Si hay un país que vive con especial pasión el fútbol es Argentina. Que la Albiceleste se haya proclamado 36 años después campeona del mundo supone un motivo de celebración en toda la nación, un triunfo que desató un reguero de emociones entre los futbolistas, el cuerpo técnico y el resto de la población argentina en todos los puntos del planeta.
Pero si hubo un futbolista que reflejara de manera fiel lo que millones de argentinos sintieron a lo largo de toda la final ese fue Ángel Di María. 'El Fideo' dejó varias imágenes icónicas en diferentes periodos del encuentro que se convirtieron en un espejo de las emociones muchos de sus compatriotas. En distintas fases, se pudo ver al actual jugador de la Juventus entre lágrimas, bien de alegría o bien de tristeza según el momento.
Uno de los instantes más emotivos se vivió cuando Di María anotó el segundo gol de Argentina. Corría el minuto 36 de encuentro y el habilidoso extremo picó el balón con calidad por encima de Hugo Lloris para aumentar la ventaja de la Albiceleste en el marcador, un tanto que ponía las cosas muy de cara para los de Scaloni.
Di María se fundió con el resto de sus compañeros en una emocionante celebración, y después de salir de aquella marabunta de futbolistas y ese reguero de abrazos se quedó durante unos segundos solo. En ese instante, 'El Fideo' no pudo evitar emocionarse todavía más, sus ojos se enrojecieron y, llenos de brillo, soltaron incluso algunas lágrimas.
Ángel Di María, una apuesta de Scaloni para la final después de no haber sido titular por unos problemas físicos en los últimos encuentros, fue sustituido con el tanque de gasolina ya justo en el minuto 64. Con él fuera del terreno de juego, Francia obró el milagro gracias a Mbappé. Con el segundo gol francés, al Fideo también se le escaparon las lágrimas, en este caso por una emoción contraria, en el banquillo. Se veía con el Mundial en las manos y, de repente, Argentina tenía que volver a ganarlo.
Felizmente para la Albiceleste, en la tanda de penaltis Argentina se proclamó campeona del mundo por tercera vez en su Historia. 36 años después, el país sudamericano volvía a ganar un Mundial, y gran parte de este éxito es de Di María. Tras la última pena máxima, y al igual que el resto de sus compañeros, el futbolista de la Juventus se derrumbó entre lágrimas liberando toda la tensión acumulada.