbol y baloncesto. Pero, ¿cómo empieza uno en el taekwondo?
Mi padre era un apasionado de las artes marciales, de Bruce Lee, y quiso ser entrenador de taekwondo. Comenzó a practicarlo, comenzó a dar clases en algunas escuelas, y cuando tuvo dinero ahorrado montó su propio club. Yo tenía 10 años, lo vi, vi la pasión que tenía y me la supo transmitir perfectamente.
¿Qué deja de hacer un chaval, qué se pierde, cuando se tiene que entrenar para estar en el taekwondo profesional?
En el taekwondo, como en cualquier ámbito de la vida, si quieres llegar a ser el mejor del mundo, da igual si es deporte o no, al final tienes que sacrificar todo lo otro. Hay gente que va a estar 24 horas al día dedicado a ser el mejor del mundo. Y tú, si dedicas 12, o eres realmente extraordinario o al final un día u otro vas a fallar. No es lo que dejas de vivir, sino que tu vida tiene unas prioridades. Era el momento de cambiarlas y de pensar que yo lo he dado todo por el taekwondo, que me voy muy contento, pero que era hora de hacer otras cosas.
Te das cuenta de que he hecho historia en todo el deporte español
¿Uno llega a replantearse si se está perdiendo demasiado y le entran dudas?
Totalmente. La respuesta es sencilla muchas veces y es cómo han ido los resultados. Hay mucha gente que si hubiese aguantado un poco más habría podido llegar arriba del todo. Pero al final todo lo que sacrificas, y el taekwondo o estas entre los mejores cinco del mundo o tienes que poner dinero, pues es normal que la gente se ponga a estudiar o diga de invertir en otras cosas. Es totalmente aceptable. Es una cosa que si yo no hubiera quedado campeón del mundo con 19 años a lo mejor no hubiese llegado a Rio. Son cosas que son pasado y nunca lo sabremos.
Ahora mirará el calendario y ya hacen casi 10 años del oro en Londres.
Parece que no pero el tiempo pasa, el tiempo no se pone en pausa nunca. Parece que fue ayer pero ya hacen casi 10 años.
Un oro olímpico imagino que será la cima. ¿Con el tiempo lo piensa y cree que le dio más o menos valor?
Le di el valor que tenía que darle. Venía de ser campeón del mundo dos veces, sabía que era el mejor de mundo en ese momento y nunca había tenido ni la repercusión ni el agradecimiento de la gente. Para mí los JJOO fue el momento cumbre para que la gente supiera que era el mejor en esto, que estaba luchando con todo y que podía llevar a mi país arriba de todo.
En España deportes como el taekwondo o el balonmano, cualquier disciplina, no tiene el nivel mediático de fútbol o baloncesto, pero en los Juegos Olímpicos el aficionado español va a muerte.
En los Juegos Olímpicos, quieras o no, la gente que incluso no le gusta el deporte se sienta a verlos. Hace que una vez cada cuatro años la gente quiera que su país tenga una medalla más. En ese momento es la ventana que nosotros tenemos al mundo en cuanto a repercusión mediática, patrocinadores... Si no es muy complicado estar ahí arriba.
¿Qué piensa uno cuando sabe que va a representar a su país en los Juegos?
Es algo extraordinario. Quizás es lo más grande que te pueda pasar, representar a tu país en el evento más importante que hay a nivel deportivo.
Luego llega el oro y el segundo puesto en el Mundial del 2015. En 2016 llega el bronce en Rio. Cuando toca el oro, ¿luego se pone límites?
A lo mejor en otro momento sí, pero en ese era imposible. El año siguiente de ser campeón olímpico me rompí el cruzado, me operé de la rodilla, y estar en unos Juegos Olímpicos en un deporte de contacto ya era un premio para mí. Mi sueño era poder luchar por la medalla, me fui con un tercer puesto. Me hubiese encantado pelear por el oro, pero me iba muy satisfecho con el resultado.
Los JJ. OO. son la ventana que nosotros tenemos al mundo en cuanto a repercusión mediática
Habla de las lesiones. En deportes como el vuestro te pueden dejar fuera.
Son diez años de vida deportiva si te va todo muy muy bien. Tienes que pensar que si en esos años llega una lesión, imagínate cómo se acorta tu vida deportiva.
