Un pasito más cerca. Así es como se toma el camino hacia el título una selección favorita en cualquier Mundial cuando llega a las eliminatorias directas y comienza a sortear rivales. Argentina parece haber dejado atrás la experiencia traumática de su debut ante Arabia Saudí porque en los octavos de final respondió a las expectativas, no le pesó su cartel de favorita y se impuso con comodidad a una débil Australia. [Narración y goleadores: Argentina 2 - 1 Australia]
Fue fácil, pero no por apabullar en el marcador o por pisotear al rival en juego, ritmo e intensidad, sino porque los oceánicos apenas opusieron ningún tipo de resistencia. No solo eso, sino que pusieron el segundo gol en bandeja para que los argentinos aprovecharan el regalo en un partido en el que ya estaban siendo superiores. Así es muy complicado que Australia siga creciendo.
Los 'Socceroos' eran conscientes de la dificultad del cruce. Les había tocado en los octavos de final una de las grandes candidatas al título, pero en cierto modo soñaban con entrar por primera vez en toda su historia en los cuartos de final. Desperdiciaron una gran oportunidad porque dio la sensación de que Argentina jugó a muchas menos revoluciones de lo que es capaz de hacer y que hasta se dejó muchas fuerzas guardadas para lo que está por venir próximamente.
Los goles de Leo Messi y Julián Álvarez fueron suficientes para meter a Argentina en los cuartos de final, pero las sensaciones no son ni mucho menos las mejores. Una Australia que apenas hizo nada reseñable pudo forzar la prórroga en el último segundo del partido, aunque lo importante en los cruces es pasar y no tanto el juego.
Sin intensidad
Quizás los nervios atenazaron en el inicio, o a lo mejor Argentina se veía tan superior que confiaba en que con el mero paso de los minutos todo se encaminaría hacia la lógica, pero lo cierto es que el partido ofreció un espectáculo bastante pobre, especialmente en la primera mitad. Se jugó andando, la intensidad brillaba por su ausencia y cualquiera diría que se trataba de una pachanga veraniega en lugar de unos octavos de final de un Mundial.
Nada más arrancar el choque, la Albiceleste pidió un penalti por una mano de Australia dentro del área. Un pase del Papu Gómez tocó claramente en el brazo de uno de los defensores oceánicos, pero el colegiado interpretó que antes tocó en su costado y no decretó pena máxima. Podía haberse convertido todo demasiado pronto en una pesadilla terrorífica para Australia, pero todavía iban a aguantar un poco más.
De hecho, los hombres dirigidos por Graham Arnold llegaron a pensar en que tenían opciones reales de hacer algo serio. No porque gozaran de ocasiones claras o maniataran durante algún momento a su rival, sino porque Argentina se empeñó en mantener un ritmo de juego lento y bajo que apenas exigía nada. Incluso los primeros saques de esquina en el choque fuero para los 'Socceroos'.
Pasada la media hora de juego, el voltaje subió repentinamente por un enfrentamiento entre Leo Messi y Behich. El jugador del París Saint Germain se encaró con el lateral zurdo de Australia y ahí saltaron las chispas. Quizás era lo que le hacía falta al partido para espabilar, porque poco después llegó el gol de Argentina.
Como si quisiera resarcirse, Leo cogió el balón en la banda derecha, tiró una pared, hizo la jugada de toda la vida y, dentro del área, puso el balón en el fondo de las mallas. Sin opciones para Ryan, que además tenía muchas piernas por delante de él como para reaccionar a tiempo. Hasta ahí llegó la primera parte, una llegada, un gol y a los vestuarios.
Más de lo mismo
Se podía esperar una reacción ya no solo de Australia, que tenía que remontar, sino de Argentina en la segunda mitad, pero nada de eso sucedió. El partido siguió por los mismos derroteros. Scaloni no modificó nada y sus jugadores siguieron mostrando pasividad en el terreno de juego, al fin y al cabo, estaban cómodos y mandaban en el marcador. De hecho, lo que sí modificó el seleccionador de la Albiceleste poco después fue para dar entrada a un defensa, Lisandro, por un atacante, el Papu Gómez.
A los sudamericanos les servía con cómo transcurría todo, pero parece que quien quería pegarse un tiro en el pie era Australia. Los 'Socceroos' no estaban ni mucho menos sufriendo, pero se empeñaron en cavar su propia tumba y en complicarse la vida ellos mismos. En una acción desafortunada, decidieron asumir riesgos ante la tímida presión argentina, Ryan recibió la bola en el área pequeña, quiso regatear a los delanteros y lo que hizo fue regalar el gol. Julián Álvarez aprovechó el regalo, dio las gracias e hizo el segundo.
Sin apenas hacer nada ni sudar más de lo debido, Argentina se encontraba con su pase a los cuartos de final encarado y prácticamente hecho. Llegaron los cambios desde el banquillo australiano para tratar de darle un nuevo aire al equipo, y en cierto modo así fue. El susto de los oceánicos tan solo podía llegar en una jugada aislada o con algo de suerte, y efectivamente así fue porque los astros se alinearon para que Australia marcara.
El balón se quedó suelto en la frontal del área, y por allí pasaba casi por casualidad Goodwin para ejecutar el disparo. El balón se iba muy desviado, lejos de la portería, pero la suerte se alió con Australia, Enzo Fernández se cruzó en el camino, desvió la trayectoria y nada pudo hacer Emiliano Martínez para evitar el gol.
Casi milagrosamente, los oceánicos estaban en el partido e incluso pudieron empatar con una cabalgada impresionante de Behich, el lateral zurdo. En los instantes finales, al fin se abrió el choque. Lautaro tuvo dos ocasiones en las que parecía más complicado fallar que acertar, pero sus disparos se fueron al limbo. Australia tuvo un arranque de orgullo y en los dos últimos minutos del alargue se lanzó en tromba. Tuvo la prórroga en las piernas de Kuol, pero de nuevo Emiliano Martínez intervino para salvar a Argentina.
Messi, de quien dicen que es el 99,9% de la Albiceleste, ya está en cuartos de final. Allí se medirá contra los Países Bajos, que esperan con ganas cuanto menos repetir aquella final del Mundial 2010. La cosa se pone seria, y el margen para partidos tan flojos como este se va terminando.
Argentina 2 - 1 Australia
Argentina: Emiliano Martínez; Nahuel Molina (Ezequiel Palacios, m.80), Nicolás Otamendi, Cristian Romero, Marcos Acuña (Nicolás Tagliafico, m.72); Enzo Fernández, Rodrigo de Paul, Alexis Mac Allister (Gonzalo Montiel, m.80); Papu Gómez (Lisandro Martínez, m.50), Leo Messi y Julián Álvarez (Lautaro Martínez, m.72).
Australia: Matthew Ryan, Milos Degenek (Fran Karacic, m.72), Harry Souttar, Kye Rowles, Aziz Behich; Matthew Leckie (Garang Kuol, m.72), Aaron Mooy, Jackson Irvine, Keanu Baccus (Adjin Hrustic, m.58); Mitchel Duke (Jamie MacLaren, m.72) y Riley Mc Gree (Craig Goodwin, m.58).
Goles: 1-0, m.35: Messi; 2-0, m.57: Julián Álvarez; 2-1, m.77: Enzo Fernández, en propia meta.
Árbitro: Szymon Marciniak (POL). Mostró tarjeta amarilla a Jackson Irvine y Milos Degenek, de Australia.
Incidencias: encuentro de octavos de final del Mundial de Qatar 2022 disputado en el estadio Bin Ali de Al Rahyan ante 45.032 espectadores.