De la guerra de palabras, el golf pasa a la legal. La escalada del conflicto entre el PGA Tour y LIV Golf, respaldado por Arabia Saudí, dio un giro acalorado e inesperado el martes después de que el circuito estadounidense denegara una solicitud de exención de los jugadores que buscaban competir en el primer evento rupturista que se celebrará el próximo mes en Londres. Todo se ha acalorado aún más tras la irrisoria defensa de Greg Norman al estado de Oriente Medio por el asesinato de Jamal Khashoggi.
A sus 67 años, este legendario golfista fue la figura que contrató Arabia Saudí para sacar adelante el proyecto. 'El Tiburón' está al frente del nuevo circuito financiado por el PIF, el fondo de inversión pública soberano. Mientras Norman explicaba que este gesto de la PGA es de "monopolio ilegal", también le preguntaron por el asesinato: "Mira, todos hemos cometido errores y solo quieres aprender de esos errores y cómo puedes corregirlos en el futuro".
El PGA ya ha anunciado que los jugadores que participen en Centurion Golf Club a partir del 9 de junio estarían violando las reglas y habrá sanciones. La cuestión ahora está, primero, en la batalla legal por un posible monopolio injusto. Después, también podría verse afectado por el hecho de que los premios del tour saudí aporta solo por participar podrían suplir cualquier multa económica que les impongan. Será importante saber si el European Tour sigue el camino norteamericano.
El precedente
La realidad es que hasta que no se dispute la primera cita del tour de Arabia. Cualquier jugador o grupo de jugadores podría poner una demanda a la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos, que administra la legislación antimonopolística y de protección al consumidor. Además, da la casualidad de que la FTC ha examinado al circuito norteamericano antes. En 1994 se investigó si el requisito de que los jugadores obtengan permiso para competir en eventos que no pertenecen al PGA violaba esta ley.
En ese momento se recomendó que el gobierno federal las anulara, aunque no se tomaron más medidas. En Estados Unidos aseguran que este organismo ahora es más restrictivo en cuestiones antimonopolísticas. Tampoco prontostican una decisión rápida, ya que hay cuestiones como las que atañen al petróleo que les mantienen ocupados. En cualquier caso, este precedente puede marcar la batalla legal que está por venir.
Si los jugadores deciden participar en el evento de LIV Golf a pesar de las restricciones, la PGA tendrá que determinar qué sanciones impone. Lo que es evidente es que las multas no preocupan a los jugadores porque Arabia Saudí indemnizaría a esos jugadores. Tienen la palabra de Norman. La cuestión estaría en la prohibición a participar en otros torneos del circuito norteamericano o incluso la suspensión de su membresía.
LIV Golf también podría presentar una demanda. Su objetivo podría estar más enfocado a que se emita una orden judicial que prohíba a la PGA hacer cumplir sus reglas de censura cuando hay un torneo de su circuito a la vez. La batalla legal en los tribunales seguramente se prolongará mucho más tiempo. Además, si se determina que norteamérica y Europa han trabajado de forma coordinada en busca de censurar esta nueva competición, el asunto antimonopolístico también podría llegar al viejo continente.
Primera respuesta
El LIV Golf respondió con el anuncio de una nueva inversión de 2.000 millones de dólares y una expansión de sus eventos a 10 torneos en 2023 y 14 torneos en 2024 y 2025. Además, el tour saudí también cuenta con el precedente de que el circuito estadounidense otorgó cerca de una treintena de exenciones para que estos jugadores disputaran el Saudi International, un evento en el calendario del Asian Tour. Los golfistas tienen permitido disputar hasta tres eventos que entren en conflicto con el calendario del circuito.
Son unos 40 jugadores los que están pendientes de lo que suceda entre las dos entidades. Por otro lado, decenas de jugadores del circuito norteamericano, incluidos todos los que están en lo más alto de la clasificación mundial masculina, han jurado lealtad al PGA. Rory McIlroy, Jon Rahm, Collin Morikawa, Justin Thomas y Jordan Spieth, por ejemplo, han hecho comentarios en público desvinculándose del nuevo circuito.
Entre los que sí se han alineado con LIV Golf están Phil Mickelson, Sergio García o Lee Westwood. Al español esto ya le ha afectado. Jugando en el evento del PGA Tour de la semana pasada cerca de Washington, fue informado por un oficial de un fallo en el campo que iba en su contra. Más tarde se determinó que esa decisión era errónea, pero no se revocó. Todo esto solo acaba de comenzar, aunque desde el anuncio de la creación del nuevo circuito ha creado todo tipo de suspicacias.
[Más información: El plan de la PGA y Europa contra el tour de Arabia Saudí fracasa: la traición de 40 jugadores de golf]
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