España lo tenía todo de cara para terminar como primera clasificada de su grupo, pero el traspié de la jornada final ante Japón cambió los planes y los de Luis Enrique pasaron a los octavos de final como segundos por detrás de los nipones. Un golpe de realidad que frena las buenas sensaciones españolas y que cambia los planes, porque pone a la Selección en el lado contrario del cuadro al que se esperaba.
Como segunda clasificada, España se medirá en los octavos de final a la primera del grupo F, es decir, Marruecos. Aquí también hubo sorpresa porque Bélgica se quedó fuera, Croacia pasó como segunda y el mejor combinado de todos fue el africano. Es la segunda vez en toda su historia que los del norte de África superan la fase de grupos, algo que tan solo sucedió en el Mundial de México 1986.
Los marroquíes ya han advertido de que, sin partir como favoritos, pueden avanzar y dejar con la boca abierta a quien se precie. Lo han hecho en su grupo y quieren repetir la misma película en las eliminatorias. Sobre el papel, España parte como favorita, pero el rol de víctima no asusta lo más mínimo a Marruecos, que está decidida a seguir haciendo Historia en la Copa del Mundo.
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Colectivo e individualidades
Marruecos tiene varias armas como para ser un rival temido por España en los octavos de final. El combinado que dirige Walid Regragui tiene un importante juego basado en la fuerza del equipo, pero eso no quita para que cuenten con futbolistas determinantes que pueden marcar la diferencia.
No son una selección africana al uso, que habitualmente ofrecen mucha entrega física y una calidad futbolística menor. Marruecos juega otro fútbol. No en vano, tienen futbolistas que brillan en las mejores ligas europeas y alguno de los grandes especialistas del planeta en su posición como Achraf Hakimi.
Precisamente el lateral derecho, formado en la cantera del Real Madrid, es una de las grandes estrellas de esta selección con la capacidad de decantar partidos pese a su posición en el terreno de juego. Su crecimiento exponencial durante los últimos años ha sido impresionante, su explosividad y su largo recorrido por la banda le han llevado a ser uno de los futbolistas mejor valorados en su posición.
Pero todavía un paso por encima en el escalafón de Marruecos se encuentra Hakim Ziyech. El delantero del Chelsea es un jugador de contrastada calidad, el hombre más importante de este combinado dentro y fuera del campo, y la guía en ataque del equipo africano.
No obstante, hay otros grandes nombres que juegan en equipos de primer nivel y varios conocidos de La Liga, empezando por la portería. Bono, el guardameta titular, milita actualmente en las filas del Sevilla mientras que Munir, portero suplente, jugó en equipos como el Numancia o el Málaga.
Arriba, Youssef En-Nesyri es el '9' de referencia. El delantero del Sevilla supone un peligro constante para las defensas rivales por su larga zancada y por su estatura, y en este Mundial está dejando un gran nivel. De hecho, marcó uno de los dos goles de la última victoria ante Canadá.
También en ataque forma parte de Marruecos el delantero Ez Abde. El canterano del Barcelona, que juega cedido en Osasuna, está teniendo un papel poco protagonista pero su velocidad le convierte en un peligro. Sofiane Bufal, otro hombre importante, jugó en las filas del Celta de Vigo hace cuatro temporadas. Por último, Jawad El Yamiq milita actualmente en las filas del Real Valladolid.
El lío de Ziyech
Dirigiendo la selección de Marruecos desde el banquillo se encuentra Walid Regragui. Apodado el 'Mourinho árabe', se encontró con el equipo ya clasificado para el Mundial aunque ahora está reforzando todo el trabajo previo con creces. Está haciendo soñar despierta a toda una nación que está absolutamente volcada con la Copa del Mundo y que se imagina dejar en la cuneta a España para colarse por primera vez en los cuartos de final.
Marruecos no llegó, a priori, en su mejor momento a la cita. Aunque ahora Regragui se encuentre completamente asentado al frente de los 'Leones del Atlas', lo cierto es que apenas lleva desde el pasado mes de agosto en el banquillo marroquí. La Federación decidió cambiar el rumbo y destituir al anterior técnico, Vahid Halilhodzic, a poco más de 100 días para disputar el Mundial.
El bosnio había hecho un buen papel al frente del equipo, metiendo a Marruecos entre las mejores selecciones del planeta, pero su problema personal con Ziyech le pasó factura. El técnico y la gran estrella de Marruecos habían protagonizado un duro enfrentamiento que llevó a la estrella del Chelsea a no ir más convocado con su país pese a tratarse de largo del futbolista con más calidad.
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El choque llegó incluso a ser público cuando Ziyech no fue convocado para la pasada Copa de África. Halilhodzic apeló al poco compromiso del delantero y no se bajó de sus convicciones, la decisión fue firme y el atacante se quedó fuera. En Marruecos querían al del Chelsea en el Mundial y, tras la marcha del entrenador bosnio, Ziyech regresó a la selección.
Ahora el exjugador del Ajax es una pieza fundamental en el engranaje del combinado marroquí. Ha sido titular en los tres encuentros de la fase de grupos y su papel ha sido imprescindible. Repartió una asistencia en el choque ante Bélgica y en la tercera jornada contra Canadá anotó uno de los goles de la victoria.
España, por lo tanto, no deberá perder ojo a este talentoso futbolista que guía a Marruecos en ataque. Ni a él, ni a Achraf Hakimi, ni tampoco a En Nesyri, los tres futbolistas más peligrosos a priori. Los 'Leones del Atlas' están dispuestos y preparados a dar un rugido más y dejar en la cuneta también a los de Luis Enrique. Ya lo han hecho con Bélgica, otra de las aspirantes al título, así que tienen experiencia.