“¡Y con el 23, para vosotros, ‘a big speaker’!”. Así se presentaba a sí mismo Pepe Reina (Madrid, 1982) en la celebración de la Eurocopa de 2008. Desde entonces es, para muchos, el animador oficial de la selección y, como tal, tuvo que repetir el espectáculo tras ganar el mundial en 2010. “Espartanos, ¿cuál es vuestro oficio?”.

El suyo, dice, es portero. Es lo que lleva diciendo desde que debutó con el Barcelona a los 18 años. Sus actuaciones en la ciudad condal y en Villarreal le consagraron como “parapenaltis” y le llevaron, cinco años después, a aterrizar en Liverpool donde se hizo una leyenda. También debutó con la selección absoluta. Era el tercer portero del combinado nacional, por detrás de Iker Casillas y Santiago Cañizares. Después llegaron Víctor Valdés y David De Gea, pero él casi siempre estuvo allí.

La única cita que se ha perdido en todos estos años fue la Eurocopa de 2016. Ese año tenía contrato con el Bayern de Munich, pero no jugaba. Y, si es verdad la teoría de Reina, sin jugar en su club, no juega en España.

Pero él quería volver a defender la camiseta de "la Roja" y se marchó a Nápoles. Allí lo ha jugado prácticamente todo. En los 37 partidos que ha disputado esta temporada en la Serie A solo ha concedido 18 goles.

Este será su cuarto Mundial. Una cifra a la que solo han llegado otros dos jugadores españoles en la historia. Los dos son porteros: Andoni Zubizarreta e Iker Casillas. Para figurar tantas veces en las listas definitivas en las grandes citas no basta con ser simpático. Se necesita trabajo, y un trabajo bien hecho.

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