Durante unos momentos ha cundido el pánico y ha reinado el desconcierto en el Masters de Augusta. La jornada se desarrollaba ya con cierta anormalidad en este prestigioso torneo de golf después de que la jornada tuviera que ser interrumpida provisionalmente por el aviso de tormenta eléctrica, pero tras la reanudación sucedió algo que nadie se esperaba.
En el tee del hoyo 17, repentinamente uno de los gigantescos árboles que rodeaban esta zona, cayó sin que nadie reparara en ello. El árbol se precipitó directamente sobre una zona en la que había varias decenas de espectadores agolpados presenciando el paso de los jugadores, por lo que el susto fue mayúsculo.
El torneo emitió posteriormente un comunicado a través de sus redes sociales. En él esclareció que ninguna persona había resultado herida como consecuencia de la caída de este árbol, y que la seguridad siempre será la prioridad de la organización. Eso sí, la competición se detuvo como consecuencia de este hecho ya que el susto fue mayúsculo y la incertidumbre invadió a todos los asistentes.
El clima no estaba siendo precisamente favorable durante la disputa de esta jornada del Masters de Augusta. Sobre Georgia se cernía una fuerte tormenta y, al parecer, los fuertes vientos que han azotado la zona han provocado que el árbol no soportara tanta presión y se desplomara en la zona reservada para el público.
Hasta el momento, en lo puramente deportivo, el español Jon Rahm estaba firmando una tarjeta brillante ya que marchaba segundo en la clasificación del torneo con -9, es decir, tan sólo tres golpes peor que Brooks Koepka, el líder.
El propio torneo informó de la suspensión de la actividad a través de sus redes sociales: "Debido a las inclemencias del tiempo, el Augusta National Golf Club se vio obligado a suspender el juego a las 4:22 pm y, posteriormente, evacuó los terrenos. Se anunciarán más actualizaciones una vez que estén disponibles".
El árbol, de unos 30 metros de estatura, fue además arrastrado por la caída de una segunda planta. Las imágenes revelan cómo las raíces del pino no pudieron aguantar bajo tierra, algo que provocó el desplome.