La historia de Garra Dembelé ha dejado en shock al fútbol francés y, en líneas generales, a todo el balompié en Europa. Este jugador, no muy conocido por su trayectoria, sí lo es ahora por las terribles confesiones que ha realizado tras aparecer en un documental en el que ha narrado su historia y su trayectoria.
En este documento llamado Broken Fates y que ha sido producido por el medio galo L'Équipe, Garra ha hablado sobre muchos temas, pero en especial de uno que ha sido de lo más controvertido: el dopaje. El consumo de sustancias que mejoran la recuperación y el rendimiento deportivo en el mundo del fútbol es uno de los temas en los que menos se ha profundizado en comparación con otros deportes.
Sin embargo, quizás a partir de las nuevas confesiones que ha realizado Dembelé, se sigan más cerca según qué prácticas. Garra llegó a coincidir con jugadores de la talla de Ben Arfa, considerado por muchos como uno de los grandes talentos del fútbol galo. Este exjugador nacido en Genevilliers ha confesado cómo vivió esta situación, sustentada por los clubes, en varios equipos de Europa que incluso jugaban competiciones europeas.
"En Bulgaria, cuando terminábamos los partidos de la Europa League, tomábamos infusiones. Justo después del partido, me tomaba productos que no sabía que eran exactamente". Así cuenta una de sus experiencias con este tipo de sustancias que incluso ni siquiera les eran explicadas para saber lo que se tomaban.
La pesadilla de Alemania
Sin embargo, Garra Dembelé confiesa que estas prácticas no solo sucedían en Bulgaria, sino que extendidas por más países del Viejo Continente: "En Alemania, cuando estaba en el Friburgo, tenía productos en mi cuerpo que estaban prohibidos en el país. En realidad, estaba dopado y tenía hormonas en mi cuerpo".
Confesiones realmente impactantes que podrían provocar un antes y un después en el mundo del fútbol y que ahora se ha atrevido a contar después de una carrera deportiva de dudosa reputación. Garra confiesa que las situaciones más duras sin duda las vivió en Alemania donde le obligaban a tomar hasta 10 pastillas.
"Tenía una cajita con mi número, el 11, desde el día en que llegué. Tuve que tomar unas diez pastillas después del entrenamiento. Ni siquiera sabía qué era. No lo sabía. No tuve más remedio que tomármelas porque, de lo contrario, me multaban". Este exfutbolista francés afirma así la posición en la que se encontraba, ya que sentía que no tenía escapatoria.
Además de jugar con su salud y con la limpieza del deporte, le amenazaban y le obligaban a poner en práctica estas conductas que sabían que no era otra cosa más que dopaje: "Después de los partidos que teníamos el fin de semana, cuando teníamos un control antidopaje, siempre me caía encima. Orinaba, pero al parecer no había nunca nada". Garra no ha desvelado, quizás porque ni él mismo llegue a saberlo, cómo hacían para eludir los controles o para salir vivos de este tipo de medidas antidopaje, dejando la puerta abierta incluso a posibles corrupciones.
[Más información: El secreto de Mbappé para ser el mejor: talasoterapia, crioterapia y los 'consejos' de Messi y Cristiano]