David Beckham tiene un problema importante con su nuevo proyecto en Miami. El copropietario del equipo más glamuroso de la ciudad se ha encontrado con un gran impedimento para llevar a cabo parte de su millonario plan. Se trata de la construcción del nuevo estadio que tenían en mente y con el que pretenden relanzar el proyecto de su equipo, ese al que quieren llevar grandes fichajes como Leo Messi o Luis Suárez.
El proyecto de la construcción del nuevo feudo del Inter Miami lleva un largo tiempo parado. Sin embargo, ahora se enfrenta a un importante problema legal que amenaza la estabilidad y la tranquilidad tanto de David Beckham como de su socio Jorge Mas, el empresario que se ha convertido recientemente en el nuevo presidente del Real Zaragoza.
Su principal conflicto está abierto con las instituciones políticas de la ciudad de Miami, concretamente, con los comisionados de la ciudad, encargados de validar o parar el proyecto en las diferentes votaciones que se han estado realizando en los últimos meses y que se han ido posponiendo por los problemas que se han encontrado. Los propietarios del club llevan varios años buscando una ubicación para la creación del majestuoso y moderno estadio en el que el equipo dispute sus partidos, ya que ahora se han tenido que desplazar a una localización diferente, lo que supone un gran conflicto para sus aficionados.
El último proyecto, el tercero que se presentaba, constaba de un coliseo con capacidad para 25.000 personas y que estaba planeado para situarse al lado del aeropuerto de Miami. Sin embargo, uno de los puntos de conflicto, además de las discusiones con el trato y la cotización del terreno, que se consideraba antigua, era la cantidad de edificaciones que tenían previstas realizar el empresario y el exfutbolista aprovechando la cesión de estos territorios de la ciudad.
Los problemas de Beckham en Miami
David Beckham y Jorge Mas tienen cada vez más complicado sacar adelante el proyecto de su nuevo estadio. El plan, antes de que eche a andar, está pendiente de una importante validación a través de una votación entre los comisionados de la urbe de Florida. Estos actúan como si fueran los concejales del ayuntamiento de la misma. Y de momento, la cosa no es favorable a los dueños del club.
Uno de los cinco comisionados que intervienen en el proyecto ya ha manifestado su negativa a la construcción del estadio, lo que supone que la idea de Beckham y Mas esté sin red. Necesitan la aprobación de los otros cuatro comisionados y que ninguno falle para poder llevar hacia delante su reto, el cual va camino de ser un sueño imposible.
Además, las presiones sociales que están recibiendo hacen que la salida hacia delante del nuevo proyecto del estadio del Inter Miami esté cada vez más lejana. Los comisionados tienen miedo a sentir la ira de la ciudadanía y por eso, es casi imposible que terminen accediendo a las peticiones de los propietarios del club.
Uno de los problemas que tiene su nuevo programa es que la cesión de los terrenos cercanos al aeropuerto trae consigo la construcción de más instalaciones. En concreto, un edificio de oficinas, un hotel, un importante área comercial y un enorme complejo deportivo. Algo que el equipo político que está estudiando el caso no aprueba ya que consideran que es un aprovechamiento de las circunstancias.
De momento, el contrato que hay sobre la mesa otorgaría el arrendamiento de los terrenos durante un total de 99 años. El problema es que en dicho lugar ya existen construcciones como un campo de golf, el Melreese Country Club. Por ello, sería necesaria la demolición de dichas instalaciones para que Beckham y Mas lleven a cabo su proyecto.
Otro de los problemas es que esta idea echó a andar hace ya varios años. Eso ha provocado que el precio del suelo suba considerablemente. Sin embargo, el exfutbolista y el empresario no quieren tocar las cantidades que tienen pactadas porque así perderían mucho menos dinero durante su inversión. Sin embargo, el conflicto está abierto.
Los electores de la ciudad acordaron en el año 2018 ceder los derechos exclusivos de este emplazamiento y son conscientes de que esas cifras han quedado profundamente anticuadas. Su petición, en caso de que todo avance, es que se vuelvan a revisar y que sean reformuladas en los términos que requiere un proyecto de este tipo en los tiempos actuales.
El programa que existe en estos momentos establece un alquiler a partir de 3,57 millones de dólares o el 5% de los ingresos brutos de la operación y los aumentos de la renta no deberían exceder el 4% cada año. Para llevar a cabo una actualización correcta del contrato es necesario volver a realizar una estimación del nuevo valor de dichos terrenos, la cual se lleva posponiendo sin que parezca que vaya a llegar.
Aumentan las presiones
La intención de construir estas instalaciones añadidas al proyecto del estadio ha provocado que la prensa local haya tildado estos negocios de la pareja de propietarios como oscuros y poco fiables. Consideran que ambos están intentando aprovecharse de una situación que les beneficia a pesar de que se trata de algo que estaba en vigor en el año 2018 y que ha quedado totalmente obsoleto.
De su lado están los documentos rubricados por ambas partes y que siguen protegiendo como oro en paño, aunque cuentan con la desaprobación de la corte política. Este hecho amenaza con paralizar la construcción del estadio ya que las presiones no paran de crecer. No solo es el clamor que se escucha por parte de la ciudadanía de Miami, si no también la aparición de cada vez más figuras que están presionando contra ello.
El cineasta Billy Corben se ha mostrado muy crítico con el proyecto e incluso creó un corto-documental para denunciar una situación que considera censurable. Junto a él, se han ido uniendo cada vez más nombres de la aristocracia de Florida. La aspirante demócrata a la Gobernación, Nikki Fried, ha asegurado que no se puede aprobar este modelo presentado cuando lo que realmente necesario es ayudar a la población con los efectos de la inflación que atraviesa la ciudad y con las dificultades para el acceso a la vivienda.
Dos personas importantes dentro de la esfera política de Miami como Daniel Alfonso y Emilio González, que en su día participaron en la firma del acuerdo alcanzado en 2018, consideran que se deben revisar las condiciones y establecer precios al alza. Con eso se conseguiría una revalorización de los terrenos acorde al mercado actual.
Lo cierto es que la situación está muy complicada para la propiedad del Inter Miami. Estos problemas ya han provocado que el equipo juegue sus partidos en otro estadio fuera de la ciudad. El emplazamiento elegido fue Fort Lauderdale, donde llevan ya dos años, alejados a 40 kilómetros del lugar de sus sueños. Esta urbe ya presiona para que el traslado sea definitivo e incluso para que se cambie el nombre del club. De momento, todo sigue en el aire, pero el gran proyecto de David Beckham, Jorge Mas y su nuevo estadio se acercan al fracaso.
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