El Mundial de Qatar 2022 puso el broche oro la edición con uno de los mejores partidos de la Historia del torneo. Una final que coronó a Leo Messi como gran leyenda del mundo del fútbol y dejó completamente desconsolada a la selección de Francia. Pese a comenzar lleno de polémica, ha acabado siendo un éxito rotundo a gran escala.
Todo arrancó con mucha polémica, considerándolo prácticamente como un Mundial de los horrores. Sin embargo, con el paso de los partidos ha terminado convirtiéndose en uno de los acontecimientos deportivos más seguidos de la historia. El fútbol ha logrado traspasar fronteras una vez más. Y los datos están ahí para refrendarlo.
Hasta los políticos más posicionados en contra han acabado claudicando frente al espectáculo generado, especialmente tras la final que enfrentó a Argentina y Francia. En ella, Leo Messi y Kylian Mbappé ofrecieron un soberbio show en todas las televisiones del globo terráqueo. Algo que el pasado 20 de noviembre parecía altamente improbable debido a las críticas vertidas, concretamente dirigidas al tema social y las restricciones que imperaban dentro de las fronteras de Qatar.
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La auténtica locura que se ha desatado por el Mundial ha disparado de manera desorbitada las audiencias del torneo. Pero no ha sido únicamente la final, ya que otros partidos el Inglaterra-Francia también han sido reconocidos como uno de los más vistos de esta edición y han batido récords en diversos países.
Francia, España o Estados Unidos han observado cómo varios de los partidos de Qatar 2022 se han colocado como varios de los más seguidos en dichos territorios. Pero su éxito no se resume solo a ellos, ya que Internet también ha surgido como una fuente inagotable de contenido del Mundial, provocando que Google o Twitter también hayan visto disparadas sus búsquedas durante ciertos momentos del torneo.
Éxito televisivo
La enorme calidad de varios encuentros disputados en Qatar ha congregado a millones de aficionados delante del televisor o las plataformas de streaming encargadas de retrasmitir los partidos. Algo impensable cuando se dio el pitido inicial con el Qatar-Ecuador en el primer partido.
Lo que en principio iba a convertirse en un boicot frente a un torneo disputado fuera de fecha, ya que era la primera vez que se jugaba en una época distinta al verano, y una manera de protestar frente a las restrictivas políticas sociales de Qatar dentro de sus fronteras ha resultado ser un éxito rotundo.
La polémica que atacó a la organización y a la FIFA por no dejar a las selecciones lucir el brazalete 'One Love' o la prohibición de beber cerveza a los fans salvo en recintos específicos se fue diluyendo poco a poco. Se redujo tan a la mínima expresión, que ni los propios fans se acordaron de ellas a lo largo del torneo. Ni los propios aficionados que lo seguían desde sus pantallas.
El ejemplo comienza en España. En nuestro país, hacía más de diez años que un partido del Mundial no alcanzaba semejantes cifras de share. Casi un 70%, concretamente un 69,7%, se aventuró a ver la agónica tanda de penaltis en La 1, principal cadena nacional pública. Es decir, 12,9 millones de personas siguieron el desenlace. Durante los noventa minutos, una media de 59,7% de cuota de audiencia y algo más de 9 millones lo siguieron y durante la prórroga la cifra también se incrementó considerablemente. A eso hay que añadirle todos los que disfrutaron de él a través de Gol TV, la opción de pago que también lo televisaba.
Es decir, en España, desde la final del Mundial de Brasil de 2014 entre Argentina y Francia no se congregaba a tanta gente delante de un televisor. Unos datos que reflejan el gran torneo, deportivamente hablando, del que se ha podido disfrutar.
Francia también rompió récords con las visualizaciones conseguidas durante la final que les enfrentó a Argentina. La gente no se perdió lo que pudo haber sido una ocasión histórica para ellos, ya que buscaban igualar el récord de Italia y Brasil para conseguir dos mundiales consecutivos.
En el país vecino, más de 24 millones de espectadores sufrieron en sus carnes la derrota frente a Leo Messi y compañía según anunció el canal TF1, poseedor de los derechos de retrasmisión. El pico máximo llegó en el lanzamiento de los penaltis, donde hasta 29,39 millones de personas lo siguieron, según Médiametrie. Como dato reseñable de la importancia del partido, un 81 % de las personas de más de 4 años estaban viendo el encuentro, una estadística que refrenda el gran seguimiento realizado en Francia. De esta manera, el récord de 2006, que también lo tenía la selección en su partido frente a Portugal se volvió a superar ampliamente.
Siguiendo con la misma dinámica, un país como Estados Unidos donde el fútbol no es el principal deporte se encontró con unas astronómicas cifras. 15 millones 377 mil de telespectadores encendieron sus pantallas para seguir el duelo de octavos de final entre Inglaterra y Estados Unidos. Por lo tanto, se batió un registro en cuanto a personas masculinas lo siguieron, dejando atrás el registro conseguido en el Italia-Brasil de 1994 en el torneo que ellos organizaron.
Google y Twitter, disparadas
La popularidad de la final no se redujo únicamente al sector televisivo. El auge de las redes sociales y los buscadores para encontrar la información lo más rápido posible también desató un flujo nunca antes visto en varias de las plataformas más poderosas de Internet. Y no se está hablando de unas cualesquiera.
Google y Twitter se convirtieron en dos lugares recurrentes para encontrar todo aquello que los hinchas de la final querían encontrar. Ya fuesen los goles Kylian Mbappé, la imagen de Messi levantando la Copa del Mundo o las polémicas surgidas después del encuentro desataron los números de dichas plataformas.
En el caso de Google, batieron su plusmarca de búsquedas tras veinticinco años en funcionamiento. Aunque no han trascendido los números, así lo confirmó su CEO, Sundar Pichai, a través de las redes sociales. Un logro increíble que demostró la importancia adquirida por el evento organizado en Qatar.
Por otro lado, Twitter vio cómo la locura se instauraba durante el segundo de Francia, que corrió a cargo de Mbappé. El excéntrico Elon Musk así lo aseguró y puntualizó que hubo hasta 24.400 tuits por segundo cuando el galo empató el partido en apenas dos minutos. Con ese dato, se consiguió la mejor cifra de la historia de los mundiales.
Dicotomía política
Tampoco se escapó la política de las excepciones en el Mundial. Desde diferentes partidos políticos se puso el grito en el cielo por la disputa del Mundial. Una situación que hizo que alguno de los principales dirigentes en el sector se mojase sobre su parecer sobre el evento.
Uno de los más conocidos del panorama nacional como Pablo Echenique se posicionó en contra con un claro mensaje. "Me encanta el fútbol y los mundiales todavía más. Pero, por primera vez desde que tengo memoria, no voy a ver el mundial de fútbol. Que el poder económico de una dictadura teocrática valga más que los derechos de las mujeres, de los trabajadores y de las personas LGTBI me da asco", aseguró en sus redes. Un veto a Qatar que parecía ser total.
Sin embargo, poco después de la victoria de Argentina sí parecía estar complemente al tanto de todas las novedades de su país de nacimiento. "Desde el 11 de julio de 2010 que no me hacía tan feliz el resultado de un partido de fútbol", sorprendía. Un cambio de parecer del que se ha contagiado la gente durante el Mundial. Todo parecía estar preparado para a un boicot a nivel internacional que prometía ser épico, sin embargo, el fútbol ha prevalecido por encima de todo.