Marruecos finalizó el Mundial de Qatar en una meritoria cuarta posición después de perder en la final de consolación ante Croacia por la mínima. Los africanos pelearon hasta el último momento, pero no lograron doblegar a los balcánicos y tuvieron que conformarse con marcharse finalmente de esta Copa del Mundo sin una medalla colgada al cuello.
Este encuentro estuvo marcado por las enérgicas protestas que se dieron por parte de varios futbolistas de la selección de Marruecos ante algunas decisiones del árbitro. El colegiado qatarí Abdulrahman Al Jassim fue el designado por la FIFA para dirigir este encuentro y, si bien es cierto que no hubo acciones demasiado polémicas, algunos jugadores marroquíes terminaron desquiciados con el arbitraje.
A lo largo del encuentro, el trencilla se llegó a ver rodeado por jugadores del combinado africano, pero cuando las protestas subieron de intensidad fue al término del encuentro. Con el pitido final, una nube de futbolistas de Marruecos volvieron a citarse en torno al árbitro para mostrar su disconformidad con su actuación.
Uno de los más activos en estas protestas fue Achraf Hakimi, el futbolista del París Saint Germain, que llegó incluso a aplaudir de manera irónica la actuación del qatarí. El lateral abandonó el terreno de juego también increpando a varios miembros de la FIFA que se encontró en su camino. Además, algunos jugadores de Marruecos llegaron incluso a empujar al colegiado.
El cabreo de Marruecos fue monumental, y de hecho se marcharon antes de tiempo a los vestuarios. El combinado africano no se quedó sobre el terreno de juego para presenciar la pequeña ceremonia en la que a los jugadores de Croacia, ganadores del partido, se les entregaba la medalla de bronce por su consecución del tercer puesto de la mano de Gianni Infantino, el presidente de la FIFA.
El equipo arbitral también fue protagonista en esta ceremonia porque sus componentes se llevaron para casa una medalla de bronce. Abdulrahman Al Jassim y sus asistentes recibieron esta insignia como encargados de impartir justicia en este encuentro que decidía el tercer y cuarto puesto del Mundial de Qatar 2022. Eso sí, los colegiados fueron silbados desde la grada por la afición marroquí, que volvió a poblar las gradas del International Khalifa Stadium.
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Pese al enfado de Marruecos con el arbitraje, la jugada más polémica del encuentro favoreció precisamente sus intereses. En la segunda mitad, el croata Gvardiol cayó derribado dentro del área en una acción en la que Amrabat, el futbolista marroquí, le trastabilló por detrás. Pese a que Croacia pidió penalti y la acción fue revisada en el VAR, el colegiado ni siquiera acudió a la pantalla y no se decretó la pena máxima.
Achraf, orgulloso
El lateral derecho se mostró al término del encuentro más calmado y se mostró orgulloso de lo hecho por su equipo en el Mundial: "Queríamos conseguir el tercer puesto para dar una alegría a nuestros aficionados después de un gran camino que hemos hecho, como es llegar a unas semifinales y a jugar el tercer y cuarto puesto. Tenemos que estar contentos y orgullosos. No pudimos darle esta última victoria, pero vamos con la cabeza alta".
Además, aludió a la histórica actuación de Marruecos: "Esto no es sólo de Marruecos, es de un continente y un país entero apoyándonos. Hemos puesto un continente arriba, una bandera bien alto y estamos orgullosos del trabajo y todo el camino que hemos hecho", añadió el lateral del París Saint Germain, que calificó la cuarta posición como "algo histórico".