Los documentales sobre deportistas se han convertido en todo un fenómeno durante los meses de confinamiento y antes de que acabe este año 2020, HBO prepara el lanzamiento de uno que relatará parte de la vida de Eldrick Tont 'Tiger' Woods (44 años, California).
Hablando de este tipo de formatos, si hay uno que ha alcanzado cotas muy altas de éxito en estos últimos meses, ese es el protagonizado por Michael Jordan -de Netflix y ESPN-. Ahora la atención la copa el documental 'Futbolistas por el mundo' -de Amazon Prime Video-, que cuenta con figuras de la talla de Javi Martínez, Mata, Villa y Xavi.
Baloncesto, fútbol... y ahora golf. El proyecto de este documental sobre la vida de Tiger Woods todavía está lleno de incógnitas, aunque lo que sí se sabe es que mientras en 'The Last Dance' se podía ver al mismísimo Michael Jordan comentando varias situaciones que narraba la serie de diez capítulos, en este sobre el golfista no aparecerá el principal protagonista.
Para configurar este proyecto en torno a la figura de Woods, Alex Gibney y Jigsaw Productions se basarán en la biografía escrita por los periodistas Armen Keteyian y Jeff Benedict que se titula con el mismo nombre con el que se conoce al deportista: 'Tiger Woods'. Este libro recoge el relato de hasta 250 personas cercanas al californiano.
El niño golfista
Su vida estuvo destinada desde el principio a hacer de él una figura del golf. De padre afroamericano y madre tailandesa, el pequeño Eldrick Woods pronto fue rebautizado por su padre con el sobrenombre de 'Tiger' en honor de un compañero del ejército que le salvó la vida en la Guerra de Vietnam.
El boina verde sufrió en su propia piel la decepción paterna al no convertirse en una estrella del deporte y ser tan solo un jugador de béisbol del montón. De hecho, Earl Woods sufrió racismo por ser el único hombre negro de su equipo. Una serie de frustraciones que volcó en su hijo, el que vio caer en olvido su niñez para hacer de él uno de los mejores golfistas del mundo.
El libro dedicado a la vida de Tiger va desde esos primeros años de vida, ya que según se dice comenzó a jugar al golf con tan solo 2 años -todo un niño prodigio de ser así- y que con menos de 20 ya había ganado tres ediciones del Abierto de Estados Unidos en categoría amateur.
Camino al estrellato
En 1996 decide dar el paso más importante de su carrera: convertirse en jugador de golf profesional. Tan solo unos meses después ya había conquistado los dos primeros torneos de su carrera. Pero fue en 1997 cuando hizo historia al ganar el Masters de Augusta. Tan solo tenía 21 años, siendo así el golfista más joven en lograr esta gesta y, además, lo hizo con la mayor diferencia de golpes y el marcador más bajo.
Desde este a los quince majors que ha logrado ganar durante su carrera, todo ello relatado en una biografía que en unos meses tendrá su versión audiovisual. No en vano, se está hablando de la gran figura de este deporte y es que desde la explosión del 'efecto Tiger Woods', el golf adquirió cada vez cotas más altas de seguimiento.
Él mismo escribió su propio libro 'How I play golf', que fue todo un éxito de ventas, y desde que ganó ese primer Masters de Augusta, por el que percibió 486.000 dólares, los premios fueron creciendo de forma exponencial. El golf se convirtió en un fenómeno de masas y, en el año 2005, Tiger Woods ya era el deportista mejor pagado del mundo según Forbes -con unos 87 millones de dólares-.
Infidelidad, sexo y prostitutas
Steve Williams, el que fuera su caddie durante doce años, dijo de Tiger Woods que "era conocido por su mal genio" y que llegó a sentirse "como un esclavo" trabajando para el golfista de Cypress, en California. Y es que detrás del genio del golf también hay una parte más oscura, que aunque durante años estuvo oculta, salió a la luz en 2009.
Tiger se había casado con Elin Nordegren en 2004 y fue cinco años más tarde cuando comenzó el escándalo. Después de disputar y ganar el Masters de Australia, en Melbourne, Woods tuvo que confesarle a su mujer que se iba a publicar en el National Enquirer que mantenía una relación secreta con Rachel Uchitel.
La caída del olimpo de Tiger Woods comenzó así, con una infidelidad. Pese a que él negó los rumores, su mujer descubrió en el móvil de este un mensaje sospechoso y al contestar descubrió que su marido sí que tenía una aventura con Rachel Uchitel, anfitriona de un club nocturno.