Respecto a la retirada y cómo prepararse para ello. ¿Uno empieza antes a ponerse una fecha límite?
Yo creo que no hay una fecha límite, tú lo vas viendo poco a poco. Yo al ver que no llegaba a otros Juegos empecé a planteármelo todo, tampoco le di mucha más importancia de la que había.
De toda su carrera, ¿con qué se queda? ¿Qué le dice a alguien que no siga el taekwondo?
Que hay veces que el sacrificio vale la pena, que nunca sabes cuándo van a llegar los resultados, pero que vale la pena luchar por un sueño. El camino hay que disfrutarlo y, si no se llega, te llevas la experiencia y el aprendizaje.
Vi hace poco un vídeo que subió y decía algo como que era un oro olímpico y no vive en un chalé. Que el que se dedica a esto es porque ama el taekwondo, ¿no?
Al final la posibilidad de representar a tu país, ser alguien en el deporte, marcar tu nombre en el futuro y presente… En el taekwondo, para lo que se gana, si lo haces lo haces por amor, por tus ánimos de intentar ser alguien, pero no porque vayas a vivir toda la vida de esto.
¿Se puede vivir del taekwondo cuando estás en el punto más álgido?
Sí, sí. Cuando estás con patrocinadores puedes vivir, pero sin bajar de los tres mejores del mundo. Es muchas veces casi inviable. Estar en un deporte de contacto muchos años siendo el mejor del mundo es muy difícil, no puedes fallar en ningún momento.
En el taekwondo, para lo que se gana, si lo haces lo haces por amor
Ahora inicia una nueva etapa profesional. ¿Tiene ganas?
Exacto. He llegado a la élite del deporte y sería espectacular poder llegar a la élite a nivel profesional. El nivel de docencia ya me lo estoy casi acabando. He llegado a estudiar un Grado de Criminología, tengo dos Másteres, si todo va bien me presento al Doctorado… Por qué no luchar por intentar marcar un antes y un después en lo laboral.
Eso será también un mensaje para los jóvenes, que te dediques al deporte que te dediques tienes que buscar una formación porque todo tiene su fin.
Hoy estás y mañana no estás. Hay mucha gente que te alaba en el momento, pero cuando se acaba y se acaba con 30 años, te queda el doble o triple de vida, no vas a ser nadie. No vas a poder vivir solo de 10 años de trabajo.
En su caso, ¿tiene alguna pista de por dónde tirar?
Ni idea. Quiero intentar estar ligado al deporte y mis estudios. No estoy abrumado, pero me están llegado ofertitas y algunas cosas. Quiero pausarme, no coger lo primero que me llegue. Quiero ser realmente feliz decida lo que decida.
Con esas ofertitas, ¿se da cuenta que lo logrado en el taekwondo también tiene una recompensa ahora?
Al final la gente sabe que una persona que s deportista, que ha luchado, que ha sacrificado todo para ser el mejor del mundo, tiene una constancia y sabe lo que es el sacrificio, sabe lo que es el trabajo en equipo. Son valores que se pueden llevar a la empresa y son muy positivos.
¿Le ha llegado algún mensaje que le haya sorprendido?
Todos han sido muy bonitos, no ha habido ninguno en especial. Me han hecho recordar cosas que no me acordaba.
Quiero pausarme, no coger lo primero que me llegue
En los últimos días publicó ese vídeo y hablaba del caso Jesús Tortosa. Usted se ha posicionado.
Lo que sucede es que, en la vida, hay cosas que están bien y cosas que no. Di mi opinión personal sobre un hecho. Para mi gusto ha sido una posición que era incoherente, ellos tienen que ser los que digan el porqué.
En ese acto de despedida coincidió con el presidente de la Federación, con quien usted ha sido crítico. ¿Se comentó el tema aunque no era el día?
Hablamos antes de comenzar y decidimos simplemente que, aunque no estuviésemos en nuestro mejor punto, teníamos que recordar lo que habíamos hecho. Teníamos que hacer un paréntesis porque era un día muy importante para mí y no creo que fuera el momento de hablar de estas cosas.
Con su trayectoria, ¿qué consejo le da a cualquiera que empiece como profesional en el deporte?
En la vida hay que trabajar y hay que intentar llegar a lo más alto o donde te propongas. En esta vida nadie te regala nada. Es más, puede que haya piedras en el camino. El que algo quiere algo le cuesta.
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