Ha vuelto el fútbol en Europa e Inglaterra ya tiene a su primer campeón. El Liverpool de Jürgen Klopp se ha puesto al Manchester City de Pep Guardiola en un partido que viene siendo ya habitual en las últimas temporadas, la disputa de la Community Shield. A los citizen no les ha bastado con fichajes astronómicos como el de Erling Haaland para batir a los actuales subcampeones de la Premier League y de la Champions.
Victoria contundente de los red en un partido muy emocionante y vibrante que no se decidió hasta los minutos finales. Pudo caer de cualquier lado, pero lo cierto es que el Liverpool siempre llevó la iniciativa en el marcador. Y cuando hubo paridad en el electrónico, también manejó el sentido del juego hacia la portería de Ederson.
Como viene siendo habitual, los de Anfield se echaban atrás y se protegían cuando iban en ventaja para salir al contragolpe usando su velocidad. Sin embargo, los zarpazos tardaron en llegar. Si Klopp le ganó a Guardiola la batalla de entrenadores y Salah la de estrellas a Kevin de Bruyne, Darwin Núñez hizo lo propio con la de recién llegados frente a Erling Haaland.
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El ariete del Liverpool cerró el choque con un gol de cabeza de puro delantero de área, mientras que el noruego falló una ocasión clarísima al borde del final que podría haber puesto el 3-2 y para dar emoción a los últimos minutos. Trent Alexander-Arnold abrió la lata en la primera parte con un golazo desde fuera del área.
Ya en el segundo tiempo, Julián Álvarez hizo el empate en una jugada de varios rebotes y Mohamed Salah volvió a poner por delante a los de Klopp desde el punto de penalti. Un resultado final de 3-1 que permite el Liverpool golpear primero y vengarse, en cierto modo, de su derrota el curso pasado en la Premier League con la que ambos cerraron la temporada nacional.
Empieza dominando el Liverpool
La primera parte fue claramente para el Liverpool. Los finalistas de Champions llegaron más y mejor que el City. Salah fue el líder absoluto del juego ofensivo. Por sus botas pasaban casi todas las ocasiones de peligro. De hecho, estuvo a punto de hacer un gol antológico tras recibir en la banda, encarar y dejar atrás a varios defensas y definir con potencia ante Ederson, pero su disparo se marchó alto.
De sus botas nació también el primer gol. Paso cruzado y medido de Thiago Alcántara, el egipció controló en el pico del área, maduró la jugada y se la cedió atrás a Alexander-Arnold para que este desde fuera del área abriese la lata. El esférico llegó a rozar en la cabeza de Aké y desvió algo la trayectoria. El balón, tras pegar en el palo, se fue para dentro.
Con ventaja en el marcador, el Liverpool se resguardó y el Manchester City dispuso de más balón. Haaland, desaparecido en la primera parte, se dejó ver algo más. Sin embargo, no tuvo su tarde el noruego en su primera aparición oficial. Los de Guardiola empezaron a llegar con insistencia, acumulando varias aproximaciones a la portería del meta español Adrián.
En un centro desde la derecha y un remate de Phoden al segundo palo llegó el empate. El disparo en semifallo no pudo ser atajado por Adrián y el balón rodó por el área pequeña. El guardameta del Liverpool se lanzó para intentar cogerlo, pero el más rápido y listo fue Julián Álvarez, que metió la punterita en el área pequeña para empujarla al fondo de las mallas.
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Sale Darwin, cambia todo
El desempate llegó por obra de Mohamed Salah desde los once metros. Centro al área y remate de Darwin Núñez que toca en el brazo de Ruben Dias. El delantero del Liverpool había estado muy activo, aunque también algo fallón, acrecentando las críticas que ha recibido en esta pretemporada. Sin embargo, con ese toque de cabeza, provocó el penalti del 2-1 previa consulta en el VAR por el colegiado. Disparo raso y cruzado de Salah para llevar la locura a su hinchada.
El Liverpool siguió lanzándose a la contra y disfrutando de varias ocasiones para matar el partido. También tuvo alguna el City, como un gol anulado a Haaland en una jugada que estaba invalidada anteriormente. Sin embargo, la sentencia llegó ya en el descuento, en el minuto 94. Núñez, esta vez sí, fue el más avispado dentro del área y se adelantó a la salida de Ederson para cruzar un balón que entró casi llorando en la meta.
El delantero, fichaje estrella de los de Klopp este verano, celebró con rabia el tanto, quitándose la camiseta y sacándose toda la presión que ha tenido encima estas últimas semanas. Con ese tanto, el título se fue para Liverpool en un duelo vibrante entre los dos grandes ahora mismo de Inglaterra. Haaland pudo haber maquillado el resultado en el último suspiro, pero tras recoger un rechace dentro del área pequeña, disparó de primeras demasiado alto y estrelló el balón en el larguero ya con Adrián batido. Con su risa irónica por el terrible fallo se puso punto y final al choque.