La sueca Elin Nordegren no dudó en increpar a su por entonces marido y este, aturdido después de la bronca, se puso al volante de su Cadillac Escalade para poco después invadir el terreno de su vecino y estrellarse contra un árbol. Su mujer, enfurecida, no dudó en romper las ventanas del coche con uno de los palos de golf de Tiger y fueron los vecinos los que llamaron a la policía.
Se puso así en marcha la máquina de los rumores. Una historia de dinero, amor y traición. Strippers, estrellas del porno, prostitutas, camareras, azafatas... Se habla de más de 121 mujeres con las que mantuvo algún tipo de relación Woods mientras estuvo casado con Elin. Hasta 20 días fue portada en el New York Post. Nadie hablaba de otra cosa en la Gran Manzana.
Es este uno de los episodios que se espera que no falten en el documental. De hecho, el escándalo protagonizado por el golfista, según la BBC, superó el récord de cobertura del terrible atentado del 11-S que cambió el mundo tal y como se conocía hasta entonces.
El propio Tiger Woods dijo entonces que estaba "lejos de ser perfecto" y es que cada vez salían más mujeres que aseguraban haber estado con él en algún momento e incluso hubo una que afirmó que su aventura con el golfista, que duró 31 meses, comenzó tan solo dos meses más tarde del nacimiento de su primer hijo.
El divorcio millonario de un adicto al sexo
Acostumbrado a romper registros dentro del golf y también del mundo del deporte con sus ingresos estratosféricos, Tiger también batió un nuevo récord con su divorcio de Elin Nordegren. 90 millones de euros le costaron a Woods sus múltiples infidelidades a la modelo sueca.
Fue después de su divorcio cuando el protagonista habló de su adicción al sexo tras conocerse que había pasado por el programa 'Gratitud' de los Servicios de Adicción y Salud Mental de Pine Grove, en Hattiesburg (Mississippi). "Fui infiel. Tuve asuntos. Hice trampa. Lo que hice no fue aceptable. Por todo lo que he hecho, lo siento mucho. Tengo mucho que expiar. Os he decepcionado", dijo Tiger en una conferencia pública en Florida, el 19 de febrero de 2010.
Ese mismo año volvió a competir y recibió un duro golpe tras todos sus escándalos por el presidente del Masters de Augusta. "Nos decepcionó a todos. Y lo más importante, nuestros hijos y nuestros nietos. Nuestro héroe no estuvo a la altura de las expectativas del modelo a seguir que vimos para nuestros hijos", afirmó Billy Payne.
La foto que nunca quiso protagonizar
Su regreso al circuito no puso el punto y final a sus problemas. Las lesiones fueron lastrando su rendimiento hasta el punto de tener que pasar por quirófano. Fue así como Woods dejó a un lado su adicción al sexo por una nueva dependencia a los fármacos. Fue bajo los efectos de estos cuando se encontró a Tiger dormido al volante de su Mercedes en Florida con los neumáticos pinchados.
Los posteriores informes confirmaron que el golfista se había tomado un potente cóctel de fármacos (Vicodin, Dilaucid, Xanax, Ambien y HTC -sustancia que contiene la marihuana-). Precisamente el Ambien, que se utiliza para problemas del sueño, también fue encontrado en el organismo de Woods cuando estrelló su Cadillac Escalade.
Fue así cómo tuvo lugar la fotografía que jamás quiso protagonizar Tiger Woods y que desde que se publicó tardó muy poco en dar por completo la vuelta al mundo. El golfista volvía a caer en el pozo y se comenzó así a hablar del final definitivo de su carrera.
Incapaz de andar por sí mismo, costándole articular palabra y llevando a cabo, como podía, un discurso "extremadamente lento y arrastrado". Así se encontraba según el informe policial el deportista, quien lo que sí se mostró es "cooperativo", además de "confundido". Los fármacos, las drogas y el alcohol se convirtieron en una especie de salvavidas para olvidar sus dolores de espalda.
Fue una vez operado y cuando desaparecieron esos terribles dolores, además de secretas idas y venidas de centros de desintoxicación los que acabaron con Tiger Woods volviendo al circuito para poder ocupar el trono de Augusta, al menos una última vez, en 2019.
Una niñez 'robada', una adicción al sexo que acabó con un divorcio millonario, lesiones, dependencia de alcohol, fármacos y drogas... Material suficiente para que el documental de Tiger Woods pueda ser uno de los grandes éxitos de audiencia de este atípico año 2020.