Seguramente, uno de los partidos más importantes del Mundial para Estados Unidos y para Gales era este. En un grupo en el que, sobre el papel y más aún viendo el poderío mostrando en su debut, Inglaterra está llamada a ser la primera, parece que quienes se van a jugar el otro billete para los octavos de final van a ser los norteamericanos y los galeses.
Por eso, comenzar ganando ante el que en teoría va a ser el rival más directo era algo fundamental para ambos. Los dos sabían de la importancia de sumar tres puntos pero nadie lo consiguió. Unos y otro bando tuvieron que conformarse con un punto para cada uno, un empate que deja todo abierto y en el horizonte dos partidos frenéticos donde no habrá apenas margen para el fallo.
Estados Unidos propuso más y mejor en la primera mitad, y consecuencia de ello llegó el gol de Weah que le sirvió para ponerse por delante en el marcador. Sin embargo, Gales reaccionó en la segunda mitad y, sin hacer nada del otro mundo, exprimió al máximo sus escasos recursos para terminar empatando por medio del de siempre, de Gareth Bale desde el punto de penalti.
EEUU propone más
Se esperaba un partido en el que los norteamericanos propusieran más cosas con el balón que los galeses. Los pronósticos no fallaron, al menos en la primera mitad, porque fueron los de Berhalter los que demostraron querer ir a por el partido desde el primer instante. Adams, Musah o McKennie proponían muchas más cosas que los centrocampistas galeses, y eso se traducía en una clara posesión norteamericana.
Si a todo esto se le suma que un jugador de la calidad de Pulisic en cualquier momento puede entrar en acción con una jugada individual que defina un partido, las cosas para Gales desde luego que no pintaban nada bien. Menos de diez minutos tardaron los estadounidenses en gozar de un doble acercamiento, primero con un remate en propia meta de Rodon y después con uno de Sargent en el primer palo que se marchó fuera por poco.
El juego de Gales recordaba a tiempos arcaicos en los que primaba el orden y el patadón arriba para ver qué se podía rascar. Pero ese plan, ni siquiera con Gareth Bale esperando algo arriba, le salía al combinado galés. El exjugador del Real Madrid, que cada vez que se pone la camiseta de su país muestra una cara diferente, fue definitivo pese a hacer una actuación discreta.
Cuando faltaban diez minutos para el descanso Estados Unidos dio con la tecla. Una arrancada maravillosa de Pulisic, sorteando piernas rivales por el carril central, terminó en un pase filtrado para Weah. El delantero tiró un desmarque de categoría, se plantó mano a mano ante Hennessey y definió por debajo a las mil maravillas. Quizás cosas de los genes. Justo premio para la mayor ambición de los norteamericanos.
Gales se estira
El partido no fue una maravilla ni será recordado como uno de los mejores encuentros de la Historia de los Mundiales. Sin embargo, se animó un poco más cuando Gales decidió dar un paso al frente tras el descanso. Menos no se podía hacer en ataque e iban perdiendo, así que no le quedaba otra alternativa al equipo de Gareth Bale.
Estados Unidos, como aturdido con el nuevo contexto del partido, comenzó a ceder terreno y dejó que los galeses se acercaran por primera vez con peligro real a su portería. Una de las más claras la tuvo Davies, que con su remate de cabeza obligó a Turner a lucirse y a demostrar que estaba metido en el encuentro. En el siguiente saque de esquina, Moore conectó un nuevo cabezazo en el primer palo que se marchó por centímetros por encima del larguero.
Parecía, no obstante, que la reacción de Gales se iba a perder porque con el paso de los minutos otra vez Estados Unidos se centró. Pero por allí estaba Gareth Bale, que hasta el momento había pasado desapercibido. Justo, hasta los instantes definitivos. El de Los Ángeles FC recibió un balón dentro del área, protegió con su cuerpo y Ream, el central estadounidense, picó. Penalti claro, una pena máxima que Bale transformó con calidad.
Apenas restaban ocho minutos para el final, así que no hubo tiempo para mucho más, y en los instantes finales nadie quería perder. Un punto para cada uno y las opciones de estar en los octavos de final están intactas para ambos. Eso sí, Estados Unidos y Gales tendrán que ser más ambiciosos si quieren llegar a los cruces.