Nunca en la historia Europa había conseguido ganar a EEUU los cuatro partidos de una misma sesión de foursome, cosa que sí habían hecho los americanos cuatro veces, la última en Hazeltine 2016. Increíble cómo ha dado la vuelta a la tortilla el equipo europeo, lo que costaba esta mañana, parecía sencillo por la tarde.
Todos los golpes decisivos caían del bando azul y los americanos, tan certeros esta mañana se veían privados del tino previo y subían la guardia como podían ante el aluvión de golpes de los europeos, que olieron la sangre y liberaron todo su repertorio.
En apenas una hora de juego fantástica, el marcador se teñía de azul en todos los partidos y no contentos con eso las diferencias empezaban a ser abultadas. Un auténtico abuso. El Team USA caía a la lona y se agarraba contra las cuerdas como un boxeador sonado rogando que la masacre terminase cuanto antes.
Primer partido
Abrían el turno de tarde Justin Rose y un descansado Henrik Stenson por parte europea, contra la difícil dupla de Dustin Johnson y Rickie Fowler, probablemente la pareja mejor compenetrada de toda la mañana, y eso para el formato foursome, de golpes alternos, era toda una garantía.
Con un viento cada vez más protagonista, el recorrido de Le Golf National de París se mostraba reacio a permitir birdies y el par se antojaba suficiente para ganar. Fueron tanteándose ambas parejas hasta que los europeos encontraron un hueco en la defensa rival y encajaron tres directos perfectos al mentón de los americanos y cogían una distancia de 3 arriba tras siete hoyos.
Tras coger aire, volvieron a la carga con dos ganchos limpios que dejaban casi listo para sentencia el primer punto. 5 arriba y siete a jugar. El número uno del mundo, totalmente negado con el putt dejaba un par de detalles para extender la pelea, pero la hemorragia era profunda y no había cirugía que la cortase. Sonaba la campana en el 16, donde Justin Rose embocaba para par y certificaba la victoria por 3&2.
Segundo partido
Tras la prolífica pareja formada por Rose y Stenson, Bjorn confiaba en un dubitativo Mcilroy junto con Ian Poulter, que vivía la jornada de fourballs desde el banquillo. Fue esta pareja la que mantuvo vivo el sueño europeo en Medinah 2012, y abrió la puerta al milagro.
Enfrente Bubba Watson y Webb Simpson, extraño binomio el elegido por Furyk, especialmente por ser dos jugadores tan diferentes para un formato donde la semejanza de juego es fundamental. No obstante empezaban bien los yankees, poniéndose dos arriba en el hoyo 3, pero tomaba el timón Rory Mcilroy, y en apenas cuatro hoyos cambiaba la iniciativa de rojo a azul.
El suspiro del capitán danés se oía en todo el campo, el norirlandés mostraba su mejor nivel y Poulter estaba al quite en cuanto se despistaba un segundo. Suyo era el birdie en el 13 que daba a los europeos una ventaja de 3 hoyos con la que llegaron al hoyo 16 donde alcanzaron el green desde el tee de salida y certificaban la victoria por 4&2. Nunca se encontraron cómodos los americanos y una vez perdieron la ventaja, no pudieron meter mano a los de las islas.
Tercer partido
El tercer partido lo protagonizaban Sergio García y Alex Noren y Phil Mickelson y Bryson Dechambeu. Sangre fresca en ambos bandos, ya que los cuatro jugadores no eran de la partida por la mañana.
Mientras que la pareja europea era una gran elección, con dos jugadores impecables de tee a green, la americana sorprendía también como la anterior. No es Mickelson la mejor elección para foursome, pues es sobradamente conocida su irregularidad, y menos si tiene que dar confianza a un novato como Dechambeu.
El duelo se vio rápidamente decantado para los europeos, la mejor pareja de la tarde. Sergio brillaba de tee a green y Noren se convertía en una maza que hacía del recorrido parisino su jardín, no en vano ganaba este mismo año aquí. Empezaron con cinco birdies en los nueve primeros hoyos, incontestable, desatados absolutamente, llegaban al tee del diez 7 arriba y nueve hoyos a jugar. Se permitían incluso un par de hoyos de relax hasta certificar el 5&4 final. Sergio está sólo a un punto y medio de ser Historia de la Ryder.
Cuarto partido
Volvía a confiar Thomas Bjorn en el dúo Molinari-Fleetwood tras la victoria de la honra de esta mañana. Y para hacerles frente elegía Furyk a los íntimos amigos, Spieth y Thomas, la mejor pareja de la mañana, toda una máquina de hacer birdies.
Pero lo que esta mañana era felicidad, se tornaba en pesadilla, Spieth perdía por completo la puntería y Thomas no salvaba la papeleta en los greens. Los del bando azul, de carácter tranquilo, hacían las delicias del público.
Un desatado Fleetwood que sacaba el puño con frecuencia, levantaba por fin a una aletargada hinchada, que viendo la pizarra repleta de banderas europeas, estaba dispuesta a ser partícipe de una jornada histórica. Le costaba tres ediciones a Molinari conseguir su primera victoria, pero parece decidido a cambiar su estrella en París.
Por contra, pintan bastos para el Team USA, no ha sabido jugar bien sus cartas Jim Furyk, y no sólo ha cortado la buena racha de los suyos, si no que al no llevarse ninguna baza, puede que haya minado la moral americana y soliviantado la europea en exceso. Veremos las secuelas que ha dejado la paliza recibida.
Queda mucho torneo, mucho tiempo para coser las heridas, pero el momentum pertenece al bando local y por fin parece que todo está en el punto que buscaba el capitán europeo: un campo fiero, un público entregado y unos jugadores compenetrados.